En la residencia
Fuentes un día después de los anteriores hechos……………
En la dicha mansión
una vanidosa chiquilla se arreglaba para asistir a la escuela, una universidad
particular a la cual asistían los hijos de las familias más acaudaladas de la
zona y ciudades circunvecinas y en donde el uso de un uniforme escolar no era
obligatorio así que tanto jóvenes como señoritas aprovechaban para sacar a
lucir sus mejores y más caros atuendos procedentes de las más reconocidas
tiendas departamentales.
La apetecible nena
encendía su televisión con la finalidad de encontrar un canal con algo de
entretenimiento para distraerse, cambiaba y cambiaba constantemente pasando por
uno en donde un noticiero informaban sobre un supuesto asalto a un motel
ubicado a orillas de la ciudad, la muchachita no prestó atención a lo que se
decía y siguió cambiando de canal hasta encontrar lo que buscaba.
La jovencita, de
cuerpo curvilíneamente formado a base de gimnasio, aerobics y bajo una estricta
y demandante dieta supervisada por su propia madre, adornaba su excelsa figura
con una delgada blusa blanca de esas que se amarran de la parte de atrás y que
por enfrente solo sobresalen dos tiras de telas las cuales apenas y alcanzaban
a tapar sus mayúsculos pechos tan grandes que uno solo era capaz de abastecer a
una mano masculina, la jovencita no llevaba sostén por lo que parte de sus
melones podía ser apreciada sin dificultad alguna por ambos laterales y como
era de esperarse ante el menor movimiento presentaban un bamboleante mente infartante
movimiento capaz de hacer desatender a los varones de cualquier tarea que en
ese preciso momento estuviesen realizando.
Con esta misma
prenda la chiquilla dejaba en claro su gusto por lucir su bien formado y
femeninamente marcado vientre sin el más minúsculo rastro de grasa ni piel de
naranja, exhibiendo esa hipnotizante curva que se forma solo en las estilizadas
cinturas femeninas y que cada vez se va ampliando más hacia abajo para formar
las tremendas caderas de hembra en perfecto desarrollo.
La adinerada
chiquilla se colocaba un calzón muy sexy que se ajustaba perfecto a su
orgulloso trasero y a ese depilado tesoro que la nena resguardaba entre sus
muslos y en esas semidesnudas condiciones buscaba y se agachaba sin cuidado
alguno (pues sabía que nadie la veía) tratando de encontrar los complementos
perfectos para su insinuante vestuario sin imaginarse el tremendo culo de diosa
que se le formaba, las tremendas nalgas lucían a simple vista duritas y
suavecitas pudiendo provocar un daño craneoencefálico a aquel que tuviera la
dicha de verla en esas precarias condiciones ya que su tremendo culo solo hacía
ver aún más breve de lo que ya era su estrecha cintura, la nena a pesar de no
estar acostumbrada a usar en la calle ropas tan insinuantes pues sabía de los
plebeyos que podían resultar los hombres que conformaban el fáunico ambiente
allá fuera lo hacia esta vez no solo porque quisiera verse ese día más
llamativa de lo que ya era.
La razón era que
esta chiquilla había quedado junto a algunos amigos incluidos su novio, un
joven y apuesto galán con un físico atlético que atraía las miradas de casi
todas las féminas del instituto, de ir a un recién inaugurado antro según muy
fino y sin restricciones y querían comprobar lo dicho, para esto la nena ya había
pedido permiso a sus padres siendo concedido por estos (para sorpresa de ella)
y fiel a su vanidad quería verse muy llamativa, sus padres habían cedido al
permiso pues consideraban al novio de su hija Dulce Lissette como un muchacho
serio y responsable, pero sobre todo con un futuro próspero y asegurado por
venir de buena familia sin imaginar que este muchacho como muchos de estos
jovencitos que no cuentan con una supervisión paternal adecuada había comenzado
en secreto a consumir drogas, cosa que su adorada novia ya sabía pero no se
atrevía a contar ni a sus padres ni a los de él, lo que si es que esta
condición ya había causado algunos problemas en la joven pareja de enamorados,
a pesar de ser algo libertina la muchachita Dulce aun no contraía este mal visto
hábito.
La recién bañada y
semivestida chiquilla se terminaba de retocar por demás meticulosa, pintaba sus
uñas cuidadosamente, planchaba su dorado cabello hasta que no se sintiera que
este fuera casi de seda, un poco de rímel alrededor de los ojos y un combinado
juego de sombras dándole más vista a sus modestos ojos azules, no había
necesidad de usar pestañas postizas para resaltarlas ya que hasta en eso esta
nena era perfecta, con esa brocha que utilizan las mujeres colocaba maquillaje
en toda la superficie de su rostro para que este no brillara en ningún momento,
perfumaba su cuerpo con las esencias más caras y deliciosas que su padre le
pudo haber conseguido, todo debía de ser perfecto ese día como cualquier día en
que salía a divertirse sin la presencia de sus padres, observaba en un espejo
su por demás bello rostro heredado de su hermosa madre (ahora modelo retirada
pero quien veía en su hija su viva imagen), Dulce era una copia exacta de
cuando su madre tenía esa edad y ese cuerpo que por mucho tiempo exhibió
orgullosa en las pasarelas (lugar donde conquistó al viejo de Gustavo).
De hecho la
muchachita tenía dos años que se dedicaba al modelaje, no al modelaje
profesional pues solo participaba como edecán en eventos de alcurnia en las
empresas donde su padre, pero ya su mamá aun con contactos en este glamoroso
mundo había estado forjando los cimientos de lo que sería el inicio formal de
la carrera de su hija, además de que en dichos eventos la jovencita había
logrado acaparar las miradas de los viejos empresarios interesados en disponer
del “talento” de tan jugosa chiquilla y de igual modo interesados en patrocinar
la despegante carrera de tan hermosa promesa.
Pero toda esta
perfección física y todo este mundo novelesco, todo este encantador rostro y
sugerente cuerpo pertenecían a una nena por demás altanera y berrinchuda. La
jovencita Fuentes siempre, desde pequeña, fue una niña presumida, siempre por
lo general grosera con la servidumbre a disposición de su familia, incapaz de
valorar el trabajo de los demás, despreciar o criticar a las personas solo
porque estas no tenían los mismos lujos y oportunidades para salir adelante,
negándose rotundamente a considerarlos como semejantes, todo esto alentada por
su padre quien desde pequeña le dejó bien en claro que ellos pertenecían a una
estirpe superior, su madre si bien no enseñaba ese tipo de cosas a la chiquilla
tampoco le importaba inculcarle valores como el respeto, era una mujer que aún
no reconocía sus responsabilidades como madre aun cuando su nena ya contaba con
recién cumplidos 19 añitos.
En materia sexual la
joven Dulce no era muy activa, no había tenido muchos encuentros amorosos con
su novio (único en su vida) debido que al pertenecer a tan reconocida y
pudiente familia la cual siempre estaba presente en las más selectas reuniones
y exquisitas congregaciones no dejaban tiempo suficiente para que la nena
saliera muy seguido a distraerse como una jovencita de su edad lo demanda, su
vida se limitaba a aburridos simposios de familias honorables las cuales se
reunían para discutir el porqué de sus logros y el cómo hacerse más ricos, a
los cultos llegaban personalidades tan reconocidas como miembros de la política
en servicio al pueblo o jubilados, importantes accionistas o algún
inversionista extranjero interesado.
La nena además de
estudiar en tan distinguida institución también contaba con maestros
particulares que ocupaban más tiempo que bien podría ella utilizar para dedicar
a alguna actividad propia de su juventud, incluso también sus padres pareciera
que querían convertir a la nena en una especie de máquina traductora pues
pagaban exageradas cantidades de dinero a maestros idiomáticos quienes
atareaban a la niña con extenuantes clases principalmente de inglés, alemán,
italiano y la siempre favorita de ella, el francés.
Todo esto no dejaba
mucho tiempo a la joven pareja para entretenerse en cuestiones amorosas,
limitándose a solo besos, abrazos y apapachos con su prometido, en alguna
ocasión el joven macho tuvo la oportunidad de llegar hasta el coito pero debido
a las prisas y a su inexperiencia en estos campos, a su duda si con su arma
podría lastimar a su doncella, al estrés que le brindaban sus desgastantes
estudios y su participación directa en los negocios de su (de él) padre ni
siquiera recuerda bien si llegó a desvirgar a su novia como se debe, cosa que
después de una serie de complicados acontecimientos y mitos machistas llevaron
a una casi desintegración de la pareja, en estos momentos buscando la
reconciliación.
La nena una vez
terminada de vestirse, habiendo escogido una minifalda compuesta aparentemente
por lentejuelas rosas que le daban un aspecto brilloso, bajó para despedirse de
su madre quien se encontraba en la sala tomando un café y pensando en cual
sería ahora la excusa que su esposo le daría por no haber llegado a dormir la
noche anterior, no era la primera vez que el viejo no llegaba a dormir pero
esta vez la joven esposa se notaba seria y enojada.
-mamá ya me voy-
bajaba la chiquilla con ese atuendo muy llamativo, esto no era molesto para su
madre ya que se veía en su hija recordando sus buenos tiempos, no es que la
señora Fuentes fuera un cuerpo ya en decadencia, a sus 40 años (ella inició en
el modelaje muy joven, después de tener a Dulce no abandonó las pasarelas)
lucia lo suficientemente joven y bella como para dar la impresión de ser una
hembra de 30, y eso hablando de una treintañera de muy buen ver, aparentando de
esta manera que el viejo Gustavo le llevaba más de los veintitantos años de los
que en realidad era mayor que ella.
-hija que crees, tu
padre otra vez no llegó a dormir anoche- decía la voluptuosa señora.
-umm, lo anormal
sería que hubiera venido a dormir- respondía la nena al tiempo que veía como su
madre al parecer tenía un compromiso pues estaba vestida para una situación
elegante, la nena tomaba una postura insinuantemente coqueta, posturas que le
salían naturalmente y solo resaltaban lo mejor de su anatomía.
-lo llamé pero nunca
contestó, debió de haberse ido de fiesta con sus amigos- Mónica (la señora de
la casa) sabía muy bien los gustos de su esposo, conocía de sus mentiras e
infidelidades pero se mantenía en silencio para evitar un escándalo mayor.
Este tipo de
familias suelen ser objeto de observación por parte de algunos metiches quienes
se valen de eso para sacar algo de provecho o simplemente para vender alguna
noticia que interese a los medios, además de las repercusiones que esto tendría
y los desprestigios que se generarían en el seno de la familia Fuentes, que si
bien todas las demás familias tenían cola que les pisaran en este tema solo
esperaban a que una cayera para demostrar su hipócrita repudio ante tales
situaciones, de por si Mónica no se casó con el viejo por amor, y si en algún
momento le faltara amor y el viejo no se encontrara para proporcionárselo no
hacía falta quien quisiera darle un poco de cariño.
-umm, sí que ha de
ver estado buena la fiesta como para no llegar a dormir- decía la chiquilla en
forma de sarcasmo, pues ya intuía en donde posiblemente se encontraba su
respetable padre al tiempo que recargaba sus manos en un sillón y femeninamente
sacaba más el tremendo culo que poseía, su faldita se subía a niveles
infernales ya que se detenía a escasos centímetros de enseñar el nacimiento de
sus carnosas nalgas, considerando que sus elevadas zapatillas también aportaban
a la causa.
-sabes que hija?,
hoy voy a ir a visitar a tu abuela y posiblemente no llegue a dormir, ¿si tu
padre puede porque yo no?, ¿tengo entendido que vas a salir con tus amigos
después de la escuela verdad?- dijo la señora.
-si mamá, acuérdate
que voy a ir con mis amigas al antro, llegaré tarde- respondía la nena.
-ok, bueno hija me
voy, cualquier cosa molesta a tu padre quieres- decía esto la señora saliendo
por la puerta principal dejando a su hija en la sala esperando a su novio quien
pasaría por ella.
——————————-
En un pequeño cuarto
ubicado justo detrás de una cantina una discrepante pareja dormía plácidamente,
ambos cuerpos desnudos y sudorosos se recuperaban después de una ardua noche de
pasión en donde a base de gritos e insultos la pareja demostró su amor
mutuamente, de esos dos el que más llamaba la atención era un tremendo cuerpo
femenino que había quedado prácticamente desecho, un gigantesco gordo era el
primero en despertarse para contemplar la visión de una verdadera belleza cuya
melena castaña yacía revoloteada por todo su hermoso rostro, sus párpados aún
se cubrían con ese juego de sombras con la cual fue maquillada la noche
anterior, de igual manera sus labios aún se cubrían, aunque en menor medida, de
ese atractivo color rojo que utilizó para adornarlos y reforzarlos como arma de
seducción, dichos labios se veían extremadamente jugosos y muy carnosos, dignos
de tener una verga entre ellos.
El gordo escuchó
como la nena prolongaba una de sus respiraciones y emitía una especie de
suspiro ronroneante al tiempo que ella misma cambiaba de posición y dormida
acurrucaba su curvilíneo cuerpo aún más cerca del gordo mientras uno de sus
bracitos se aferraba a la voluminosa bola de cebo de Pancho, quedando abrazada
de este pelmazo.
El troglodita veía
ese blanco y femenino bracito descansar arriba de su morena y grotesca panza
completamente peluda y grasienta, dejándolo nuevamente empalmado con esa
impactante visión de hembra desnuda y recién cogida contrastando tonos de
pieles y apariencias anatómicas, aunque la barriga del porcino le
imposibilitaba que pudiera verse su verga en esa posición, podía sentir el
poderío de esta manifestándose en sus máximas prolongaciones, repegada a su
cuerpo de lo rígida que se encontraba, todavía a partir de fuerza en su pelvis
jugaba a moverla escuchándose el sonido de esta cuando caía y chocaba contra su
grasoso vientre bajo sobrepoblado de pelos.
-Panchoo, Panchoo-
alguien tocaba la puerta, el viejo escuchó y con toda la lentitud que lo
caracterizaba se levantó buscando sus sucios pantalones dejando a la desnuda
chiquilla aun dormida tendida en la cama para dirigirse a ver quién lo llamaba.
-que vergas quieres
pendejo, no ves que estoy descansando- se trataba de su compañero Lucio quien
venía a buscar al cretácico.
El otro bribón
asomaba por la puerta su horrendo rostro de descendencia equina alcanzando a
observar la acostada silueta de Margarita, quien aun semitapada la sábana no
podía disimularle el tremendo culo que se gastaba esta otra chiquilla recién
conocida por él, su mente no lograba razonar como este viejo gordo de Pancho
tenia o pudo haber tenido la suerte de toparse con una jovencita de ese calibre
y más encima de todo verla dormida y desnuda y a él todo sudado y apestoso a
sexo y comprender como es que una nena tan hermosa como esa pudo haber tenido
sexo con ese viejo tan repugnante, sin embargo el pensar las posibles
cochinadas que este par pudo haber hecho en la intimidad no hacía más que
pararle la verga a todo lo que esta daba y mantener viva la llama de la
esperanza de poder lograr algo con esa hermosura, ya que si se acostaba con
Pancho que estaba viejo y obeso lo más seguro es que también podría acostarse
con él, eso es lo que pensaba este otro vejete considerándose no tan gordo ni
viejo como el primero.
Y es que el deforme
cuerpo de Pancho aún se impregnaba por los jugos vaginales que de la nena se
escaparon como manguera y cuyo olor llegaba a las narices de este otro viejo
despertándole una ganas tremendas por meterse ahí mismo y cogérsela hasta caer
prácticamente muerto, del cuarto un reconocible y muy penetrante olor a sexo se
escapaba por entre la puerta y la nena dormida boca abajo dejaba ver lo
despeinada que se encontraba corroborando las posibles porquerías que se
pudieron llevar a cabo en tan desgastante noche pasional, lo que indicaba que
había tenido una noche muy agitada.
El verla toda
despeinada y destrozada no causaba más que acrecentarle su morbo a este extraño
hombrecillo, digo extraño por su formación corporal que más tarde relataré más
a detalle, era un estímulo extra verla ahí acostadita recién cogida, admirar su
perfección y justificar que el tipo de hembras como Margarita nacieron
exactamente para lo que seguro Pancho le hizo, darle verga hasta por las
orejas, hablando de Pancho este se empezaba a molestar al ver como Lucio, con
su vista clavada en la chiquilla, comenzara a babear aparentemente solo por la
calorosa visión y a reír de forma retorcida.
-y vienes a decirme
algo o vienes a hacerte chaquetas mentales con mi vieja??- dijo Pancho quien
veía enojado como Lucio no le quitaba sus lujuriosos y lagañudos ojos de encima
a su atractiva hembra quien volvía a acomodarse ahora de lado adquiriendo una
posición fetal lo que hacía marcar poderosamente sus caderas las cuales
sobresalían más que notoriamente por sobre su cintura, además de exhibir aún
más descarada la tremenda redondez de su provocativo culo.
-eehh………………… jejejejeje……………… este……………… Felipe, te quiere
ver- dijo Lucio quien en verdad estaba hipnotizado con la visión, hubiera
pagado a Pancho para que este solo lo dejara ver como la nena dormía y
masturbarse ahí al lado de esa pletórica ninfa sacada de alguna novela élfica,
el gordo supuso que Lucio al parecer no traía ningún otro mensaje además de que
ya casi atravesaba por él mismo la puerta así que se dignó a retirarlo.
-dile que en un
momento voy- el oso volvía a meterse a su cuarto cerrando la puerta y dejando a
Lucio con ganas de ver más, Lucio estaba atravesando por una crisis sexual,
tenía algo de tiempo que no cogía y sus huevos reventaban en leche, estaba tan
feo el pobre que ni siquiera las putas todas gordas y viejas aceptaban echarse
un palo con él, aun ni pagándoles, este viejo solo tenía sexo violando a alguna
pobre alma desamparada y hacía meses que no había tenido mucha suerte, y el ver
a Margarita en semejante estado solo lo perturbaba aún más recriminando su
maldita suerte.
Pero el chaparro
viejo no se desanimaba y creía fervientemente que el día de su próxima cogida
estaba cerca, y que esta afortunada señorita debía de ser nada menos que la
voluptuosa Margarita.
“esa pinche vieja
esta rebuena, me la tengo que coger si o si, me vale verga que el puto Pancho
me corte los huevos, vale verga que sea una vil puta que se deje coger por
dinero, esa hembra lo vale, es más, con el dinero que me den por mi
participación en el secuestro me la trabo y me desaparezco jejejejeje” decía
para sus adentros el empalmado Lucio ya masajeándose su verga de forma
descarada por encima de su pantalón como si esta le picara, solo quedaba
desearle a Margarita que saliera ilesa ante las depravadas intenciones de Lucio
o de cualquier otro viejo que parece solo pensaban en cogérsela nada más con
verla.
El delincuente de
Pancho salía para reunirse con Felipe en su oficina.
———————–
Mar se despertaba
después de la desgastante cogida que el viejo Pancho le había pegado la noche
anterior, toda adolorida de su rico cuerpo (principalmente de su pelvis) abría
sus hermosos ojitos un poco rojos por efecto del alcohol, era tarde, casi las
diez de la mañana, había dormido unas seis horas que en nada le habían ayudado,
su cuerpo literalmente molido se revolvía tratando de incorporarse, podía
sentir el colchón de la cama donde descansaba aun húmedo por toda clase de
fluidos corporales tanto de ella como del gordo así como una esencia pegajosa y
olorosa cubriendo toda su sensual anatomía, su vagina estaba muy apestosa a
lubricantes y verga sucia así como unos cuantos vellos púbicos del viejo yacían
pegados a sus labios vaginales, además sentía en su boca un raro sabor, su
cabeza le dolía como respuesta después de haber ingerido alcohol toda la noche.
Después de expresar
un profundo bostezo la jovencita se dio cuenta de su completa desnudez, así que
con toda la femineidad que caracterizaba cada uno de sus movimientos se enrolló
con la sucia sábana para cubrir su esbelto cuerpo, con una de sus manos llevó
un extremo de la sabana para tapar sus apetecibles senos y con otro delicado
movimiento logró cubrir sus prominentes caderas junto a su formidable trasero,
buscó con su verde mirada al viejo pero este no estaba, nuevamente la había
dejado encerrada, buscó su vestido negro pero al igual que el blanco estaba
hecho un harapo.
Aprovechó el momento
de soledad para darse un baño, se sentía asquerosa, ultrajada y no pudo evitar
llorar mientras el agua de la regadera limpiaba su imponente cuerpo, con sus
delicadas manitas refregaba su cuerpo y golpeaba su cabeza en la pared por
haber sido tan estúpida y haberse dejado nuevamente coger por el desagradable y
ruin villano “como pude ser tan estúpida”, decía la tremenda y encuerada
chiquilla con el agua de la regadera resbalando por sus potentes nalgas.
A pesar de haber
estado borracha la jovencita aun recordaba parte de la fogosa escena, y por
supuesto recordaba algunas de las frases con las que ella misma alentaba a su
grasiento compañero de cama a darle más, “yo no quise decir eso” decía la
desconsolada chiquilla en una forma de auto justificarse por lo que había
acontecido horas atrás mientras las ganas de llorar parecían derrumbarla.
Sin embargo, así
como recordaba todas estas frases también recordó haber sentido ¿una especie de
atracción hacia tal sujeto?, recordó las sensaciones tan placenteras que este
le proporcionaba mamándole y masturbándole la panocha, cada orgasmo recibido y
nunca antes sentido que la llevaron hasta la locura, a experimentar
convulsiones y a chorrearse de una forma nunca antes disfrutada por ella, lo
llena que se sentía al tener esa vergota dentro y como ella reaccionaba
moviéndose ondulatoriamente secundándolo hasta el grado de rendirse ante un
viejo que sin duda en otras condiciones vomitaría con solo imaginárselo
penetrándola.
Si bien recordaba
todo esto ella se negaba a reconocerlo, pero su sexo la hizo entrar más en
confusión o le hizo ver lo inevitable, mientras recordaba todo esto ella se
humedecía, se llevó su mano a su concha solo para ver como esta estaba mojada,
muy mojada, y pensando en la posibilidad de que nada de esta excitación era
cierto y solo se trataba del agua que caía de la regadera en una desesperada
opción por constatar lo dicho por ella se talló su panocha y se llevó su mano a
su nariz para comprobar cómo efectivamente lo que le escurría era lubricante
vaginal.
-estoy mojada- dijo
la nena sin creer hasta donde podía llegar su cuerpo, estaba nerviosa
corroborando como su cuerpo se estaba excitando con solo pensar como el viejo
le hacía el amor.
Intentó calmarse,
quizás si pensaba en otras cosas su calentura desaparecería pero no pudo, las
imágenes de Pancho arremetiéndola mientras sonreía victorioso se aclaraban casi
al realismo y no hacían más que mojarla más, para colmo sus pezones se
empezaron a erizar como púas así que llevándose un dedo a su boquita pensó.
“quizás solo sea una
reacción normal por haber tenido sexo hace rato, quizás si me…. (la nena se
abochornaba de su carita)rasco un poquito se me pase” dijo Mar cruzando sus
piernas, colocando una por delante de la otra y comenzando con un delicado y
muy femenino movimiento de fricción de sus muslos sobre su escurrida panochita.
Muy pronto Margarita
comprendió que así nunca iba a lograr su propósito, así que separando un poco
sus piernas y volteando a todos lados como si se sintiera observada por
millones de ojos comenzó a llevar su manita cada vez más abajo, dejaba ver que
no lo hacía muy decidida pues su manita avanzaba unos cuantos centímetros para
retroceder otros pocos llegándose a quedar estancada haciendo un círculo sobre
su ombligo mientras con su otra mano peinaba a mas no poder su cabello.
Al fin se decidió y
con toda la pena del mundo comenzó a deslizar sus dedos muy levemente mientras
su vista se dirigía a cualquier parte, como si le diera pena lo que estaba
haciendo pero era más que nada la incomodidad de estarse tocando en una casa
distinta a la suya, pero al parecer esto se le olvidó cuando muy sonrojada ya
deslizaba uno de sus deditos por toda le extensión de su húmeda zanja.
“¿pero que estoy
haciendo?” decía la nena ya una vez que su dedo se enterraba en tan gloriosa y
deseada fuente de su mujeril néctar capaz de asosegar a las bestias más
salvajes sin embargo no paró ahí, a pesar de todo estaba sintiendo tan rico así
que sin preocupación alguna ahora se dedicaba a masajearse la concha como lo
dictan los cánones, la nena aún se encontraba en el baño, por un momento pensó
en irse a tirar a la cama y abrirse de patas para seguirse tocando pero allá no
podría alertar de la presencia del gordo en caso de que este entrara sino hasta
que ya lo tuviera enfrente por lo que decidió continuar y terminar su labor
adentro de ese descuidado baño todo sucio y con limo creciendo bajo las
paredes.
La nena acomodó su
cuerpo recargando su esbelta espalda en una de las dichas paredes, la que vio
más limpia de esa verde esencia natural, manteniendo su cuerpo ligeramente
angulado, comenzó a realizar los movimientos masturbatorios que ella ya
conocía, primero con una mano pero después se fue incorporando la otra, ante
sus vanos impedimentos comenzó a emitir cada vez más reconocibles y alargados
gemidos a tal punto que estos en cuestión de minutos ya resonaban con todo y
eco dentro de ese cuartito.
Fue aquí donde su
mente volvió a ser asaltada por las deformes muecas de gozo que expresaba el
porcino cada que tenía el placer de someterla, la conchita de Mar reaccionaba
ante tales desequilibrados eventos y se escurría como pocas veces lo había
hecho, los ríos de jugos recorrían buena parte de sus muslos bañando todo lo
que encontraban a su paso, llegando hasta sus rodillas, algunos cayendo en
forma de gotas a partir de ahí, otros bajando hasta sus carnosas pantorrillas
femeninamente proporcionadas, y es que Mar no se daba tregua metiéndose ahora
dos dedos, penetrándose como si de una verga se trataran, quizás la nena lo que
quería era que una caliente y pulsante verga estuviera en esos momentos
ocupando el lugar de sus delgados deditos y precisamente eran estos retorcidos
pensamientos los que estaban haciendo que Mar no dejara de escurrirse.
Mar abrió por un
momento sus ojitos, le pareció escuchar algo pero al comprobar que era un clavo
lo que se cayó volvió a cerrarlos y siguió en lo suyo, sacó su jugosa lengua
que recorría sus apetecibles labios mientras ahora movía su mano en forma de
círculo justo arriba de su clítoris para continuar ahora con ligeras pero
sonoras palpadas que daba sobre su colorada conchita, si bien la noche anterior
aclaró al viejo no ser una puta en estos momentos se estaba comportando como
una, su carita de pequeña viciosa salida era prueba de ello.
La mente de Mar
siguió siendo atacada por horrendas imágenes cada vez más lúgubres y
asquerosas, pero que asco era lo último que a esta nena le causaban, ella se
imaginaba ahora en tales momentos y completamente poseída por una insana
calentura comenzó a realizar movimientos copulatorios sin importar que en estos
minutos careciera de pareja, pero en su mente imaginaba que la presencia del
gordo estaba con ella acompañándola en dichos ajetreos, por un momento llegó a
sentir, como si esto fuera cierto, la verga del gordo abriéndose paso por su
reducido y cuidado conducto, sintiendo como el pesado cuerpo del hombre que la
cogía la aplastaba hasta hacerla pegar su cuerpo a la pared, incluso llegó a
pronunciar el nombre de tan despreciable ser que hasta hace poco la había
secuestrado a ella y a su querido padre, la sencilla jovencita estaba
imaginándose el ser cogida nuevamente por quizás la persona más repugnante para
ella en estos momentos.
-Don Panchooo!!-
dijo la nena en voz alta y sin recriminarse por eso siguió dándose ella misma
hasta que su cuerpo comenzó a sentir las contracciones orgásmicas a las que
estaba a punto de sucumbir.
Por nada del mundo
paraba, estaba caliente, completamente en estado de celo y deseosa por terminar
con tan gratificante tarea que estaba realizando debido a una repentina
aparición periódica que liberaba hasta los niveles más insanos su sexualidad
más mórbida.
El orgasmo que
vendría sería terrible, casi al grado de doblarle las piernas haciéndola caer,
por eso esa obsesión de terminarse ahí mismo, estaba en eso, su panochita ya
empezaba a dejar descargar las primeras gotas de tan anhelado elixir pero justo
cuando estaba por vaciarse un ruido en la cerradura de la puerta se escuchó,
era el viejo quien había regresado.
El viejo, que traía
cara de perro debido una fuerte discusión con Felipe, entraba asomándose como
primera instancia hacia esa desgastada cama y al no ver a su hembra en ella
solo atinó a gritar
-¿en dónde estás
hija de tu puta madre?!!!!!!- pensó por un momento que su bella rehén se había
escapado.
En milésimas de
segundos Margarita reaccionó acomodando su cuerpo y apretando sus manos en
contra de su sexo, queriendo impedir a toda costa que su orgasmo saliera y de
este modo evitar también sus escandalosos gemidos que saldrían de su boca,
alcanzó a gemir pero casi en silencio así que tratando de recomponer su voz
habló, no muy audible pero si lo suficientemente entendible.
-ahhh, ahhhaaquie
estoy, en el baño, no entre por favor- el gordo quien ya casi se estaba dando
la vuelta para salir a buscarla a la calle sintió como su cuerpo inmediatamente
dejaba de sudar.
La nena volteó para
todos lados y afortunadamente para ella una vieja camisa colgaba de otro clavo
así que sin pensarlo mucho la tomó para cubrir su cuerpo y no exponer sus
desnudas carnes ante las pervertidas miradas de Pancho, pero el viejo no traía
intención de acoplarse en estos momentos, estaba muy emocionado pues ya le
habían dado el pitazo de que la hija de Gustavo estaría en un evento social sin
supervisión de sus padres, ¿Cómo se enteró?, quien sabe, pero al parecer la
explicación más lógica seria que los tantos muchachitos que trabajaban o tenían
contacto con el gordo y podían mezclarse con tan distinguidos y adinerado
personajes o que mantenían una constante vigilancia de estos a partir de lo que
publicaban en sus redes sociales, posiblemente habían visto el estado o
biografía del Face de tan despampanante chiquilla donde hacia descripción con
lujo de detalle del lugar que se encontraría a tal hora del día, el día de la
reunión y con cada una de las personas que la acompañarían, cada una (o)
respectivamente etiquetada (o).
Así que el contento
viejo se vestía, aunque aún no era la hora pronosticada para tales eventos
quería verificar por el mismo de la misma boca de sus jóvenes secuaces si lo
que decían era verdad, él no le entendía mucho a eso de las redes sociales, era
como un cavernícola en los tiempos actuales pero quería que le explicaran más a
detalle cómo se enteraron de eso, estos muchachos seguían a detalle cada
movimiento de la jovencita Fuentes, estaba claro que por su hermosura y sus
ganas de tenerla desnuda en la cama, pero sabían que Pancho estaba por mucho,
niveles arriba de ellos, era como el macho alfa de una manada de leones cuyo
propósito se remonta únicamente a fertilizar a las jóvenes leonas para así
perpetuar la especie hasta que llegue otro miembro de la plantilla y lo
destrone de su puesto.
-a dónde va?- dijo
Mar pues veía al viejo metiéndose a su bolsillo la llave de su coche así como
guardándose una pistola dentro de sus pantalones, justo a la altura de sus
partes.
-que te importa
pendeja,- respondió el viejo con su tenebrosa voz.
-usted me dijo que
cumpliría su promesa, maldito viejo mentiroso- dijo Mar pensando que el viejo se
dirigía a despacharse a su papacito y tímidamente se acercaba al viejo como si
pudiera detenerlo, cabe mencionar que esta niña aun no sabía lo de su papacito.
-cállate puta
asquerosa!!!, no voy a donde tú crees, voy a tratar otros asuntos,- dijo el viejo
sacando de su refri una lata de cerveza, devorándola solo de tres tragos y
arrojándola al piso.
-que asuntos??-
preguntó Margarita frunciendo el ceño y retirando con una de sus manos un
mechón de su fleco que yacía sobre su frente.
-uuuuggggggggg- Pancho
lanzaba un tremendo eructo.
-jejejejeje, me da
gusto que quieras involucrarte en los asuntos personales de tu macho pero son
cosas de hombres, cosas que a ti no incumben, tu solo dedícate a limpiar en el
día y a coger durante la noche, nada más, está claro??-
-a propósito porque
no has limpiado?!!!!!!- bramó el viejo con la intención de amedrentar a la
débil señorita.
-ya le dije, ya le
dije que yo no soy su chacha- dijo la nena notándose cada vez más molesta pero
sin dejar de sentir extrañas cosquillitas en su panochita debido al estar
entablando una conversación precisamente con el hombre con quien había estado
fantaseando y hasta masturbándose, ¿o será que las cosquillitas eran debido a
que no se pudo consumar el orgasmo y por esta causa es que le comía tanto su
sexo?, la mente de la nena se debatía entre estas dos posibles hipótesis.
El viejo vio como la
nena le rezongaba, al parecer de tanta amenaza incumplida ya se sentía segura
de que el viejo no le haría nada, que era pura boca, apretó el puño con la
intención de dejarle bien en claro quién manda pero el notar algo inusual en
ella lo hizo calmar, al parecer el viejo había notado en el aire como la
pequeña hembrita estaba deseosa de contacto carnal, veía como su carita seguía
enrojecida y como sus labios parecían apretarse como si fueran a soplar una
vela (el viejo hizo un cambio drástico en su voz, de enfurecido a cachondo).
-yo no quiero
pegarte mi amor, pero a veces me obligas, sabes, en este momento me dirigía a
ver a un amigo que me debe dinero para cambiarlo por ropa para ti para que ya
no andes con esos trapos, para que vistas como solo una hembra de Pancho merece
vestir- dijo Pancho acercándose a su hermosa prisionera, esta se volteó dándole
la espalda pues lo veía abultando sus asquerosos labios pidiendo beso, el viejo
posó sus enormes manos sobre los hombros de ella y terminando de decir su frase
le regaló una sonora nalgada que incomodó y sonrojó a la chiquilla pero que no
hizo nada para mostrarle al viejo su incomodidad.
La nena al contrario,
aprovechando lo romántico que andaba el viejo y al sentir sus caricias sobre
sus posaderas (pues el viejo le estaba masajeando la nalga castigada) se
atrevió a realizar una solicitud.
-Don Pancho, tengo
mucha hambre- dijo la nena volteándose para impedir que el viejo la siguiera
tocando y tomándose su estómago.
-mmm, veré que puedo
hacer, si me haces el favor de limpiar el cuarto claro- el viejo al parecer
había decidido cambiar su táctica de mandón por comenzar a tratar a la nena
como un organismo pensante, una persona con garantías individuales y no como un
par de agujeros que sirven solo para desestresarse (pues aun no le ocupaba el
tercero).
-sí, lo haré- dijo
la nena, a decir verdad estaba tranquila que ahora la tarea no consistiera en
ofrecer a algún viejo alguna de sus lúbricas cavidades.
-bueno te lo
encargo-, el viejo salía del cuarto dejando a la nena otra vez encerrada.
-oiga perooo!!- la
nena desconsolada veía como nuevamente sus posibilidades de escapar se
reducían, así que no le quedó más que ponerse a realizar la tarea que le dejó
encomendada el viejo gordo.
Solo pasaron unos
cuantos minutos cuando en eso tocaron a la puerta.
-¿Quién es?-
respondió Margarita.
-soy yo, Silvia,
abre la puerta-
-no puedo, est……………
no tengo la llave-
-te traigo algo de
comer, como te lo paso entonces??- preguntó la joven bailarina.
-por acá, por la
ventana- Margarita abría una de las ventanas, la otra chiquilla pasaba el
alimento por entre los barrotes, Silvia ya había escuchado pláticas sobre el
porqué de la estancia de Mar sin embargo decidió sacarse la duda por ella
misma.
Por un momento dudó
sobre los chismes que Lencha imprudentemente se había encargado de hacer correr
entre las chiquillas que servían tragos en la cantina pues vio como la nena
realizaba la limpieza como cualquier ama de casa, como cualquier esposa que
quiere mantener limpia su estancia nupcial al lado de su marido, pero se
aventuró a preguntar pues era raro que Pancho la dejara encerrada cada vez que
salía.
-entonces es cierto?,
estas secuestrada?- Margarita solo asintió con la cabeza mientras devoraba el
alimento como desesperada, rápidamente vio en esta chiquilla si bien no un
medio para escapar si la posibilidad de enviar un recado al exterior, veía como
esta otra niña tenía total libertad de andar para acá y para allá, así que sin
más se arriesgó.
-Silvia, por favor,
necesito que me ayudes-
-no amiga olvídalo,
créeme que me indigna tu caso y que de ser posible te ayudaría a salir pero me
metería en problemas, de hecho tengo prohibido estar aquí platicando contigo-
la joven cantinera incorporaba su cuerpo para hacer acto de abandono cuando en
eso fue detenida nuevamente por Mar.
-noo, no te vayas
espera, no pido que me ayudes a salir- dijo Mar.
-entonces- respondió
Silvia.
-tienes un lápiz y
algo donde escribir??- por azares del destino la chiquilla contaba en ese
momento con un lapicero y la libretita donde tomaba las órdenes aunque no eran
horarios de servicio, prestándoselos a la bella rehén quien escribía y escribía
lo más rápido que podía hasta que terminó, arrancando la hoja y devolviendo las
cosas a su dueña.
Lo que ambas niñas
no sabían era que estaba siendo acechadas por el buitre de Lucio quien había
visto como Pancho se retiraba en su cacharro y veía la oportunidad exacta para
colarse y hacer suya a la castaña ojiverde, refiriéndose a lo más vulgar
posible al decir hacerla suya.
-mira, porfa, solo
quiero que lleves esto a la dirección que esta anotada ahí, porfa, es para mi
papá, debe de estar preocupado, por favor dime que puedes-
-asu es que- era de
pensar lo que le pedía Margarita a Silvia.
-mira te pago pero
por favor- dijo la nena y sacó de la cartera de Gustavo (que aún estaba en su
poder) dos billetes de 500, total ella no los ocupaba y sabía que algo así de
arriesgado merecía un incentivo más que el solo agradecimiento.
-bueno te los
aceptaré, a ver dame eso- Silvia al estar tan acostumbrada a recibir dinero de
otras personas era algo común aceptarlo, tenía un niño y era hasta cierto punto
un poco interesadilla, sin pensarlo los tomó pero le curioseó la procedencia de
dicho dinero.
-y este dinero, no
es de Pancho verdad?- dijo revisándolo de atrás y adelante.
-noo!!, ayer parece
que debuté con esos depravados y pues Don Francisco me recompensó-
-jijijijiji, Don
Francisco, que chistoso, debiste de haberle hecho una chamba muy buena a Pancho
para que te pagara- dijo Silvia poniendo más que colorada a Margarita.
-oye y porfa,
podrías comprarme algo para arreglo personal ya sabes, cepillo de dientes,
pasta y…………… algo para ahí abajo- dijo la apenada de Mar.
-jijijiji sí, eso sí
es más fácil, bueno ya, déjame y regreso, en la noche te aviso- justo en ese
momento Lucio abordaba a Silvia.
-jejejeje, así que
quieres ayudar a escapar a esta zorrita verdad, le voy a decir a Pancho- dijo
Lucio más que nada por decir algo pues era pendejo hasta para hablar, lo único
que quería era entrar y trabarse a Margarita quien lo traía caliente desde que
la vio, cuantas manuelas quiso hacerse pero se había jurado que su leche no
sería desperdiciada a menos si esta rellenara algún orificio de la joven
castaña.
-usted que hace aquí
viejo rabo verde?- preguntó Silvia.
-que te importa
puta, porque mejor no te largas mientras yo y tu amiguita nos conocemos un poco
más íntimo- dijo Lucio agarrándose su verga por encima de su pantalón.
-lárguese viejo
cochino- Margarita trataba de ahuyentarlo desde adentro.
Lucio había visto
que las nenas se pasaron algo, quizás un papel, y este seguía en las manos de
Silvia, así que dio un manazo con la intención de arrebatárselo pero Silvia fue
más rápida y sacando una navaja de bolsillo amenazó temblorosamente al horrible
viejo quien al parecer venia envalentonado por exceso de caña.
No hubo necesidad de
que Silvia dijera más, puesto que Lucio venia desprovisto y al verse en
situaciones de desventaja optaba por retirarse.
-maldito viejo, es
un depravado, ten cuidado Maguito, lo he escuchado en la cantina platicándole a
otros que te trae unas ganas, que te va a…. ya sabes- dijo Silvia guardándose
el punzocortante objeto.
Que tan peligroso
debía de ser este barrio como para que una joven madre de 23 años tuviera que
portar una navaja como defensa personal, hasta que nivel tan bajo de
incompetencia, corrupción y descrédito habían caído nuestras “autoridades” como
para que los mismos ciudadanos tuvieran que buscar la justicia por su propia
mano.
-ja, ni que
estuviera tan urgida, mejor un perro, pierde cuidado Silvia esas pulgas no
brincan en mi petate- dijo Margarita.
Ambas féminas se despedían
y regresaban a sus labores pero Mar estaba contenta de que su papá, a quien ya
llevaba casi tres días sin ver, sabría algo de ella e intentaría alertar a las
autoridades ya que en la nota Mar había escrito algunos datos suficientes para
dar con su paradero, era una chiquilla inteligente, había memorizado el nombre
de las calles, el nombre y número del establecimiento (la cantina) y algún
negocio que referenciara, a todo esto Silvia le daba confianza pero aun así
había maquillado el mansaje para que ni ella sospechara, sin saber que la nota
no llegaría a su destino.
—————————————————–
Pasado prácticamente
todo el día el monstruoso sujeto regresaba con unas bolsas, se elevó al ver
como su hembra le había hecho caso y tenía la casa prácticamente limpia, ahora
sí podría presumir que era su hembra y quizás esta noche le sacaría un rato de
pasión ahora sin obligarla o tenerla bajo el efecto del alcohol o alguna droga.
Como todo un hombre
de la casa llegó y se sentó en su sillón, encendió la tele y para su disfrute
había una sensual escena con jóvenes actrices ataviadas en sexys vestidos, el
viejo sacó su tremenda verga y sin disimulo comenzó a masajearla.
En tanto la
chiquilla intentaba no prestar atención al viejo, ya sabía que se estaba
masturbando sin pudor alguno y le incomodaba desviar la vista hacia esa
posición, aunque podía escuchar los asquerosos sonidos que la verga del viejo
hacía en cada una de sus despescuezadas debido a la exagerada humedad que de
esta brotaba.
-oye tú!!,
Margarita!!!- gritaba el viejo, no tanto por intimidar sino porque estaba medio
drogado pues traía una rara bolsita aspirándola y eso le hacía encrudecerle la
voz notoriamente.
-mande- respondió la
nena sin mirarlo.
-ves esas bolsas, es
ropa para ti, porque no te pruebas un vestido, anda modélamelo- dijo el viejo,
estaba caliente por ver como las hembras de la televisión enseñaban pierna y
quería ver a su musa hacer lo mismo, vestida de la misma manera.
-ora, y si me
concedes ese favor mañana te llevo a ver a tu papacito jejejeje- dictó el
viejo.
La jovencita no pudo
evitar sorprenderse al escuchar como este viejo decía que le había comprado
ropa y más aún, el decirle que la llevaría a ver a su papá, aunque esto último
no se lo creyó pero aun así su rostro se iluminó y llevada por tal emoción
dirigió su coqueto caminado hacia donde las bolsas. Aunque Margarita ya se
imaginaba lo corto que debían de ser las prendas no dejaba de ser ropa para
ella y aparte nueva, la camisa del viejo apestaba a sudor y eso la incomodaba pero
mejor así que andar desnuda enfrente de tan baboso sujeto.
Tomó la bolsa y la
abrió, en su interior un conjunto de cinco vestidos yacían muy bien doblados,
los sacó y empezó a medírselos por encima, demostrando su gusto por uno negro
al parecer con aberturas que quedarían en uno de sus costados, si bien
reconocía que eran muy bonitos y que la calidad era pues no muy buena pero
tampoco para quejarse también notó que eran extremadamente cortos y por su
escote predecían que nuevamente enseñaría todo, exactamente como a este
porcinesco sujeto le gustaba.
-ponte uno- ordenó
en viejo, en sus ojos no había más que lujuria y morbosidad, aumentó sus
movimientos manuales para de esta manera darle casi vida propia a su moreno
instrumento.
La sensual chiquilla
comenzó a desabotonarse la camisa, estaba muy nerviosa pues lo estaba haciendo
enfrente del viejo quien no le quitaba su caliente mirada de encima, hasta ella
se preguntaba porque se cambiaba ahí enfrente de él y no se había ido en
primera instancia al baño, el temblor en sus deditos y lo colorado de su rostro
eran prueba de su nerviosismo, si bien la noche anterior se había portado como
toda una puta esto fue más que nada por el alcohol en su cuerpo y las
exquisitas sensaciones que la verga del viejo le hicieron experimentar, pero
ahora ya recuperada de sus sentido sentía que debía de moverse de manera
graciosa y cachonda y en momentos se mostraba risueña pero sin atreverse a
mirar al viejo, fue cuando las cosquillitas en su panocha aparecieron de nuevo
recordando que no terminó su labor masturbatoria en cuanto el viejo se fue.
El viejo en tanto
estaba con su asquerosa boca abierta, mostrando sus amarillos dientes y llenos
de comida atorada entre ellos, su cabello lucia tremendamente seco y se
esponjaba tipo afro, solo que con un enorme hundimiento en su coronilla y con
visibles faltas de pelo en muchas partes.
Poco a poco
Margarita iba dejando al descubierto más carne, su monte venus junto con su
sexo se podían apreciar a la vista pues ella había empezado a desvestirse de
abajo, la nena en un movimiento rápido se sacó la vieja camisa por sus hombros
cayendo esta hasta sus tobillos y escogió el vestido que le había gustado.
La nena se colocó el
prostivestido quedando su infernales curvas muy bien delineadas, se podría
decir que su físico hasta resaltaba más, sus senos se apretaban
escandalosamente ante ese apenas cubriente escote, no tenía tirantes así que el
vestido se sostenía solo apretándose de sus enormes senos y dejaba a la vista
sus hombros desnudos y ligeramente pecosos, y sus caderas eran comprimidas a
tal grado que al vestido no se le hiciera ningún pliegue y se trazaran
perfectos tanto sus muslos como su vientre, para desgracia del viejo las
aberturas u orificios que el vestido tenia al costado hacían ver pieles de
Margarita que con cualquier otro vestido convencional no se verían, a todo esto
el viejo babeaba con sus ojos desorbitados y su verga derramando líquido
preseminal, la nena sin fijarse en eso se calzó con unas exageradísimas
zapatillas de plataforma también compradas, una vez lista se dirigió a modelar
para el viejo.
-ya- dijo la nena
equilibrándose pues la altura de los tacones era exagerado, además de jalar el
vestido hacia abajo pues se le subía escandalosamente.
-pero qué bárbaro
que mujeeer!!!!!- el viejo no se cansaba de admirar el cuerpo de Margarita, era
tan perfecto que admirarlo era una bendición, era como estar en el paraíso y
contemplar a un modelo mucho muy mejorado de lo que debió de haber sido Eva,
con todos los errores corregidos y con la voluptuosidad mucho más aumentada.
Veía con sus ojos de
sapo esas imponentes piernotas que se cargaba la nena, esas moldeadas
pantorrillas tremendamente carnosas que parecieran pertenecer a una gimnasta
olímpica, las curvilíneas caderas que se gastaba junto a su cintura perfecta le
daban la silueta casi de una guitarra, el viejo se incorporaba para poder
apreciar más de cerca los voluminosos pechos y como estos hacían creer que en
cualquier momento saltarían ante sus depravados ojos, acercó su rechoncha nariz
al cuello de tan espectacular hembra y dio una inhalación tan fuerte llevándose
a sus nasales fosas todo ese olor natural de Margarita.
-ahhhhhhhh (al
parecer casi tuvo un orgasmo con solo aspirar a la chiquilla), que rico hueles
niña,- dijo el viejo mientras ella solo se mordía sus coquetos labios.
La chiquilla lucia
algo sumisa, ya no respondía como solía hacerlo antes, no le contestaba al
viejo de mala manera, evitaba las groserías y apodos hacia su obesa persona y
evitaba también mirarlo con desprecio, ¿será qué se estaba acostumbrando a él?.
-ahora niña, me voy
a ir unas horas pero cuando regrese quiero encontrarte así vestida entendiste,
jejejeje, otra vez nos vamos a divertir tu y yo esta noche, está claro??- el
viejo no dejaba de morbosearla principalmente a sus pechos mientras Margarita
daba vueltas intentado proteger a sus gemelas de las pervertidas miradas, lo
traían loco ver como estos se apretaban cada vez más, parte de ellos sobresalía
carnosamente sobre el vestido a partir de donde terminaba la tela evidenciando
que la parte contenida debajo del escote estaba siendo forzada a permanecer
ahí.
-si Don Pancho,-
respondió la nena desviando la mirada y cerrando sus ojitos pues el viejo ya
estaba olfateándola en sus orejas, tocándolas con su grasosa nariz que solo le
embarraba en su piel una sustancia aceitosa productora del brillo en la cara
del viejo.
Margarita sentía
ricas cosquillitas pero aun negaba reconocerlo, fue en esto cuando recordó que
no traía puesto calzones pues su vagina nuevamente estaba escurriendo, el gordo
la tomó de las nalgas sintiendo la suavidad y dureza de cada una de ellas,
enterrando sus grotescos dedos entre las suaves pieles de ella y dando un
fuerte apretón jalándola hacia él, juntando ambos vientres en ese movimiento,
ella dobló sus bracitos y emitió un leve quejido mientras el viejo ya lamia su
cuello de manera asquerosamente morbosa.
Los bracitos de
Margarita poco a poco se iban enrollando entre las grasosidades del viejo quien
se mostraba orgulloso de que la nena estaba sucumbiendo pues podía sentir el
tremendo calor que brotaba de su cuerpecito y que indicaba que en pocos minutos
la tendría abierta de patas, además de que su exquisito vestido que en este
momento portaba no hacía más que alterarle las hormonas hasta la depravación
absoluta, comenzando con una serie de punteos en contra de la grácil anatomía
de tan esplendida joven quien yacía aferrada del marrano con sus ojitos
cerrados y suspirando tratando de sacar toda su calentura acumulada sutilmente
para que el viejo no se diera cuenta, calentura que contrario a eso, se
acumulaba más.
El vestido poco a
poco comenzó a elevársele debido a la posición y a los cada vez más bravos
apuntalamientos, el despreciable y ruin villano dejó de lamerla solo para
dirigir su alcohólica boca hacia los frescos y carnosos labios de la nena, por
un momento estuvieron luchando en un juego por demás erótico en donde la boca
del marrano intentaba alcanzarla pero la de la jovencita se escabullía, el
viejo para esto había levantado uno de los potentes muslos de ella y lo tenía
aferrado con una de sus manazas recorriendo todo su candor de arriba a abajo y
viceversa, ella en tanto se aferraba cada vez más a tan abundante humanidad,
llena de llantas y tatuajes por doquier y con las tetas más caídas que se
habían visto.
Por fin la boca del
viejo logró atrapar a la de Margarita para ambos comenzar a realizar dentro de
ellas excelsos y muy profesionales movimientos linguales en donde más que nada
la del viejo se encargaba de abarcar todo el espacio de ambos, la nena podía
sentir todo el aliento apestoso a cerveza y a comida de la calle muy
encebollada pero esto no hacía más que acrecentar su mórbida calentura, incluso
no se disgustó al retirar de las amarillentas piezas dentales de Pancho un
pedazo de cilantro que por ahí se encontraba.
La nena comenzó a
hacer lo propio y con suaves ondulaciones empezó a secundar al viejo en una
simulación coital más que perfecta, la desnuda vagina de ella chocaba
directamente con el pantalón de él sintiendo como su verga ya estaba en las
condiciones ideales como para proporcionarle el placer que una hembra de su
distinción se merece, estaba por dirigir una de sus delicadas manitas para ser
ella misma la que desabrochara el pantalón de su amante cuando el viejo, ajeno
a estos movimientos que le nena se concentraba en realizar, decidió por parar
con el caliente faje pues su modesto celular lo alertó de lo tarde que se
estaba haciendo, así que sin despedirse de la nena solo la separó de ella y salió
por la puerta dejándola nuevamente encerrada y más caliente que antes.
La nena
tremendamente agitada y completamente colorada solo veía como su macho dueño de
esa potente protuberancia saliente de entre sus piernas se retiraba dejándola a
medias, pero recomponiendo su cordura acomodaba su cabello y vestido para
ponerse a limpiar el exceso de humedad de su brilloso sexo, si bien podría
Margarita justificarse que la noche anterior había estado borracha y por eso se
dejó llevar por la emoción, ahora que explicación podría darse ella misma
viendo como en pleno uso de sus facultades mentales reaccionaba cachonda ante
cualquier insinuación por parte de Pancho y más que nada haberse masturbado
pensando en él.
———————————————
La jovencita Fuentes
bailaba muy pegada con otra de sus coquetas amigas, en el lugar había una
concentración muy grande de chiquillas de muy buen ver, excelsas, hermosas,
todas unas diosas luciendo sus más inmorales vestimentas utilizadas para
embobar a algún chiquillo afortunado dispuesto a llevarlas a la cama,
chiquillos precisamente de la misma estirpe del que hace unos días Margarita se
disponía a conquistar con un coqueto vestido blanco.
-no mames wey me
uuurge un piquete- decía Daniel o Dan, el novio de Dulce, a uno de sus amigos,
quienes recargados en la barra veían como sus novias movían el culo muy
sensualmente, se abrazaban entre ellas a veces realizando poses meramente para
parejas heterosexuales pero que realizadas en dos niñas tan sabrosas como ellas
no hacían más que alterar hormonalmente a todos los ahí presentes.
-jaja, pues yo te lo
doy- dijo el también agraciado compañero adornado en ropas como un verdadero
retrasado pero con la seguridad que le daba su autoestima y las descarriadas
chiquillas de que se veía como todo un artista pseudocantante.
-no chingues, en
verdad wey que no sé qué voy a hacer si no consigo una ahorita, vale madre lo
que me dijo Dulce yo quiero una- el joven ya desesperado por su buena dosis
comenzaba a sudar y exaltarse, cosa que lo ponía violento.
-mira wey, ¿ves
esto?, (el otro muchacho enseñaba unas pastillas), es para alocar a las chavas,
la voy a usar con Cindy, tu deberías aprovechar con Dulce, aprovecha que sus
jefes no están y porque no te la clavas en su casa we- dijo el otro joven, Dan
observó como este otro jovencillo guardaba la bolsita dentro de su chaleco.
-no mames donde,
donde conseguiste eso?- preguntó el apuesto jovencillo.
-ohh, por ahí,-
respondió. –Cindy!!!- el muchachito
gritaba a su novia, esta se separaba de su amiga Dulce quien seguía bailando
ella sola mientras muchos no le quitaban la calorosa mirada de encima así como
algunos celulares.
-que pasó amor- la
nena llegaba donde su novio, recibía un vaso de whisky por parte de él sin
saber lo que en realidad contenía, su novio veía muy risueño como la hueca
chiquilla bebía hasta terminárselo.
Dan veía sorprendido
como en pocos minutos esta parejita estaba en un semioscuro rincón comiéndose a
besos y casi cogiendo con la ropa puesta, quiso poner a prueba eso que le dijo
su amigo pero mientras se dirigía a este con la intención de pedirle una de
esas mágicas pastillas fue accidentalmente tropezado por otro etílico chamaco,
el muchacho se tomó a reto tal osadía y embravecido comenzó a tirar golpes por
doquier sin impactar a su adversario, pero fue en uno de sus golpes que al no
controlarse él mismo se dirigió colisionándose contra su inadvertido
combatiente quien no se había percatado de nada hasta que sintió el empujón
cayendo al suelo con todo y copa, ambos muchachos se levantaron solo para
protagonizar una pelea alcanzando a deteriorar parte del inmueble del
establecimiento hasta que fueron detenidos por personal calificado en este tipo
de circunstancias.
La artística
señorita pintada como toda una putilla se molestó, su novio le había prometido
que sería una noche inolvidable, además le había asegurado que él no iba a
tomar, no iba a drogarse y por supuesto no iba a pelear, así que el ver como su
novio era dirigido junto con otro a responder por los daños se decepcionó y dio
por terminada para ella la velada, además de que ella estaba un poco tomadilla
y alguno de los empleados domésticos a su servicio viéndola llegar en tales
condiciones le podrían contar a su madre quien la tenía extenuantemente cuidada
para el futuro que le auguraba, ya habría tiempo para fiestas le decía ella.
Dulce buscó con la
vista a sus demás compañeros pero no los halló, veía como un grupillo de
hombres un poco mayores y con vestimentas extrañas adornados a mas no poder con
cadenas y lujos estrafalarios, cinturones con hebillas grotescas y chistosos
sombreros de los cuales asomaba una colorida pluma no dejaban de verla a ella y
sus comestibles redondeces, así que optó por salir antes de que descubrieran
que estaba sola, total que cerca estaba la carretera y podría pedir un taxi,
era tarde pero confiaba con poder encontrar uno a estas horas, pudo haberse
llevado el coche de su novio pero no contaba con las llaves y este no bajaba de
donde lo llevaron, y no bajó por unos buenos minutos mientras ella muy nerviosa
veía como uno de esos hombres, un negro, bailaba solo, pero con la reconocible
mirada de que pensaba acercarse a ella.
La jovencita salía
por la entrada principal, llevándose una buena cantidad de piropos por algunos
muchachos que ahí se encontraban, caminó más deprisa pues uno se aventuró a
seguirla unos metros pero gracias a ella eran jovencitos de su misma edad y se
supone alguno de su mismo estatus social, así que ni eran muy leperos ni eran
muy insistentes.
Pancho, quien había
estado esperando algunas horas afuera alcanzó a divisar como la suerte estaba
más que de su lado, el verla caminar sola y expectante para todos lados solo le
indicaban lo desprotegida que se encontraba, era el momento para este gordo
quien sin perder tiempo encendió su auto y se apresuró a alcanzarla, nunca
pensó que la suerte y la casualidad fueran a convertirse en sus mejores amigas.
Dulce se detuvo y
esperó unos minutos, siendo vigilada a lo lejos por el viejo, ella en tanto
esperaba ver algún taxi pero para su suerte no fue así, aunque sin perder la
esperanzas se dijo que posiblemente sea porque estaba alejada de la autopista,
quizás si llegaba allá a lo mejor encontraría uno, era un verdadero manjar ver
a esta voluptuosa nena vestida de esa manera caminar despacio por las oscuras
calles de una ciudad insegura, el ruido de los tacones delataban la posición de
la chiquilla al sonar con el concreto, fue el momento en que su mente le
dictaminaba regresar a espera a su novio, “quizás ya salió” pensaba la futura
modelo, pero ella había abandonado por decisión propia y era muy orgullosa para
regresar derrotada, para ella no encontrar taxi seria la derrota.
Fue entonces cuando,
mientras caminaba observó un viejo auto alcanzarle el paso, se asustó y apretó
su andar pero le era imposible dejarlo atrás, apenas iba a gritar cuando en eso
el viejo Pancho habló
-jovencita, no te
parece muy tarde como para que una niña como tu ande sola, estas calles son muy
inseguras, si me permites yo podría llevarte a tu casa- dijo el viejo mientras
por su parte agarraba su astronómico paquete, estimulado ante la impactante
visión de esta chiquilla sola, el escuchar como sus tacones resonaban y el
verla vestida como esperando a algún cliente.
“estúpido viejo y
que dijo, está ya se subió” –eso a usted no le incumbe señor, y por favor
déjeme tranquila, aquí tengo mi cel y no dudaré en hablarle a la policía si
usted no me deja en paz- dijo la nena deteniéndose en el acto, mostrando su
lujoso celular al gordo mientras una de sus manos se apuñaba en su desnuda
cintura pero a la vez inclinando ligeramente su cuerpo, dejando ver al gordo
uno de sus hipnotizantes bamboleos de pechos.
El viejo en tanto
recorría con una de sus manos su barbilla, había sido un monumental
acontecimiento poder disfrutar por un momento de esos perfectos pechos, tan
blancos y carnosos, se imaginaba lo rosado de los pezones y como estos debían
de estar paraditos pues la noche estaba fresca, así que sin dejar que la nena
avanzara continuo gruñendo.
-oye chiquilla, yo
no te he faltado al respeto para que me contestes así, yo solo te ofrecía
llevarte a tu casa o adelantarte por lo menos a que pasaras esos tipos que
están allá enfrente y que parece ya te echaron el ojo- dijo el viejo
encendiendo un cigarrillo.
-¿cuáles tipos?-
preguntó la nena, detenidamente observó hacia la dirección que apuntó el gordo,
ella, por ir pensando en sus cosas no advirtió la presencia de al parecer cinco
sujetos recargados en una barda pero alejados aun como para poderla escuchar
tanto a ella como a sus tacones, pero aun así el viejo no la convencía de
subirse a su coche, y más por las fachas de vago con las que este contaba, con todo
esto no pasaba ningún taxi por lo que decidió regresar con su novio para que
este la llevara pero justo cuando había volteado a ver el camino por donde
venía notó más presencia extrañas que se acercaban caminado en dirección a
ella.
Estos traían un escándalo
brutal, venían todos locos, por lo que asustaron a la chiquilla quien hasta
esos momentos se daba cuenta de que estaba completamente indefensa, sola y en
una de las calles más oscuras de la ciudad, en estos momentos la veía muy
oscura.
-bueno yo ya me voy-
dijo Pancho en un intento por presionar la decisión de la nena.
-noo!!, espere por
favor, no quiero que me lleve a casa, puedo irme sola, pero por favor déjeme
entrar a su auto en lo que pasan esos tipos de allá atrás, por favor solo
entrar- dijo la nena escuchando como la marcha del casi destartalado coche de
Pancho se había encendido.
El pervertido
secuestrador se sentía como todo un robachico enseñándole una paleta a un niño,
no cabía de gozo pero tuvo que guardar su estimulada verga la cual había sido
masajeada todo este tiempo en que duró la plática aprovechando la oscuridad que
lo favorecía, tanto que la nena ni siquiera alcanzó a contemplar muy bien lo
feo de cara que era.
La jovencita
observando que el viejo no tenía intención alguna por bajarse a abrirle la
puerta se dignó a abrirla ella misma, ofreciendo en cada detalle cualquier
cantidad de estéticos movimientos féminos como si estuviera en una pasarela,
que igual a su caminar, eran perfectos, la jovencita entró por una de las puertas
trasera, sentándose como toda una dama de sociedad, cruzando elegantemente las
piernas y depositando sus manos en el lugar exacto donde se hacía un hueco que
pudiera hacer evidente el color de su ropa interior.
Una vez dentro se
dedicó a esperar que los tipos de atrás pasaran pero estos se habían detenido,
estaban al parecer dialogando entre ellos y rebuznando cualquier cantidad de
estupideces, aventaban botellas a donde sea exhibiendo su circo callejero,
Pancho veía desde el retrovisor que la nena estaba asustada, era obvio pues a
pesar de sus altanerías aún era una niña, pero se veía más maleada que la
caliente Margarita, así que caballerosamente le ofreció un cigarro para calmar
su temperamento.
-relájate chiquilla,
en un momento se irán y podrás seguir tu camino-
-gracias- dijo la
nena aceptando el cigarro y el fuego y poniéndose a fumar con mucha sutileza,
una de sus manos echó para un solo lado el abundante y dorado cabello de la
señorita modelo.
————————————————————-
Pero mientras el
gordo esperó a que la nena saliera del antro, que pasaba en su cuarto que una
joven cantinera se metía nuevamente a sus dominios…………..
-Mar, Maaaar- decía
Silvia, había ido a verla con la excusa de volver a dejarle comida por órdenes
de Pancho, con esto se quitaba a Lencha de encima.
Margarita yacía
recostada y vestida exactamente como Pancho la había dejado, solo que ahora
para cubrir su intimidad se había puesto una de las tangas que el viejo le
había conseguido, o más bien unos pedazos de hilos que solo se cruzaban
alrededor de sus caderas y entrepierna.
-amiga que pasó,
viste a mi papá?, le diste la nota?- preguntaba la nena, pero Silvia primero
decidió chulearla un poco por lo exclusiva que se veía.
-pero mira nada más
que guapa jijijiji, como no te va a pagar Pancho así, pero ya……… a lo que
vengo, Mar lamento decepcionarte pero no entregué la nota- dijo la otra
chiquilla.
-pero como, Silvia
tú me prometiste que- la chiquilla se molestaba, había pagado por eso y merecía
una explicación lógica y creíble.
-si amiga, si fui,
pero por más que toqué no salió nadie, (a partir de aquí la voz de Silvia se
convirtió en un susurro) pero siento que hay algo raro en todo esto, pregunté a
algunos vecinos y nadie me supo dar respuesta sobre tu papá, dicen que no lo
han visto, además hay rumores en la cantina de que Pancho tiene a un hombre
secuestrado en un edificio abandonado de Felipe, aquí a la vuelta, a media
cuadra, pasando una llantera, no sé qué esté ocurriendo la verdad, nadie quiere
dar más detalles- la ataviada Margarita escuchaba atenta.
-pero eso no es todo
amiga, aquí va la parte fea, escuché a Lencha quejarse con Atilano (el viejo
ayudante de Felipe quien le preparó a Margarita una bebida semenergética) que
algo de llevarle de comer ya le estaba cansando a un tal papá de la zorrita
esa, algo así escuché, te lo juro, ¿Desde cuándo Lencha es llevadora de
comida?, ¿Por qué no envía a una de las chiquillas?, todo esto es muy raro,
nada más que yo me hice la desentendida porque se dio cuenta de que yo andaba
por ahí, la Lencha es mala, cuídate de ella, tiene toda la protección de Felipe
y Felipe está hasta el cuello enredado con unos tipos que vienen cada mes,
gente mala, amiga no será tu papá del que hablaba la bruja?- preguntaba la
conmocionada Silvia.
-no, eso no es
cierto, debiste de haber escuchado mal, ese hombre del que hablas posiblemente
se trata de Gustavo, un viejo que secuestraron utilizándome como sebo-
respondía Mar.
-ay amiga, la verdad
no quise preguntar porque esas son cosas mayores, cosas donde ya no podría
ayudarte, no sabes cuantas personas han matado últimamente por estos
alrededores por andar de hocicones y preguntones, la verdad me da miedo, a
veces quisiera irme pero a donde, y yo sola, si dicen que todo el país está
igual- dijo Silvia.
-si amiga te
entiendo, gracias-
-de que, si no te
pude ayudar en nada- dijo Silvia enculillándose y recargándose en la pared de
la casa, observando con sus negros ojitos como las estrellas adornaban el
firmamento, cerrando muy bien sus también potentes muslos pues llevaba una
faldita demasiado corta, de manera que Margarita perdía la visión de ella pero
seguía escuchándola.
La mente de Mar
reflexionaba, primero se preguntaba sobre su papá, posiblemente Silvia había
ido cuando este se encontraba trabajando por lo que preguntó la hora y
coincidió con su premisa, además su papá no era muy sociable con los vecinos, y
por lo que respecta al hombre secuestrado estaba segura que se trataba de
Gustavo, además no había lógica en lo que Silvia contaba, para que quería Pancho
a su papá si ella ya había aceptado quedarse con ellos a cambio de dejar en paz
a su progenitor, así que se resignó a pensar que la casualidad no le había
favorecido en estos momentos.
-lo que si te traje
son tus cosas, toma- dijo Silvia incorporándose, notando en Margarita ganas de
llorar compadeciéndose de ella.
-que tienes amiga,
no llores,-
-Silvia yo lo que
quiero es salir de aquí, quiero irme a mi casa pero este…… gordo no me deja,
bueno gracias como quiera, en verdad, te lo agradezco- dijo Mar volviéndose a
acostar como toda una doncella que espera la llegada de su apuesto príncipe a
rescatarla.
-espérame- Silvia
desaparecía por un rato para después aparecer con una maceta y un cincel
traídos de la bodega de Felipe a escondidas.
-toma, es lo mejor
que te pude conseguir- dijo la joven cantinera, Margarita observó las
herramientas y su carita se iluminó, con esto bien podría romper la puerta
entera, con algo de trabajo pues era tan delicada que hasta le costaba levantar
la bolsa donde venían dichos materiales.
-bueno yo me voy, no
digas nada nadita, cuídate amiga- la cantinera se despedía.
-gracias amiga, tú
también cuídate mucho-
Mar veía que era de
noche, estaba oscuro y posiblemente el viejo regresaría pronto y podría
encontrarla a ella ocasionando destrozos a su patrimonio y esto lo encabronaría
sin duda alguna, así que la jovencita decidió por el momento esconder los
utensilios en un lugar seguro y esperar a que amaneciera, la otra opción que
rondaba la mente de tan apetecible ya mujer era que posiblemente el viejo
regresaría muy tarde o con suerte no regresaría, quería huir pero aun recordaba
los peligros que vagaban el barrio en las noches.
——————————————————————-
Mientras tanto en el
coche de Pancho…………
La nena ya se había
terminado su cigarrillo pero los sujetos no se iban, veía desesperada como los
minutos pasaban y la situación de estar en un auto todo oxidado y oliendo a
mugre junto a un obeso desconocido con la cara del mismo diablo la tenían muy
nerviosa, para colmo todo el asiento trasero del coche estaba en deplorables
condiciones, el viejo notó la femenina incomodidad y le ofreció pasarse al
asiento del copiloto, ella dudó un poco pero la aparición de una cucaracha
sobre uno de sus bracitos la hicieron brincar y pegar un grito y sin darse
cuenta ya estaba sentada al lado del gordo.
-señor por favor
lléveme a mi casa,- dijo la chiquilla después de pasar por la inesperada
escena, limpiándose su blanco bracito con un clínex mientras sus cabellos se le
iban para adelante enseñando una apariencia muy llamativa.
El viejo lobo solo
sonrió mientras encendía nuevamente el auto, pero antes de lograr esto hizo
como que accidentalmente se le caía algo, dicho objeto cayó del lado de la
principiante modelo quien educadamente comenzó con la realización de la
búsqueda para dárselo al viejo pero justo cuando esta agachaba su azulada
mirada fue asaltada por él, quien valiéndose de su fortaleza y de un trapo
húmedo en cloroformo logró someter a tan encantadora fémina.
Pero que fácil había
caído la nena, tantas veces en donde sus intentos fueron en vano y ahora cuando
menos se lo esperaba estaba ahí, con el cuerpo de la inerte hembra acurrucado
en su viejo auto, se la hubiera violado ahí mismo pero tenía otros planes y
había muchos presentes.
————————————————————–
La encantadora Dulce
se despertaba, después de haber estado acostada en un viejo sillón incorporaba
su exquisito cuerpo para darse cuenta de que se encontraba en un lugar
completamente desconocido, oscuro, muy sucio, y más se asustó cuando escuchó
los chillidos de unas ratas que por ahí deambulaban, pero su temor fue mayor al
contemplar a tres hombres exageradamente horribles parados al lado de ella y
cada uno expresando una mirada y sonrisa casi satánica.
-quienes son
ustedes??!!!- gritó la intimidada y joven promesa del modelaje al verse rodeada
por tan desagradables sujetos.
-shhh, no grites
ricura, solo queremos jugar un ratito contigo, se buena con nosotros y te
prometemos que nada malo te va a pasar- dijo uno de los sujetos, la nena
recordó entonces esa fea y cachetona cara, se trataba del gigantesco Pancho,
volteo a ver a su segundo captor, un viejo feo y con una dentadura que
sobresalía de su boca, dientes extremadamente chuecos y desnivelados, se
trataba del anciano Felipe quien a sus casi 70 años aun tenia energías para
coger, para su edad se notaba muy lleno de vitalidad, y por último un
hombrecillo panzón y de cara alargada, el joven Lucio, joven comparándolo con
estos otros dos antagonistas ya que su edad rasguñaba los 50.
La nena miraba con
terror a estos pervertidos seres, quienes esperaban que la nena entrara en un
ataque de pánico, suplicara por su seguridad o de plano intentara arremeter
contra uno de ellos, pero ninguna de estas opciones ocurrió, la nena se tomó la
situación de la manera menos pensada por este trio de malhechores.
-jaja…. Jajajaja……..
jajajajjajajajajajjajajaja- la jovencita Fuentes comenzó con un serio ataque
pero de carcajadas para sorpresa de los tipejos quienes se veían extrañados el
porqué de la reacción de la señorita.
-jajajajajajaja,
esperen jajajaja, ya en serio, jajajaja, discúlpenme de verdad jaja, o sea, la
verdad que que buena broma eh, miren hasta con disfraz de pordioseros y toda la
cosa, y quien se supone que eres tu eh, cuasimodo?? jajajajja (decía la nena
refiriéndose a Lucio), ya en serio amigos díganme, a donde está la cámara para
sonreírle- la nena se ponía de pie en toda su perfecta y delineada carnación.
-te atreves a
burlarte de nosotros perra estúpida- dijo el gordo y avanzó hacia la risueña
chiquilla quien llevaba una de sus manitas a su carnosa boquita para disimular
las ganas de seguir riendo, creía que el lenguaje soez era parte de la
actuación.
-señor, no se haga,
está más que obvio que esto se trata de una broma, o si no, no me explico que
haría yo, Dulce Lissette Fuentes Ruvalcaba, heredera única de la fortuna
Fuentes, una verdadera promesa del mundo del modelaje, o sea, cual Adriana
Lima, cual Bar Rafaeli, yo!!!, Dulce Lissette, que haría en un lugar tan……. cochino
como este y compartiendo el escenario con unos pordioseros como ustedes, o sea,
sin ofender eh, es más tome, mi pañuelo, se lo obsequio, más adelante valdrá
una fortuna- dijo la nena sin ofenderse por la forma vulgar de Pancho
refiriéndose a su encantadora persona.
El viejo se
encolerizó, como era posible que una muchachita se estuviera burlando de él
tratándolo como un payaso, siendo él uno de los secuestradores más peligrosos y
“buscados” por el Estado, así que sin más decidió dejar bien en claro la posición
de ella.
-así que eres modelo
chiquilla pendeja, más bien pareces actriz porno-
-sabias que el
modelaje y la pornografía van de la mano?- dijo el marrano.
-a que se refiere?-
preguntó la chiquilla.
-si pendeja, me
refiero a que si no sabías que muchas modelos son también actrices pornos, de
la misma manera muchas actrices pornos empezaron o siguen modelando-
-primero son
edecanes en las empresas de sus papis, más tarde representantes de alguna marca
de prestigio, se lanzan como modelos, después reciben una oferta para posar en
alguna revista para caballeros primero de entretenimiento y luego nudista para
posteriormente terminar haciéndole favores orales a patrocinadores para seguir
en vigencia, y cuando ya pasaron sus añitos de inocencia debutan en alguna
película porno de bajo presupuesto jejeje,- decía el pervertido sujeto, la nena
escuchaba las parloteadas del viejo empezándose una discusión entre ellos.
-bueno, eso creo
yo…… se da dependiendo de los gustos de cada una- decía la nerviosa chiquilla,
se estaba empezando a inquietar pues veía la depravada mirada que el gordo le
mandaba a cada curva que conformaba su cuerpo, como esa nariz de cerdo se
expandía para llevarse hasta sus fosas nasales la mayor cantidad de perfume
femenino y olor a mujer que de la nena se desprendía.
-nada pendeja, si te
dedicas al modelaje llegará un momento en que tendrás que aflojar para que tu
carrera suba, si no te estancas, pierdes terreno, te olvidan y terminas siendo
desplazada por alguna de esas otras zorritas más jóvenes que vendrán detrás de
ti, así es esto- Lucio escuchaba atento como el gordo croaba, pero a la vez no
podía evitar recorrer de pies a cabeza la descomunal figura de la atractiva
chiquilla, estaba tan caliente que ya comenzaba a masajearse su verga por
encima de su pantalón, se decía que hoy volvería a probar carne tierna mientras
le daba otro trago a su mula de caña y sonreía maliciosamente.
-eso no es cierto,
hay muchas que……- apenas y la nena iba a mostrar su descontento cuando fue
interrumpida por la superior y carrasqueña voz de Pancho.
-a mí no me
rezongues!!!!, jejejeje, se nota que te hace falta mucha disciplina, y si no me
crees lo que te digo porque no se lo preguntas a la puta de tu madre, ella
cuando empezó a modelar tuvo que hacer ciertos favores a algunos productores
para mantenerse vigente aun después de que te tuvo a ti, por lo visto no te dio
pecho pues no se le han caído la chiches jejejejeje, no te dio pecho ti pero
que tal a su representante- dictaminó el gordo, la nena se quedó sorprendida,
al parecer estaba ante sujetos que la conocían a ella y a su familia.
-oiga y usted como
sabe que mi mamá fue modelo?-
-jejeje, yo conozco
mucha gente chiquilla……. Lo que yo te digo es cierto, así que porque mejor no
empezamos para que te vayas acostumbrando al tipo de favores que a futuro
tendrás que realizar, anda, ven, chúpamela, quizás y en una de esas tu carrera
se desvíe a actriz de telenovela- decía el viejo mientras sacaba sus 22 centímetros
de dura carne morena y recorrida por centenares de venas y arterias.
La nena al ver los
vulgares comportamientos del viejo y que esto iba en serio decidió escapar,
pero la única entrada y salida estaba justo detrás de estos animales, así que
sin importarle nada trató de huir como si pudiera atravesarlos pero su
cuerpecito chocó con la gruesa y grasosa mole de Pancho.
-a dónde vas
putita?-
-iiiuuuu, viejo
cochino suélteme está sudado, apesta!!- dijo la nena librándose de las garras
de Pancho, retrocediendo un poco mandando manotazos.
-mi celular, mis
cosas, dónde están?!!!!, dónde están???!!!!, auxilio!!!!!, auxilio!!!!!!,
alguien que me ayude por favor!!!!!!!!!!!!!- gritaba la histérica nena, comenzó
a temblar de todo su cuerpo, al parecer estaba entrando en un ataque de pánico,
y como no, estaba a punto de ser violada y la habían despojado de sus
posesiones de valor.
Pero pancho con toda
la calma del mundo se acercó a ella y de una fuerte y sonora cachetada la hizo
volver en sí.
-mira pendeja, puedes
gritar todo lo que quieras que nadie te va a escuchar, pero eso sí, grita
cuando no esté yo quieres, tengo mucho dolor de cabeza como para estar
soportando tus berridos así que…….. Si en verdad aprecias esa carita de
muñequita que tienes lo mejor será que te calles y seas obediente, entendiste?-
dijo Pancho sacando una navaja y pasándola por el cuello de la mujercita, la
nena al sentir el frio filo solo asintió con la cabeza, como por arte de magia
sus lágrimas desaparecieron.
-sí, sí, pero por
favor, por favor, no me haga nada, no me haga nada, mi familia tiene mucho
dinero y puedo darles lo que quieran pero no me hagan nada- la nena hablaba
demasiado rápido.
-shhhh, shhhhh,
tranquila princesita, tranquila, nadie va a hacerte daño, lo único que tienes
que hacer es chupar algunas vergas y dejar que estas te penetren hasta que se
vacíen y ya, es más ni siquiera puede que seamos nosotros quienes te violemo….
Jejeje perdón juguemos contigo- dijo Pancho tallando los dorados cabellos de la
casi modelo.
-ustedes no?, si
ustedes no entonces quiénes???- preguntó la chiquilla.
-mira chiquilla,
escucha bien, en este juego hay dos grupos, uno está conformado por nosotros
tres y el otro son solo dos gentes, ahora sin ver al otro grupo tu tendrás que
decidir, fíjate, hasta te estoy dando a escoger, tendrás que decidir quiénes
serán los afortunados de iniciarte formalmente en el mundo del modelaje jejeje,
recuerda nosotros somos tres, el otro grupo solo son dos personas- dijo Pancho,
la nena podía aspirarle todo su apestoso aliento.
La nena se quedó
aterrada, sería violada, de eso no había duda, utilizando al máximo sus
conocimientos matemáticos dedujo que muy posiblemente sería más fácil contener
a dos personas que a tres, ya que si Pitágoras y los deditos de su mano no le
fallaban tres era un número mayor que dos, además veía a estos tres viejos
extremadamente pervertidos y asquerosos, apestaban a sudor y estaban re feos,
en especial el chaparro (Lucio) quien parecía el duende maldito, además ya de
reojo había visto la verga de Pancho y estaba enorme, la partiría pensaba ella
considerando la medida vergal de su apuesto y drogadicto novio, así que sin
dudarlo escogió su decisión.
-el otro, si, el
otro grupo- dijo la nena pensando que alguien más asqueroso que estos tres era
imposible de encontrar, la nena no dimensionaba que estaba escogiendo a una
pareja de hombres para que ¿la cogieran?, que desequilibrada está la juventud
de hoy en día.
-segura chiquilla?,
es tu decisión final?- preguntaba Pancho.
-sí, convencida, los
otros dos, el otro grupo- decía la asustada chiquilla.
-qué pena, me
hubiera gustado estar en el grupo ganador, Lucio!!, has pasar a los apuestos
caballeros, ¡¡¡¡la reina ha escogido!!!!- ordenó Pancho.
La chiquilla veía
con horror como por esa puerta entraban dos seres los cuales dudaba si estos
podían calificar como humanos, se trataba de dos vagabundos que ya llevaban
algunos meses deambulando por la zona, usaban ropas muy desgastadas y rotas,
sucias, llegándose a ver como si estas fueran de color café o negro como tonos
originales, uno de ellos era tan gordo y casi tan alto como Pancho, traía
colgada una maleta en donde metía todas las latas y botellas que se encontraba
y aplastaba en los basureros, usaba unos pantalones arremangados y unas chanclas
de las cuales una ya estaba partida a la mitad, tenía una pata demasiado
hinchada lo que hacía verlo caminar de manera dificultosa, chueca, hablando de
su rostro era feo y no se podía distinguir cual era en realidad el color
natural de su tez pues estaba cubierto por tanta mugre hasta el punto de
parecer negro, con solo el desagradable olor de este sujeto la dulce fragancia
femenina de la chiquilla se desvaneció, era tal el apeste que muy posiblemente
cualquier animal doméstico hubiera huido de la zona despavorido, la razón de su
olor se debía en mayor medida a que tomaba mucho y con frecuencia vomitaba en
sus mismas ropas o limpiaba el vómito en su cuerpo con sus prendas, podía
apreciarse algo parecido a camarones y papilla impregnadas en su extenso pecho,
pero si este era asqueroso el siguiente estaba en otro nivel.
A diferencia del
primero cuyo rostro aparentaba una edad de por lo menos unos 40 años, este
segundo era un viejo, un anciano, traía en su cabeza un pasamontañas, barba
ceniza y muy poblada, su rostro lleno de arrugas y verrugas, pero lo más
espantoso era su boca, casi en su totalidad desprovista de dientes, solo se
alcanzaban a visualizar cuatro piezas adornando su boca, de esta escurría baba
y no solo eso, de sus fosas nasales escurría también una gran concentración de
mucosa verde, este no era tan gordo, su cuerpo más bien tenía la forma de una
pera, poco pecho y algo de panza, e igualmente vestido con ropas andrajosas y
acompañado de un perro que no dejaba de ladrar, la razón por la que este otro
viejo también apestaba era que venía cagado de sus pantalones, y una
superpoblación de moscas tanto en sus nalgas como arriba de su cabeza adornaban
a tan repulsivo sujeto.
-señor por favor
creo que ha habido una confusión, permítame escoger otra vez quiere- la
chiquilla se había echado para atrás al contemplar la inmunda atrocidad que le
esperaba, hasta experimentaba un tip nervioso en su ojo izquierdo.
-nada chiquilla, tú
escogiste, ahora cumple, bueno caballeros ustedes han sido los ganadores, ahora
preséntese ante la señorita-
-la verga, yo vengo
porque a mí me prometieron comida- dijo el más gordo.
-no seas pendejo
Culandro, yo te decía que solo nos llamaron pa´ corretearnos con agua fría por
lo de la otra vez- dijo el moquiento, aspirando su asquerosa mucosidad.
Don Culandro (el
gordo) y Don Penesio (el anciano), no eran sus nombres reales pero así se
hacían llamar y así les pusieron los vecinos, eran dos vagabundos que también
tenían la maña de robar a quien vieran no pertenecía a los alrededores,
acompañados de su fiel Rintintín, un aberrante y enorme perro negro sarnoso,
pulgoso y rabioso, de raza desconocida o aun no clasificada, hasta por momentos
se dudaba que eso en realidad fuera un perro.
-se equivocan
caballeros, están ustedes aquí presentes para disfrutar de un dulce manjar, ven
a esta niña, pues pueden hacerle lo que quieran, es una puta que hemos rentado
para ustedes, como un obsequio por ser tan buenas personas y limpiar estas
calles de toda la basura que arroja la gente, no se preocupen está domesticada,
así que adelante, se vale meterle la verga, mamarle la panocha y vaciarse donde
ustedes quieran y cualquier berrinche o negación por parte de esta francesilla
pendeja se analizará para su respectivo castigo, así que adelante, sírvanse-
invitaba el obeso de Pancho mientras él tomaba asiento en una silla ubicada
enfrente del sillón donde esperaba la nena, ya Lucio y Felipe había tomado sus
respectivos lugares.
-ohh, apoco es
francesa?- preguntó Culandro.
-no, pero parece-
dijo Pancho.
Los viejos errantes
observaron detenidamente a la preciosidad ahí sentada, tenían mucho tiempo que
no cogían, al menos Culandro, Penesio tenía mucha más experiencia en el ámbito
sexual pero solo con perras pulguientas y así sin lavárselo guardaba su aparato
entre sus pantalones cubierto por cualquier cantidad de extrañas fragancias y
enemas caninos, ya que no había hembra humana en el mundo que quisiera tener un
momento de lucidez con tan desagradable y cagado sujeto.
Por eso con el simple
hecho de ver en primera fila a una perfecta ejemplar de hembra de su ahora sí
misma especie no pudieron evitar experimentar una rara sensación en sus
pantalones, algo entre sus piernas cobraba viva y se erigía poderosamente
mientras iba casi desbaratando los trapos esos que ellos mismos llamaban
pantalones así como desprendiéndose de costras de mugre que literalmente
formaban una armadura que cubrían sus miembros y que se partían conforme las
vergas resucitaban.
Los desagradables
viejos se acercaban a la nena quien veía aterrada el aspecto visual y edades de
los sujetos que disfrutarían de sus servicios, sus manitas comenzaron a sudar y
su cuerpo se puso extremadamente tenso, cuando los viejos se sentaron junto de
ella no pudo evitar expresar un gesto de vómito, y es que el olor era
insoportable que hacia llorar sus ojitos, sintió como una de las tantas manos
se posó sobre uno de sus pechos y comenzó a masajearlo, ella intentó retirarlo
con su mano pero le fue inútil, otra mano había asaltado ese salvador bracito y
de paso se lo había cubierto de suciedad, la futura modelo podía escuchar el
zumbido que venía a partir del aleteo de todo el enjambre de moscas que
revoloteaban para allá y para acá y que ya empezaban a pararse sobre su
cuerpecito y friccionar sus patitas.
La cochina mano
seguía masajeando ese perfecto, redondito y paradito seno mientras otra se
posaba sobre la torneada y carnosa pierna de la fémina y principiaba un calloso
recorrido hacia arriba dejando una impregnosa marca de suciedad y algunas
flemas, Dulce sentía como ya eran tres manos las que tallaban su cuerpo, se
preguntó por la cuarta, que estaría haciendo, así que desvió su azulada mirada
para contemplar con terror como esta cuarta mano masturbaba una imponente
verga, la verga de Don Culandro era enorme, gigantesca y muy gorda, de nada
había servido que hubiera rechazado la de Pancho si esta estaba en igualdad de
condiciones y longitudes.
-vamos zorra
muéstranos tus chiches, anda!!- el pervertido de Penesio con todo y mocos en la
cara y barba ordenaba, su aspecto era de lo más repugnante e intimidaba a la
nena con solo saber que existía.
La nena conmocionada
solo volteaba a ver al trio de depravados quienes bebían cerveza sentados como
si estuvieran disfrutando de algún entretenimiento televisivo, pero a la vez
veía una moruna en las manos de Felipe y recordaba sobre el supuesto castigo
que tendrían sus negaciones, así que esperando unos minutos en donde disputaba
sus sentimientos dentro de su avara cabecita llevó sus manitas atrás de su
nuca, lentamente deshacía un nudo para de esta manera el sugerente escote fuera
deslizándose hacia abajo hasta que aparecieron ante todos los presentes los
carnosos pechos de la joven modelo, los cuales se mantenían exquisitamente
levantados en una muestra por ofender o faltarle al respeto a la gobernante
fuerza de gravedad.
A Lucio hasta le
salió la cerveza por la nariz, nunca había contemplado en su vida unos senos
desnudos tan perfectos, tallados por las mejores y más profesionales manos
escultoras, lucían muy blanquitos, limpios, sin ninguna mancha o arruga o señal
de flacidez, grano, verruga o algún vello o lunar que pudiera aparentar paño,
adornados por un par de finos pezones y rodeados por unas hermosas y
cautivantes aureolas rosadas y completamente erguidos ya que a raíz de que el
escote fue retirado estos conservaban su misma posición en un afán por mentarle
la madre a la poderosa fuerza de atracción; Pancho, al ver como esto empezaba a
tomar formas decidió mandar a Lucio a cuidar la entrada del edificio por
cualquier cosa que pudiera solicitársele tanto a él como a Felipe y de esta
manera no subiera alguien más que pudiera interrumpirlos.
Lucio reclamó pues
por nada del mundo quería perderse ese inigualable espectáculo tan insólito, y
eso que apenas iba a sacarse la verga para masturbarla, pero fue silenciado por
el portentoso sujeto.
-mira pequeña
sabandija, está claro que no pueden ir ninguno de los invitados que en estos
momentos disfrutan de la piruja esa, tampoco puede ir Felipe porque es el dueño
del edificio y tiene ese derecho, así que solo quedamos tu y yo, dime, como
podemos decidir quién de nosotros dos irá a cuidar y se perderá de este
momento…………….. anda dime- dijo el descomunal sujeto levantándose de su asiento
y sacando todo su pechaje, quitándose la camisa y mostrando cualquier cantidad
de cicatrices y tatuajes, tantos que era casi imposible colocar uno más.
Lucio comprendió
entonces que nada tenía que hacer allí, así que derrotado y humillado en cuanto
a condiciones corporales salió cabizbajo por la puerta, maldiciendo al gordo y
a su inferior genética corpórea.
La pornográfica
escena se reanudó, como becerros ambos vagos se pegaron a cada uno de los
senos, lambiéndolos, pasándoles sus asquerosas lenguas y de esta manera comenzar
a impregnarlos con un maloliente brillo, mientras Culandro jugaba con su lengua
revolviéndose en un pezón, Penesio con su babeante y chimuela boca succionaba
el otro como si quisiera absorberle toda la carne que en él se encontraba,
llegando a enterrar uno de sus venenosos dientes en esa suave y tersa piel.
La nena reaccionó
con un grito e intento de evadir la horrenda cara, pero el solo ver al viejo le
daba hasta asco tocarlo, le provocaba nauseas tocar esa cara incluso para
retirarla mientras esto era aprovechado por el viejo para darse el mejor festín
de su vida y devorar chiche como si esto fuera la única y exclusiva razón por
la cual fue enviado a este mundo, estaba tan concentrado que ya comenzaba a
ejercer movimientos representativos del acto carnal, impulsaba su pelvis y esta
comenzaba a friccionar su babeante instrumento en las tremendas caderas de la
joven hembra.
Ella se incomodó y
alejó su cuerpo del desalmado y caliente viejo que se restregaba en su
escultural figura próxima Miss México pero este movimiento solo hizo que se
acercara al otro sudado sujeto que ya, junto con su compañero, habían agriado
el ambiente con olores propios de las trocadas y zurradas provenientes de
ambos.
-noo!!!, basta, esto
es demasiado!!!- la nena se incorporaba ante el asombro de los presentes.
-que pasa puerca,
apenas y te iba a dar un besito jejejeje- dijo Culandro.
-no puedo, por
favor, esto es tan asqueroso, ustedes realmente apestan, moriré si respiro
otros segundos más su hedor- decía la joven mientras tapaba con sus manitas sus
babeados senos.
-por favor señor, no
habrá otra forma de arreglar esto- decía la nena dirigiéndose a Pancho pero la
verdad es que, ¿Qué era lo que la nena quería arreglar?, no les debía dinero,
no estaba involucrada en nada, su único “pecado” se podría decir era haber
salido tan buena, sentirse superior a los demás y haber caído en las malvadas
garras de Pancho.
-así que nos dices
apestosos, nosotros no tenemos la culpa de no ser finos como tú y poder
bañarnos todos los días, si yo tuviera agua me bañaría, así que ven y siéntate
con nosotros o si no Rintintín te enseñara a respetarnos- dijo el panzón de
Penesio, mientras el amarrado Rintintín comenzaba a ladrar como el mismísimo
Cerbero, tiraba de su cadena intentando liberarse llegando a mover el pesado
mueble de donde yacía aprisionado.
-que te
sientees!!!!!!!!- Culandro jaló a la desescotada nena de una de sus manitas y
fue a caer nuevamente en medio de ellos.
-ahora vamos a
darnos unos buenos besitos entendiste, y si me muerdes la lengua te suelto al
Rintintín, que mira que él también tiene un tiempo que no ha probado hembra
jejejeje- la nena era amenazada por el putrefacto de Penesio, quien se quitaba
su camisa para estar parejo con Dulce.
La nena al escuchar
esta aberrante amenaza se puso fría de todo su cuerpo, llegándose a ver hasta
azul de su carita, y es que el simple hecho de pensar que la echarían a coger
con ese perrote le ocasionaba un trastorno muy fuerte que quizás ni el mejor
psicólogo con sus terapias propias podrían aliviar, el perro en cambio también
tenía su roja verga bien parada, al parecer hasta él disfrutaba del momento.
El viejo Penesio
dejaba contemplar a su preciosa amante una figura fofa, el viejo era moreno de
la cara y brazos pero al liberarse de su atuendo dejó ver que de su cuerpo era
más claro, en la parte que era cubierta por su trapo, un abundante bosque
selvático adornaba solo en medio de sus pechos y una caída y arrugada panza
bajaba hasta tapar el mecate que servía como cinturón de su pantalón, así fue
como comenzó un forcejeo entre este viejo y Dulcecita pues él quería meterle su
sucia lengua en su boca y ella por razones obvias lo impedía, mientras Culandro
se dedicaba a lamer a la nena de sus magistrales pantorrillas; Dulce no era una
modelo delgada, era más bien de esas modelos vulgarmente voluptuosas y cuyo
cuerpo o mejor dicho caderas hacían estirar esa pequeña falda hasta el
desgarro, notándose perfectamente donde acababan las nalgas y donde comenzaban
las piernas.
-nooo, suélteme
malditoo- la nena se resistía, pero vanos fueron sus intentos pues en poco
tiempo el asqueroso de Penesio metió hasta dentro su por demás repulsiva y
vomitoria lengua y comenzó con un remolinesco movimiento acaparando toda la
fresca extensión bucal que pudiera conquistar de la señorita.
Ella tosía pues
sentía su boquita llenarse de babas, las cuales comenzaban a escurrir por las
barbillas de ambos amantes, desesperada luchaba ante la aberrante situación
pues sumada al hedor le estaba resultando psicológicamente traumante, su
boquita pronto se volvió a llenar de saliva pero ahora no podía escupirla pues
los labios del viejo formaban un sucio tapón en sus rojos labios de actriz
porno así que por reflejo no le quedó otra que mover su lengua, que más que
para lograr algo era más que nada para estar en movimiento pues Culandro ya le
había sujetado de las piernas, la lengua de Dulce se encontró con los pocos
sobrevivientes dentales del pervertido, eran más grande de lo normal y pudo
sentir como en cada roce de su órgano lingual se desprendía una rara
concentración de algo por parte de estos.
En poco tiempo se
comenzó a escuchar un desquiciante sonido húmedo, proveniente del constante
choque de ambas lenguas cortejándose, que solo puso bien duros tanto a Felipe
como a Pancho al imaginarse la fuente que producía dicho sonido, para esto el
viejo Penesio con una de sus manos había aferrado la barbilla de la nena para
de esta manera poder darle sus mejores y más obscenos besos de lengua, la nena
mantenía un rostro entre asustado y asqueado pues era heroico estar soportando
a ese viejo que muchas veces fue corrido de la cantina por andar faltándole al
respeto a las empleadas de Felipe, la falda de la nena se había levantado hasta
casi la mitad de su ejercitado trasero y dejaba ver los blancos y apretados
calzones de la chiquilla formados por finos encajes en los laterales, Pancho y
Felipe no daban crédito a lo que su cerebro procesaba mediante sus calientes
miradas y empalmados masturbaban sus grotescas vergas listas para entrar en
acción.
Culandro al ver la
infernal imagen de esos blancos calzones apretarse exageradamente en ese
ejemplo de culo bien hecho comenzó a realizar movimientos perrunos, rozando su
monstruosidad entre las carnosas nalgas de dulce quien podía sentirla aun
sabiendo que esta volvieron a refugiarse entre los pantalones del tipejo, de
repente sintió como algo húmedo había chocado con su espalda, Culandro había
arrojado un cuantioso y pegajoso escupitajo en ella y esta asquerosa secreción
venia resbalando por toda la zanja y algunos músculos que se marcaban
ligeramente en la femenina espalda de la joven edecán.
-no, no haga eso-
decía la chiquilla quien para hablar tuvo que liberarse de la sucia boca de
Penesio, pero este otro depravado volvió a llevar su boca hasta esos tentadores
labios para volver a fundirse en un malsano beso de lengua, la nena poco a poco
se iba sonrojando de su carita pero más que por sentir bonito era por la
situación de alcanzar a observar a los otros dos viejos masturbarse con la
visión de su cuerpo, llegándose a sentir como una especie de instrumento
exclusivo para disfrute de machos, que ha decir verdad, eso es lo que
representa esta nena en las pasarelas pero visto desde un punto más maquillado.
De repente la nena
mordió el labio de su improvisado amante, este se emputó y le pegó una
cachetada por tremenda osadía, Dulce no lo había hecho por asco, no fue esa su
intención, fue porque Culandro había hecho a un lado su calzón, se había
ensalivado dos de sus dedos todo con la finalidad de lubricar a la cálida
chiquilla y había comenzado con un morboso refrego sobre su conchita, pero el
viejo se llevó la sorpresa de que la nena estaba mojadita, su sexo se sentía
calientito, así que continuo pues la experiencia para él era enloquecedora, ya
ni recordaba cómo es que se sentía un sexo femenino en proceso de lubricación y
este además estaba ausente de cualquier vellosidad por lo que su piel era tan
suave casi comparado como acariciar un durazno.
-zorra hija e puta,
me vuelves a morder y te muelo a golpes entendites- dijo el satanizado viejo
mientras desabrochaba su mecate.
-ora si vas a ver
hija e puerca, esta me la pagas- decía el dañado sujeto.
El viejo bajó sus
sucios pantalones dejando ante la mirada atónita de Dulce su verga de 23
centímetros, morada tirándole a negra de su glande, lucia tremendamente
brillosa, de su punta colgaba un hilo de una rara sustancia parecida o de
consistencia similar a la clara de un huevo, su glande apestaba a verga no
lavada en meses, estaba atascada de suciedad, era posible visualizar tremendos
restos de cosas blancas y algunas amarillentas que muy posiblemente habrían
sido blancas con anterioridad pero ahora estaban añejadas.
-no por favor eso
no- dijo Dulce pues sabia las claras y maquiavélicas intenciones del dueño de
sus besos, Penesio la iba a poner a mamarle la verga.
Pero la esculpida
nena pronto se sintió desprendida de otra de sus ropas, y es que el bribón de
Culandro había tomado sus finos calzones de cada uno de sus laterales y
aprovechando que la nena se distrajo reverenciando la amenazante verga jaló la
ajustada ropa interior de ella sacándosela por completo, ni siquiera le dio
tiempo a esta chiquilla de cerrar sus muslos, cuando sintió ya enseñaba a este
otro vago su cajeta completamente desprotegida.
El chueco Culandro
tomó los calzones de la nena y los enseñó levantando la mano, como si este
hubiera sacado de la piedra encantada a la mismísima Excalibur, y emitió un
grito vencedor, pero Penesio quiso reclamar para sí tan anhelado trofeo, así
que comenzó una serie de fuertes jaloneos por parte de los viejos peleándose
por las pantaletas de la fémina y es que cada uno quería ser el primero en
aspirar la caliente y lubricada esencia de hembra humana.
Era tal su
desesperada contienda que ya habían roto la suave prenda de uno de sus
elásticos, Dulce por lo tanto seguía en medio de estos dos animales, había
adoptado una postura casi de perrito pues una de sus piernas se apoyaba del
suelo, de esta manera podía sentir empellones en su culo por parte de Culandro
en su riña, mientras la verga de Penesio al estar parada chocaba, punteaba y
cacheteaba su carita debido a los bruscos movimientos del vejestorio, la nena
no se daba cuenta que su hermoso rostro digno de aparecer en las portadas de
las más reconocidas revistas estaba siendo embarrado por muchos de esos
sedimentos blanco-amarillentos que escurrían de la verga de Penesio.
Fue en esta
competición por conocer quién sería el ganador en donde ambos viejos totalmente
desesperados jalaron la prenda y esta se estiró tanto del otro de sus elásticos
que salió disparada de las manos de ambos, los viejos veían como esta deliciosa
prenda casi en cámara lenta llegaba hasta los territorios de Rintintín,
rápidamente el perro le puso una de sus patas encima y comenzó a olfatearla por
un buen rato, con su espumoso hocico mordía y estira dicha prenda, jalándola y
sacudiéndola como si hubiera atrapado algún tlacuache y sin más comenzó a
masticarla mientras gruñía y enseñaba sus fieros colmillos ante la intención de
alguno de los presentes por quitársela de sus fauces.
La señorita Fuentes,
ahora solo vestida con sus tacones y su falda, aprovechó la distracción de los
viejos para escurrirse como alimaña bajándose del sillón pero sus movimientos
fueron advertidos por Culandro quien fue a su captura, agarrándola de los pelos
casi queriéndole arrancar el cuero cabelludo.
-a donde hija de
puta!!!!!!!, pendeja zorra creites que te nos ibas a escapar!!!- dijo el viejo
mientras empezaba a jalarla como cual trapo viejo o jerga para trapear el piso
hasta llevarla de nueva cuenta al viejo sillón nido de tarántulas.
-por favor suélteme,
me duele- la nena solo pataleaba y aferraba sus delicadas manitas de princesa
en contra del gordo brazo del recolector de botellas, una vez en el sillón el
gordo Culandro sentenció.
-ahora pedazo de
perra, me vas a dar las más sabrosas de tus mamadas o de lo contrario te echo a
Rintintín pa´ que te coja, entenditeeessss!!!!!- rugió el depravado Culandro
quien la miraba con sus ojos completamente sulfurados mientras la nena lo
miraba con su carita de niña asustada y ojos vidriosos, temblando ante su
visible inferioridad.
Mientras Culandro se
iba desvistiendo la nena observaba como Penesio, con verga de fuera, se sentaba
al lado suyo mirándola de manera retorcida, sonriéndole y enseñándole sus
podridos dientes y como a partir de su sonrisa se escapó una putrefacta esencia
que le llegó hasta su pequeña naricita. La nena apartó su mirada de tan
horroroso sujeto solo para darse cuenta de que Culandro ya estaba listo, su
ruda verga de 22 centímetros y apestando a rayos apuntaba directo a su boquita,
esa boquita que tantos muchachos admiraban, que muchos llegaron a imaginarse
pegada entre sus labios, intentado prefigurar el sabor de sus besos y que ahora
dicha boquita sería mancillada por una verga que, para que describirla, si el
lector ya anticipará las sépticas condiciones en que se encontraba.
-chúpamela perra,
anda, chúpamelaaaaa!!!!!- decía el exasperado gordo ligeramente inclinado hacia
un costado debido a su rara malformación en una de sus extremidades inferiores.
Dulce se resistía a
realizar tan desatornillada labor, esto no era para nada estimulante ni
gratificante, su panocha estaba mojadita pero era porque de por si siempre se
humedecía debido a una extraña anomalía en cuanto a su lubricación, no porque
estuviera excitada, la chamaca al ver como el viejo levantaba uno de sus brazos
para darle una cachetada solo atinó a alegar.
-no espere, está
bien, ya se la chuparé, pero por favor no me pegue-
-pues qué esperas!!,
anda!!!, o te echo a Rintintín!!!!- el perro no dejaba de ladrar en cada
momento en que era mencionado, como si también estuviera pidiendo su parte.
La nena tímidamente
abrió su boquita, pero no llegó a engullir tan fétido aparato, retrocedió,
volvió a abrirla pero de igual manera se echó para atrás, estuvo así otras
cuatro ocasiones, en donde solo abría su boquita, que lo único que hicieron
fueron impacientar al viejo Culandro, este tipejo al ver que la nena estaba de
zorra calienta vergas decidió tomar cartas en el asunto, así que con un fuerte
envión que tomó a Dulce por sorpresa mientras ella abría otra vez su boca,
logró meterle más de tres cuartas partes de su cochambroso miembro hasta casi
tocarle la campanilla.
Dulce peló los ojos
pues el viejo prácticamente la había desvirgado de la boca, la entrada fue
violenta, de no ser porque su verga se dobló hacia la garganta esta le hubiera
salido por la nuca, Culandro la tomó ferozmente de su cabecita y comenzó a
descargar todos sus años de sequía sexual en contra de la boquita de la joven
modelo, los brutales azotes que el viejo proporcionaba a su bella sometida eran
perturbantes, para poder tener mejor acomodo y de esta manera sus embestidas
fueran más potentes apoyó uno de sus pies sobre el sillón dejando la pata mala
apoyándose del suelo, para así continuar con su barbarie.
La pobre y
malaventurada niña solo se limitaba a recibir las tremendas embestidas, sus
modestos ojos azules apenas y podían apreciarse pues cada empellón los obligaba
a cerrarlos, la nena solo podía abrirlos para contemplar como la grotesca panza
del viejo se dirigía velozmente hasta su carita al punto de chocar con ella,
sintiendo como esa grasosa bola de pelos raspaba su cuidado cutis, sintiendo
como algo verdaderamente grueso hacia expandir su conducto esofágico, la nena
comenzaba a experimentar una apresurada inundación producto del estanque
salival que se estaba formando dentro de su boquita y que comenzaba a
derramarse en forma de densas y enormes gotas de babas que caían hasta el
precipicio.
-gluuppp!!!,
ahhhgggggg!!!!,- la nena se ahogaba ante tales fieros movimientos sumados a la
desmesurada medida vergal que se enterraba hasta lo más profundo de su
garganta, cosa que la estaba haciendo casi desfallecerse.
El poseído sujeto
estaba en un sueño epopéyico al estarse cogiendo la boquita de tan agraciada
chiquilla, sus poderosas irrupciones hacían vibrar todo el potente cuerpo de la
joven hembra, sus cabellos, sus manos, su cabecita, y más notoriamente sus
senos eran sacudidos ante las salvajes acometidas de un hombre en completo
estado de abandono racional, el anciano de Penesio no quiso quedarse sin su
parte así que incorporándose hizo a un lado a su desnivelado amigo, si bien
Culandro era gordo y este otro era un abuelo panzón, se podría decir que el nivel
de fortaleza entre ambas bestias era similar.
Cuando Culandro sacó
su barreno de esa boquita se impidió que Dulce pudiera cerrar su boca, ya que
al contrario, su boquita quedó despilfarrando saliva y completamente abierta
como si estuviera esperando que la verga que la mancilló se alojara nuevamente,
en su interior podía verse su lengua revolviéndose entre las mezclas de babas y
líquidos aceitosos, una gran cantidad de pelusas y residuos yacían naufragando
entre dicho océano viscoso y muchos de estos desperdicios caían por efecto de
catarata que adquiría la saliva una vez que llegaba al final de los labios de
la nena.
El viejo Penesio se
acercó a divisar tal hecho, o al menos esto se pensaba cuando acercó su feo
rostro a la boquita de Dulce, pero lo que hizo este depravado enfermo fue
mandarse uno de sus mejores y más potentes escupitajos el cual entró limpio
dentro de la cavidad bucal de la edecán, la nena estaba tan desconcertada que
no atinó a mostrar signos de repugnancia, se quedó toda selemba hasta que la
nueva y aún más pestilente verga se alojó entre sus labios.
De esta manera el
puerco anciano empezó de igual forma a masacrar la dulce boquita de la
muchachita, sus manitas no luchaban, solo se mantenían asentadas en las piernas
de su verdugo, hubo un momento en que Dulce sintió como algo muy pesado había
caído en su pelo y bajaba a velocidades contantes por su frente y nariz, al
principio se creyó que era baba del viejo lo que venía bajando debido a su
emoción de meter esa verga (que por cierto era la verga que penetraba perras y
recién no tiene mucho había penetrado a una) pero cuando a la acaudalada
chiquilla se le ocurrió mirar hacia arriba para comprobar su teoría se dio
cuenta de que se trataba de otro tipo de líquidos, una enorme cantidad de mucosa
verdosa se había desprendido de la nariz del chimuelo y venia corriendo hacia
abajo, la nena sentía como esta asquerosidad poco a poco se acercaba a su
pulcra boquita pero cuando estaba analizando esta situación esa patógena
sustancia ya se había fusionado con las babas que batían dentro de su boca, la
verdosa esencia dejó en todo su recorrido un rastro similar al que dejan las
babosas cuando se arrastran.
Por un extraño
instinto de supervivencia o de defensa la adinerada modelo cerró sus labios,
apretándolos contra la sucia herramienta, todo esto quizás en un intento por
evitar que entrara más de esa mezcla proveniente de la nariz del viejo, ya que
de sus fosas nasales se advertía un segundo e igualmente cargado
desprendimiento, pero esta acción fue muy bien aceptada por parte del viejo, ya
que sentía extremadamente delicioso que su verga entrara y saliera mientras era
friccionada por los carnosos labios de Dulce, los cuales habían perdido toda
prueba de su brillo labial, por el contrario habían adoptado una capa
blancuzca, formada a partir del atoro de los desechos espermáticos que formaban
el antihigiénico sedimento.
El viejo loco
reclamaba y reconocía esa boca como suya y en un intento por completa
colonización apretó con una fuerza demoledora la carita de Dulce contra su
barriga peluda, la nena en un acto reflejo quitó sus manitas de las piernas del
viejo para subirlas aún más llegando hasta las peludas y planas nalgas del
sujeto pero sintiendo una rara consistencia amasada, espesa, impregnada en el
trasero de Penesio ahora adhiriéndose en sus deditos, la pobre chiquilla no
sabía que el anciano venía zurrado.
Pero Culandro quiso
tener aún más de esa boquita de diosa y no estimando que la boca de dulce
estaba albergando la descomunal barra de Penesio metió a marchas forzadas su
desmedida vaina, con mucho esfuerzo el trozo de Culandro se iba abriendo paso
entre los apretados labios de la nena los cuales se negaban a recibir dos
vergas al mismo tiempo, posiblemente no le cabrían debido al inimaginable grosor
de ambas, pero con mucho esfuerzo el gordo logró su cometido otorgándole a
Dulce un agudo dolor en su mandíbula casi al grado de llegar a la dislocación,
la nena ahora daba asilo a dos terribles y muy apestosas vergas que la
ultrajaban a partir de severas estocadas proporcionadas de manera humillante y
sincronizada, ahora la moquienta era ella pues de sus fosas nasales escurría
este tipo de secreción.
Varios minutos más
pasaron para que los viejos pordioseros pudieran estar fuera de la boquita de
Dulce, la vejada chiquilla yacía sentada en el sillón con su mirada perdida, de
sus labios se apreciaba que mucha saliva fue expulsada, de sus ojos bajaban
muchas líneas negras debido a su rímel corrido, su cabello estaba más que
alborotado pareciendo una peluca mal puesta, sus chiches al aire y sus piernas
muy bien cerradas mientras aún conservaba tanto su falda como sus tacones, de
la joven modelo de hace unas horas solo quedaba el potente cuerpo, mientras
tanto los viejos estaban parados frente a ella, ya desnudos, con las piernas de
ambos cascorvas, sus vergas señalando a la niña y cubiertas por una gruesa capa
de saliva en donde varios colgajos de la misma formaban algo similar a
estalactitas cavernarias
-bueno pues quien va
primero- preguntó Culandro refiriéndose a la penetración vaginal.
-yo, yo iré,
apártate gordo- Penesio se le adelantó, el viejo solo se mantenía vestido con
su gorro pasamontañas.
Cuando la nena vio
que uno de los viejos se acercaba nuevamente se dio a patalear y suplicar
misericordia como si fuera el mismo Dios el que estuviera presente, pero el
viejo poco le importaba, según ellos esta era una puta alquilada y se les había
pedido una cooperación para su participación, dicha cooperación no era nada en
comparación a lo que pedían las prostitutas gordas de allá afuera y con el
rendimiento de que esta puta estaba mucho mejor que cualquiera de esas que
cobraban exorbitantes cantidades por mercancía mallugada y agujeros en pésimas
condiciones, sin mencionar lo viejas, gordas y feas.
El anciano mandó una
de sus más fieras cachetadas para asosiegar a la nena, aprovechó el momento de
desconcierto que en ella había causado el golpe para despojarla de su falda de
la manera más bruta, colocó su mórbido cuerpo entre las esculpidas piernas de
la modelo, acomodó su babeado instrumento en la entrada de la conchita de ella
y sin más se dignó a mandarse el primer empujón, al parecer el viejo tendría un
privilegio mayúsculo, que nadie sabía, de lo contrario el mismo Pancho hubiera
reclamado para si ese derecho, y esto se constataba en la estoica defensa que
la panocha de la nena estaba realizando en contra de tan nauseabunda verga.
-jejejeje, según tu
muy vergas Penesio, y no puedes metérsela a esa putilla- decía en forma de
burla Culandro.
-es que esta perra
está bien apretujada, mi verga ni va a cabeeeeerrrrr!!!!!!- bramó el viejo al
sentir como su glande empezaba a resbalar hacia adentro, al parecer los
vaginales labios de la nena empezaban a sucumbir.
Por un rato el viejo
Penesio estuvo en su faena penetrante, comenzó a sudar cantidades industriales
y estas bañaban el cuerpo de la también sudada Dulce quien se aferró del viejo
mientras su carita mostraba que efectivamente la verga hacia su entrada
trigarante, hubo un momento en que la ya también mugrosa Dulce expresó un
rostro de espanto, la pestilente verga de Penesio había entrado en toda su
dimensión.
Felipe y Pancho, y
más que nada Culandro, quedaron como unos pendejos al escuchar la escandalosa
noticia que de los labios del viejo barbón se parloteaba como si se hubiese
hecho el más grande descubrimiento científico, y es que lo que a continuación
relató el anciano moquiento era algo que rebasaba todas las expectativas
lógicas de la libertina chiquilla considerando precisamente eso, su
libertinaje.
-jejejejejejejeje,
jejejejejejejejejej, jejejejejejejejejejeje- primero una risa macabra
proveniente del más bajo nivel del inframundo se escuchó pero después vociferar
a todo pulmón lo virginal de la nena.
-es virgen (en voz
baja), es virgen (un poco más fuerte), esta zorra era virgeeeeeennnn!!!!!!!!
(Berrido)-
-esta zorra era
virgen jajajajajaj!!!!!!!, y yo fui el primero!!!!!!!!!!- gritaba Penesio con
lágrimas de felicidad en sus ojos.
Ninguno de los ahí
presentes creían tan presumida afirmación así que sin más se acercaron para
constatar lo dicho por el panzón anciano, a medida que se acercaban podían
apreciar como efectivamente el viejo aun clavado pero mostrando parte de su
aparato ensangrentado tenía razón, decía la verdad, ¿pero cómo si todos creían
que Dulce era una zorrita que asistía a antros y fiestas?, la apenada y
ruborizada Dulce mantenía sus dos puños cerca de su carita y pensaba en esa vez
que su novio según la había desvirgado pero que ocasionó una fuerte pelea puesto
que Dulce no sangró, llevando a esta pareja al borde de la separación debido a
que el macho de Dulce desconocía que muchas veces una hembra no sangra en su
primera vez, o quizás su arma era muy pequeña y no alcanzó a ocasionar tal
daño.
El tener sus manitas
tan cerca de su cara llevaron a Dulce a aspirar una rara y fétida fragancia,
volteó a ver de qué se trataba comprobando que había mierda en sus deditos,
“iiiiiuuuuuuu que asco, maldito viejo asqueroso” pensó y rápidamente los talló
en el viejo sillón como si quisiera desprenderse de su misma piel.
Aun así Dulce sentía
dolor, y más lo sintió cuando el viejo Penesio comenzó a embestirla, una fuerte
punzada nacía en su vagina en cada uno de sus vulgares empalamientos y se
extendía como si recorriera un gran nervio por todo su vientre, senos y así
hasta llegar a su cabeza y manifestarse en forma de punzada, en pocas palabras,
un doloroso camino que la surcaba a la mitad de su cuerpo, algo que la partía
por dentro.
Y así con estos tres
envidiosos viejos observando la penetraciones tan cerca que podían sentir el
olor de la sangre virgen emanando de esa rajita es como continuaron una serie
de desconsideradas y salvajes picadas de verga en contra de la suave y delicada
vagina de Dulce, pero esto no solo era observado por Culandro, Pancho y Felipe,
el cuarto donde se encontraban estaba cerrado con una pesada puerta metálica
pero cerca de ella había un orificio lo suficientemente grande como para que un
ojo humano pudiera evidenciar toda la pervertida escena, y esto era lo que
precisamente estaba aconteciendo, había otra persona observándolo todo.
Pancho y Felipe
regresaron a su posición, decepcionados, enojados y vencidos.
-puta verga Pancho
para que vergas invitaste a estos pendejos, mira que desvirgar a Dulce no
chingues-
-yo que vergas iba a
saber, esa chiquilla se veía tan puta que yo pensé que ya le habían dado hasta
por las narices- alegaba Pancho.
Mientras tanto
Penesio seguía taladrando a la pobre y maltratada Dulce quien ya abandonada de
toda esperanza se dedicaba a que todo pasara de la manera más rápida, recibía
verga por su papaya por parte de este animal sintiendo como sus paredes
vaginales se abrían forzadamente para recibirlo, por lo tanto la sangre se iba
mezclando con los caldos lubricantes que escurrían bajando por las nalgas de la
nena, el viejo tomaba dichas posaderas y las levantaba para tener mejor
embiste, ahora si Dulce sentía todos los centímetros vergales en su acalorada y
ensangrentada vagina.
Por acción natural
el clítoris de la nena empezó a drenarse de sangre y de esta manera aumentó en
tamaño y sensibilidad, los movimientos del viejo a pesar de ser inhumanos
llegaban hasta tal lugar, llenando de extrañas sensaciones a la nena nunca
sentidas con anterioridad cuando con su novio, dicha percepción estaba
empezando a aumentar la temperatura en una nena que se negaba a aceptar que se
estaba calentando, no por cómo era sometida, pero si en respuesta a una
reacción natural por parte de su cuerpo debido a estar expuesta a los
placenteros roces que la verga del viejo mantenía cerca de su clítoris.
-nooo, pare por
favor- solicitaba la afamada edecán pues experimentaba algo inusual formándose
en su vientre.
El viejo no hacía
caso, solo estaba ahí embistiendo a la nena, con su horrible rostro sudado y
regurgitando palabras obscenas en contra de la rubia chiquilla que tenía
debajo, la cual yacía ahora patiabierta, con sus muslos bien expuestos en donde
acoplaba como mandado a hacer el cuerpo del anciano, la nena aún conservaba sus
tacones, única pernada que la acompañaba puesto que había sido despojada hasta
de sus finos aretes, pulseras, cadenas y esclavas de oro por Pancho y Felipe
cuando ella llegó aquí.
Pero las blasfemas
palabras no era lo único que soltaba el viejo, además de sudor el viejo volvía
a soltar una cuantiosa cantidad de mocos los cuales caían hasta el bello rostro
de la chamacona llenándoselo por completo, quedando casi irreconocible, pero el
viejo ajeno a este asco llevó su viciosa lengua hasta la boquita de la nena
aprovechando que esta la tenía abierta y comenzó con una aguerrida lucha
lingual en donde la perdedora siempre era la boquita de Dulcecita.
La aristócrata
chiquilla sentía eso caliente formándose en su vientre casi de fuera, era una
sensación rara y nunca antes experimentada por ella, sus vanos conocimientos la
llevaron a deducir que se estaba meando y que si no hacía algo por impedir las
penetraciones terminaría haciéndose, esto sería muy vergonzoso para ella pues
todos la verían y se burlarían, así que empezó con sus manitas a querer librase
de tan desagradable sujeto.
Pero este no cesaba,
parecía no cansarse, ya llevaban un buen rato cogiéndosela y este viejo no
bajaba su velocidad, al contrario la había aumentado pues el bollo de Dulce
había aceptado el cortejo vergal de Penesio, de repente la joven se tensó de
todo su cuerpecito, arqueó un poco su espalda exhibiendo toda la potencia y
uniformidad de sus pechos, sintió como su vagina se cerraba dejando atrapada la
verga del viejo ahí adentro para después destensarse y soltar una importante
cantidad de líquido por su conchita.
-ayyy no, me meo!!-
gritó la nena pero fue corregida por su mancillador.
-no seas pendeja
hija de la chingada, te estas corriendo, te estas corriendo como las perras
jejejeje-
-nooo!!, yo no
soy……… ninguna perraaaaaa!!!! Aaahhhhmmmmm, que es estooooo!!-
-aaahhhhhh
cállate!!!, te corres exactamente igual que unaaa!!!!- el viejo dio un doloroso
manazo contra uno de los cachetitos de Dulce, pero ella ni se inmutó, estaba en
pleno trance orgásmico que a poco le había sabido el golpe, entonces el macabro
viejo barba ceniza le dio otro, y otro más, y uno con más fuerza, y ahora su
otro cachete mientras esta nena estaba imposibilitada para ejercer cualquier
tipo de reclamo o defensa.
Fue lo más tormentoso
pero a la vez lo más delicioso que la nena pudo haber experimentado en su vida,
a pesar del momento y la compañía disfrutó su primer orgasmo en casi el minuto
que este duró, una vez después de que se corrió su cuerpo fue asaltado por una
serie de ondulaciones infernales que hacían moverla como si estuviera siendo
exorcizada, aun con verga dentro la nena se movía como pescado vivo metido al
sartén.
-ya me toca- dijo
Culandro quien había observado todo, Penesio accedió pero solo porque ya se
estaba cansando.
-oigan!!!,vagabundos
hediondos!!!, ni se les ocurra meterle la verga por el culo a esa puta!!!, ya
que la desvirgaron de la panocha me corresponde a mi romperle el culo!!!-
rebuznaba Pancho.
-que ahí de mí?-
reclamaba Culandro.
-tú ya le desvirgaste
la boca gordo trocao- relinchaba Pancho observando desde la silla.
-me vale verga, le
voy a dar por el culo pinche pelota playera- dijo Culandro retando a Pancho, al
parecer se avecinaba una auténtica lucha de colosos, un duelo de titanes, un
choque de trenes, una colisión interplanetaria, la misma Laurasia y Gondwana
dispuestas a tectonizarse para formar de nuevo a Pangea pues Culandro tenía casi
las mismas medidas corporales que Pancho, quizás unos 10 centímetros menos de
altura.
Pancho aun sin
camisa se levantó, cuadrándose a la hora de caminar, dirigiéndose precisamente
a Culandro quien desafiaba sus reglas, la indefensa Dulce, toda babeada y despeinada,
veía la descomunal genética de las bestias allí reunidas dispuestas a disfrutar
de sus encantos, era como estar en medio de un ambiente jurásico, en cada paso
que daba las chiches de Pancho se elevaban como senos femeninos así como un
horrísono crujido se podía escuchar en el suelo procedente de cada una de las
pisadas del bárbaro sujeto, al fin llegó hasta su destino y se puso en posición
intimidante.
-si te acercas más
te echo a Rintintín,- el perro al escuchar se nombre comenzó a desgastar su
garganta en ladridos y gruñidos, estaba furioso pues veía como uno de sus
dueños era intimidado
-que me va a hacer
ese cochino perro- dijo Pancho acercándose al can, mientras este lo miraba con
ojos desafiantes, gruñía casi aventándosele al desproporcionado hombre con
cuerpo de morsa, pero Pancho pegó uno de sus característicos y gorilescos
gritos territoriales como ese que lanzó en el cine porno espantando a los
presentes teniendo la misma reacción en la sarnosa mascota, la cual agachó sus
orejitas y comenzó a chillar como un cachorrito al que le acaban de pegar.
-jejejeje, perro
pulguiento-
-bueno ya, te
dejamos el culo parado, pero que conste que no me doy un trompo contigo solo
porque estoy malo de la pata- dijo Culandro, hasta cierto punto tenía razón.
Ya una vez resuelto
el malentendido el chueco de Culandro se dirigió a la nena, la cual estaba
desnuda y recostada en el sillón como la misma Maja de Goya, esta ya no luchó
pues vio que la escena era casi apocalíptica, así que el viejo con toda la paciencia
del mundo se fue acoplando en las carnosas piernas de la chiquilla mientras su
miembro se fue enterrando dentro de ella lo más lento y doloroso posible,
embarrándose esta también con la sangre que aun salpicaba su sexo, así hasta
que ambos cuerpos se tocaron de sus pelvis.
Lo que a
continuación sucedió fue una casi réplica de la cogida de Penesio, con la
diferencia de que ahora este viejo obligó a la nena a chuparle su sangrienta
verga mientras Culandro se la cogía de la manera más humillante posible,
tratándola como una vil muñeca de trapo, como si esta fuera un juguete, un
entretenimiento para su sádica diversión, un hoyo donde se mete la verga, uno
de esos juguetes en forma de vulva que venden para disfrute de los solitarios
hombres.
El gordo enterró sus
dientes entre los alucinantes senos de la chiquilla los cuales se bamboleaban
por los fornicadores movimientos soltando gotas de sudor a cada una de las
direcciones cardinales, mientras Penesio literalmente la cogía por la boca,
llegándola a jalar de manera que la cabeza de la nena quedara colgando del
sillón y Penesio diera la impresión de darse de sentones sobre su carita
enterrándole su verga hasta lo más profundo de su garganta, dejándola a un paso
del asfixiamiento, que quizás hubiera sido lo mejor ya que era el momento en
que el culo de Penesio quedaba lo más cerca posible del rostro de Dulce y
recuerden, Penesio era el cagado.
La verga del
desdentado se enterraba en esa castigada boquita, por momentos se quedaba mucho
tiempo ahí clavándole hasta el fondo toda su irregular vaina mientras sus
huevos se aplastaban contra la respingada naricita de la nena, impidiéndole el
poder respirar libremente, comenzando ella a manifestarse con visibles arcadas
que inflaban sus cachetitos lo que indicaban el alto grado de salivación que
ahí se debía de estar creando, y cuando la verga era retirada, como lava
emanando de un volcán salían las caudalosas corrientes de saliva regando a su
paso el inmaculado rostro de la jovenzuela.
El gordo Culandro
tomó a la nena y sin el menor esfuerzo la volteó boca abajo, acomodó su
tembloroso cuerpo a manera que adoptara la posición de perra y una vez hecho
esto se mandó otro poderoso envión que entró directo en esa adolorida
panochita, la torturada chamaquita solo se quejó con un casi mugido, el viejo
la tomaba de las caderas para equilibrarse comenzando una verdadera carnicería
pues la nena más que gemir gritaba como si la estuvieran desmembrando, al viejo
Culandro esto lo excitaba y lo alentaba a seguir, mantenerse constante y
aumentar el ritmo de sus frenéticas y ferrocarrilescas embestidas de
rinoceronte.
Poco después el
viejo ya no se satisfacía en esa posición y ahora tomaba a la nena de su
cuello, aplicando una especie de llave de lucha libre como si quisiera hacerla
que esta se rindiera en un cuadrilátero, y de nueva cuenta principió con otra
serie de mortales apuntalamientos los cuales en cada lanzamiento hacían crujir
jugosamente la encharcada vagina, para esto Penesio ya había tomado nuevamente
posesión de los terrenos bucales de la apetitosa carne que tenía a disposición,
pero regresando a Culandro el muy valiente le había sacateado al trompo con
Pancho, pero que tal aplicando llave de luchador con una indefensa y maltrecha
muñequita.
Esta pose resultó
ser más cansada, puesto que Culandro tenía que hacer mucha fuerza en esos
constrictores brazos al aplicar su castigo, mientras la pobre nena ya casi
sentía que le era desprendida su cabeza del resto de su cuerpo, un dolor y
marca roja en su cuello quedaron como resultado de tan abominable martirio,
pero no contó con que el gordo ahora se iría con su fino cabello, el mugriento
y grasiento cerdo sin sacar su verga de la panocha de Dulce se aferró de los
cabellos de ella, con una mano tomó un abundante mechón y con la otra pues
otro, simulando algo parecido a las riendas de un caballo, una yegua, o mejor
dicho una potranca a la que le ha llegado el momento para su domesticación.
De este modo se
inició la más salvaje de las contiendas jamás vista por Pancho y Felipe, quienes
completamente empalmados por los sonidos y olores a sexo reían y brindaban ante
la animalesca situación compadeciéndose de ellos mismos de que por lo menos les
quedaba disponible el culo de la adinerada, las velocidades de ataque por parte
de Culandro aumentaron considerablemente, mientras el pobre bollito de la
chiquilla era castigado hasta la saciedad al mismo tiempo que era jalada con
fuerza desmedida de sus cabellos, su carita demostraba un aspecto como si no
sintiera nada de esto pero claro que lo sentía, solo que el mismo dolor era tan
fuerte que se había convertido en una misma anestesia, las nalgas de Dulce
estaban al rojo vivo debido al catastrófico choque que mantenían contra la
panza del viejo y más rojas se pusieron cuando este animal la soltó de uno de
sus mechones para ajusticiársela con lacerantes nalgadas que no se sabían si
hacían llorar, pujar o bramar a la hembra.
El que si pujaba era
el gordo, se estaba quedando sin energías, su cuerpo estaba tan caliente hierro
fundido pero no paraba pues sabía que, hasta quien sabe cuándo podría volver a
presentársele una oportunidad así.
-jejeje, así es como
tratamos por aquí a las francesitas presumiditas como tú,- bufaba el repugnante
sujeto en los colorados oídos de la ocupada muñequita, pero cuando el cerebro
de la nena estaba procesando dicha oración pudo distinguir que el que se
dedicaba a cogerle la boca también alegaba.
-noooo, nooooo, aun
nooooooo!!- justo en ese momento la entrante y saliente verga de Penesio se
despanzurró dentro de la boquita de Dulce.
La nena sintió un
asqueroso sabor amargo, probaba la flemática consistencia de esa inmundicia
cuya capacidad de crear vida aún no se había perdido por completo, la nena se
comenzó a trocar, a expulsar esa asquerosa sustancia que sentía le estaba
llenando su boquita con su pegajoso hedor, lo que de su boca salió era la cosa
más desagradable jamás vista en su joven vida, eso no era blanco, era
completamente verdoso, y pensar que un trago de eso se la había ido directo
hasta su estómago, volteó a ver al viejo deslechado solo para admirar la
retorcida imagen que este poseía en su, si eso se podría llamar cara.
Penesio estaba muy
contento, el ver a la nena con su boquita bien abierta y de esta escurriendo su
semen era una situación digna de fotografiarse, enmarcarse, mandarle una copia
a su madre y pegarla en el refrigerador de su casa, así que chiflando quien
sabe que canción se metió su verga dentro de la boquita de la nena para
comenzar a revolver el esperma de la misma manera que se revuelve la sopa,
desde que la boquita de Dulce había alojado dos vergas esta aún no se había
cerrado, para Dulce era imposible realizar esta acción, su mandíbula estaba
aparentemente trabada.
Pero el hermoso
rostro de la nenita nuevamente se fruncía, pues a pesar de tener impregnada la
asquerosa mezcla salida de los testículos del viejo esto no impedía que ella
pudiera orgasmearse por segunda ocasión, todo porque el pervertido de Culandro
no había dejado de toquetearle el sensitivo clítoris, abriéndose ella de patas
para dejar caer su néctar, el cual goteaba desde lo más céntrico de su rajita
mezclado con algo de sangre y líquidos lubricantes del viejo.
La nena, como toda
una muñeca de trapo, fue volteada a manera que regresara a su posición original
o anterior, boca arriba, para nuevamente ser penetrada sagazmente por el
despiadado de Culandro quien se había apropiado de ese bollito y más ahora que
Penesio se había vaciado dando a entender que estaba fuera de combate.
La nena estaba toda
desnuda, su cuerpo estaba muy sucio, lleno de mugre, cochambre, grasas
cubriendo su cuerpo, así como vómito pues momentos antes a Culandro lo había
atacado una arcada y alcanzó a vomitar llenando de camaroncitos mal
desintegrados por sus jugos gástricos los enormes pechos de Dulce y en su
rostro mucho semen y flemas embarradas, la modelo no se había dado cuenta
cuando una gran cantidad de moscas mascotas de Penesio y Culandro ya la habían
aceptado como un cuarto miembro y revoloteaban al lado de ella, aterrizando
sobre su antes pulcra piel, pero aun así en estas arcaicas condiciones la nena
siguió experimentado en contra de su voluntad repetitivos orgasmos.
Los orgasmos que la
joven experimentó a partir de ahí la fueron dejando sin fuerzas hasta el casi
estado de coma, miraba a Pancho y a Felipe masajearse sus vergas con la visible
intención de unirse a la cofradía y reconocía que no soportaría tanta crueldad,
estos viejos la matarían a orgasmos, miró al techo aun con la esperanza de ver
algo que la salvara, quizás un ángel bajando del cielo; sintiendo como su
vagina era reclamada para Culandro mientras esta reía de forma mórbida y
chocaba esos cinco con su amigo Penesio mientras este sorprendentemente y en
contra de todo pronóstico le llenaba nuevamente la boquita con su recuperada
verga, de pronto un último orgasmo la abordó, la nena se corría al tiempo que
gemía ahogando sus berridos en la verga de Penesio, su lengüita apenas y podía
ser apreciada asomando tímidamente tallando el grueso mástil.
Sintió como algo
caliente chocaba con sus paredes uterinas mientras escuchaba al viejo Culandro
gruñir y repetir una y otra vez que se corría, cabe recordarles que Culandro
tenía meses que no cogía ni se masturbaba así que tenía dentro de él todo un
almacenamiento de esperma en sus testículos tan abundante como para en caso de
una extinción masiva poder repoblar el planeta, y la cantidad de semen fue
evidenciada al rellenar por completo la fértil vagina de Dulce.
Primero un ciclo de
ininterrumpidas pulsaciones pudieron ser apreciadas atacando la verga de
Culandro, indicando que en cada una, una potente ráfaga de prolífico semen era
velozmente enviada hasta lo más recóndito de la matriz de Dulce, después de
unas diez, doce o quizás quince inyecciones el líquido fue tanto que este comenzó
a derramarse (la verga aún estaba dentro) debido a que ya había rellenado a la
modelo por dentro, cayendo sobre el apestado sillón y formando una gruesa posa
del mismo.
Por su parte Penesio
hacia presión en su verga mientras esta alojaba solo el glande dentro de la
boca de la recién fertilizada chiquilla para, en poco tiempo, comenzar a
vaciarse también y nuevamente, demostrando las mismas pulsaciones vergales de
su pepenador compinche, de igual modo la boca de Dulce no pudo soportar tanto
semen y comenzó a desbordarse en este mismo debido a las regurgitaciones de la
nena por mantenerse consiente, teniendo que tragarse ahora más porciones de
este, sentía la cuantiosa y espesa secreción bajar lentamente por su garganta.
Los viejos
experimentaron la más grande y épica corrida de sus vidas, los niveles
espermáticos que expulsaron rebasaban lo convencional, el dolor sentido en sus
vientres bajos los obligó a doblarse por la mitad y así tímidamente ambos ogros
se fueron acomodando al lado y encima de su hermosa y desvirgada doncella,
Pancho y Felipe se acercaban a comprobar si alguno de los tres seguía con vida
pues ninguno se movía ni nada, los tres cuerpos amontonados lucían inertes y
llenos de moscas que se despabilaban ante el acercamiento de Pancho, el ojo que
había observado todo tenia ratísimo que se había ido, pero ¿de quién se había
tratado?, ¿Quién había estado observando la enferma escena sin poder haber
hecho nada?.
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Poco más de dos
horas antes, en el cuarto de Pancho…..
La otra despampanante
fémina, la Margarita encerrada se había decidido, utilizaría las herramientas
que su amiga le dio para abrir la puerta que impedía su libertad, demoró algo
pues la nena era tan femenina para sus cosas, delicada y no acostumbrada a este
tipo de trabajos consistente en golpear el cincel con la maceta para que este
rompiera la chapa, al final lo logró.
Para Margarita poner
un pie fuera de su cautiverio debió de haber sido algo parecido a la
experiencia que tuvo Neil Armstrong cuando se supone puso un pie en la Luna,
avanzó sigilosamente entre las sombras, era de noche y su felino camuflaje
negro le ayudaba a pasar desapercibida por donde un grupo de borrachos a lo
lejos gritoneaban por algún malentendido.
Aprovechó que la
cantina podía ser rodeada por un chapeado caminito cuyo final daba a la calle,
una vez allí volteó para ambos lados, casi no había personas pero la verdad era
que no sabía en qué parte de la cuidad estaba, esperó un rato a ver si algún
taxi pasaba pero nada, al parecer la zona era tan peligrosa que ni los taxis
entraba, la calle en uno de sus extremos comenzó a llenarse de vagos
malvivientes de aspecto drogado y cholo, lanzando botellas de aquí para allá y
golpeando coches y todo lo que encontraran a su paso, era un auténtico caos,
algo parecido a cohetones se escuchó aún más lejos, o “¿habrán sido
balazos?”pensó la nena.
Estaba pensando en
regresar al cuarto, la verdad que no sería muy buena idea caminar por la calle
en esas condiciones sumado a la provocativa forma que vestía, parecía una puta
en todas sus letras, una actriz porno al inicio de una escena gangbang, en eso
desvió su verdosa mirada hacia el otro extremo de la calle y descubrió un local
que había servido de referencia para la mejor ubicación de un edificio en donde
se supone se encontraba su papacito, aun no lo creía pero solo quería
comprobarlo.
Así que
valientemente y no importando lo que podría sucederle caminó lo más rápido que
pudo, su excelso caminado más que para llegar deprisa a algún lugar parecía más
para llamar las miradas de los machos que ahí se encontraban, que en esa
esquina eran varios, todos borrachos, y se suscitó una chifladera acompañada de
cualquier cantidad de peladeces en donde lo que más se escuchaba eran cosas que
podrían hacerle a tan suculenta hembra a la hora de estar en la cama y de cómo
sus agujeros podrían ser utilizados de maneras para ella nunca antes
escuchadas, una hembra salida de las mismísimas entrañas del infierno y enviada
a la tierra a seducir a los machos para de esta manera tenernos asegurados por
toda la eternidad en el abismo.
La niña no hacía
caso y seguía su camino, bajando su vestido constantemente pues el caminar se
lo levantaba, pero Margarita pasaba por un dilema, el vestido era en extremo
corto y carecía de tirantes sumado a los cada vez más grandes orificios que se
alineaban a un costado de él, había escogido el más emputecido precisamente
para salir esa noche, si lo bajaba intentando cubrir sus piernas este se bajaba
de sus senos casi exhibiéndolos en su enorme y carnosa totalidad, de la misma
manera si lo subía de su escote este se levantaba de la parte de abajo
mostrando a todo transeúnte que por ahí circulaba el nacimiento de sus
orgullosas nalgas, si se ponía atención, se tenía suerte y una perfecta
ubicación se podía apreciar entre sus muslos una tonalidad negra tapando en
donde claramente se encontraría ubicado su sexo.
La nena llegó al
edificio buscado, veía que una de las puertas de las láminas estaba abierta así
que entró, sin saber que el viejo Lucio, aquel que había perdido su derecho a
participar en la anterior escena que en estos momentos aún no se llevaba a
cabo, se dio por irse detrás de ella; el viejo dejó que la joven se adelantara
pues no quería que advirtiera de su presencia, pero aun manteniendo una
considerable distancia podía escuchar el desquiciante y alterante sonido que
producían sus tacones en el piso de loseta.
La nena llegó hasta
donde unas escaleras, algo le decía que debía de subirlas, que su papacito se
encontraba arriba, en el último piso, su idea era liberarlo y escapar de ahí
como fuera, subió esquivando cualquier cantidad de cajas viejas, aparatos
electrónicos, eléctricos y electrodomésticos robados hasta que llegó al tercer
piso.
Allí un largo
pasillo con varias puertas encontró, colocó muy sensual uno de sus dedos en sus
anhelados labios meditando en cual puerta podría ser, se dirigió a la primera,
al parecer cerrada con llave, la empujó pero nada, aunque susurró la palabra
“papá” nadie le respondió, caminó a la segunda y lo mismo, decepcionada intentó
con la tercera y esta si accedió, pero encontró algo parecido a un salón de
clases abandonado, un ruido y unos alegatos llamaron su atención, con la
respiración profunda elevándole todos sus encantos caminó hasta allá, justo
cuando se disponía a abrir la puerta la intimidante voz de Pancho la heló.
El gordo estaba ahí
al parecer platicando con otro viejo, después escuchó que se trataba de Felipe
y no solo eso, más voces así como un ladrido de perro se escuchaba, pensó que a
lo mejor estarían maltratando al pobre animal, ella que tanto apreciaba a los
animales en especial a los perros y se indignaba de este tipo de tratos, pensó
en socorrer al pobre desamparado, pero como, sus fuerzas eran nulas comparadas
con las del viejo quien al parecer tenia compañía, llegándose a pensar que se
trataba de toda la banda ahí reunida.
Margarita pensó que
sería mejor abandonar el lugar, si los viejos la descubrían posiblemente ahí
mismo se la agandallaban, así que entristecida por el pobre animalito decidió
irse de ahí, pero justo en ese momento descubría un orificio en la pared, “y si
echo un vistazo” pensó, para de esta manera cerciorarse de lo que estaba
sucediendo, así que agachándose muy sutilmente regalándole a Lucio una prefecta
visión de su espléndido trasero aun virgen y levantado aún más con la ayuda de
las exageradísimas zapatillas de plataforma que portaba asomó uno de sus verdes
ojitos por ahí y comprobó lo que ya se venía relatando.
Un par de viejos
desconocidos para ella maltrataban oralmente a una mujer, después por algunos
movimientos de estos que le permitieron observar a la otra fémina se dio cuenta
de que se trataba de una chiquilla quizás de su misma edad, muy hermosa, rubia
y de cuerpo muy estilizado, por un momento se le vino a la mente el horrible
suplicio por el que ella tuvo que pasar cuando llegó aquí, y enojada apretaba
sus puños como queriendo meterse ahí mismo y poner en su lugar a todos para
librar de ese sufrimiento a su congénere pero se dio cuenta de que nada podía
hacer.
Decidió irse pero
antes de despegar su ojito de ahí observó como la monstruosa verga de Pancho le
quedaba a escasos dos metros, con solo verla la sentía casi adentro de ella,
imaginando la última vez que la masacró empezó a sudar de la parte superior de sus
labios, continuo en esa sugerente e invitante pose mientras el depravado de
Lucio la veía a partir de donde terminaba la esquina de la pared, este
desagradable sujeto ya estaba completamente borracho pero lo suficientemente
consiente como para saber que hizo, que estaba haciendo y que quería hacer.
El sujeto de por si
era espantoso, y en estado embriagado era lo que se podría decir lo más
parecido a un zombie, no tenía mucho control en su cuerpo pero su verga estaba
tremendamente embravecida, era de agradecer que este tipejo aun poseía su
cabellera casi completa pero terriblemente desordenada, enmarañada y grasosa,
sus abundantes cejas formaban una sola, contaba con unas piernas muy cortas en
proporción a su cuerpo y demasiado rechonchas dando la impresión de poseer la
complexión de un enano con una estatura un poco mayor, pues la altura de Lucio
era la más corta de toda la banda, incluso la misma Margarita aun sin tacones
era 5 centímetros más alta que él y ahora con las zapatillas de plataforma le
parecía altísima cuando en realidad la nena apenas rasguñaba el 1.77 mts.
Margarita seguía
toda ida, hipnotizada, viendo como Pancho masturbaba su brillosa herramienta,
como aun con su callosa mano, que casi era un guante de béisbol, al abarcarla
aún quedaba de fuera poco más de la mitad de la longitud de esa barra, de
repente sintió su vaginita nuevamente escurrirse, se dio cuenta que aún tenía
un orgasmo retenido y que su vagina estaba más sensible que nunca, sus caderas
ya habían adquirido un sutil pero perceptible movimiento de balanceo.
Se dijo para ella
misma que quizás podría masturbarse ahí, total que nadie la veía, así que
tímidamente llevó su delicada manita derecha hasta donde se encontraba ese
trastornante y aromático reducto vaginal, cuando la manita tocó su parte íntima
fue capaz de experimentar la más caliente y mojada sensación vulval jamás
recordada, su tanguita estaba empapadísima.
Sus muslos se abrieron
para permitir mejor el acceso, estirando sus músculos y ligamentos al máximo,
sus piernas se veían tremendamente trabajadas, como si la nena llevara años
ejercitándolas, sus dedos lentamente llevaron a cabo el primer roce, fue
exquisito, delirante, destellante, electrizante, y no pudo quedarse solo con
ese, de ahí siguieron más, cada vez más recios e intensos hasta que sin darse
cuenta, la caliente chiquilla ya se encontraba gimiendo delicadamente, hay que
hacer mención que la nena no se masturbaba con la enferma escena carnal, ella
tenía sus verdes ojitos fijos en la pulsante y babeante verga de Pancho, no
existía otra cosa.
El equino estaba
embrutecido, no podía creer lo que veía, la nena quería verga, se estaba
tocando su pepa sin disimulo, y algunos gemidos eran tan audibles que llegaban
a los llenos de cerilla oídos de este. Sabía que este era el momento que había
estado esperando, quien sabe cómo vergas la nena había llegado hasta ahí, lo
importante era que estaba, así que decidió salir de su roedor escondite
dirigiéndose a esta muy lentamente, caminando de manera torpe debido a su
alcoholizado estado y, una vez estando a escasos tres metros de la chiquilla
vestida de prostituta dio un último trago a su mula de a litro para dirigirse a
la fémina.
-que vergas haces
aquí?!!- Margarita reaccionó dejando de hacer lo que hacía, quedándose callada.
-te pregunté, que
que vergas haces aquí?!!- la nena veía a este viejo mirándola con cara de
pervertido, una de sus manos limpiaba el escurrimiento de caña que de su
asquerosa boca bajaba mientras la otra empuñaba una moruna como la de Felipe,
el viejo chaparro venia armado.
-Don……… Don Lucio,
buenas noches, yo estaba, este…… eh, este- la nena no tenía excusa para
defenderse, sabía que venía desarmada y eso la ponía en gran desventaja.
-te voy a decir lo
que estabas haciendo puta caliente, te estabas rascando la concha, tienes la
concha caliente verdad jejejejeje- el impúdico sujeto le regalaba a la nena su
sonrisa mas aberrante, cariada y repugnante.
-nooo, no, este yo-
la colorada chiquilla había sido descubierta en una de sus zorrerías.
-me estás diciendo
mentiroso??- gruñía el vetusto sujeto.
-no Don Lucio como
cree, yo, ay no que pena-
-pues ahora mismo me
vas a decir que es lo que estabas haciendo perra caliente, o te rajo el frijol
(clítoris) con esto- dijo el viejo enseñando su moruna.
-yo, estaba viendo,
solo estaba viendo lo que pasa ahí adentro pero ya me iba, adiós, con su
permi..- la nena avanzaba hacia el viejo.
-cállate, eso no es
cierto, me estas agarrando de pendejo verdad?- el viejo decía todo esto, pero
sin gritar, sabía que ante un levantamiento de voz Pancho podría aparecerse y
echarle a perder todos sus sueños e ilusiones.
-no no, Don Lucio
por favor, guarde eso antes de que alguien pueda salir lastimado- dijo Mar pues
Lucio comenzó a mandar morunazos al aire, escuchándose como el filo de la hoja
cortaba el viento.
-así que estabas
viendo?, nada más,- preguntaba el bastardo.
-sí, se lo juro-
-te diré algo, te
dejaré ver otro poco con la condición de que yo pueda ver contigo, los dos
juntitos jejeje,- la risa del viejo era por demás pervertida.
-no, ya me iba,
gracias de todos modos-
-calla puta, no he
terminado, si tu respuesta es sí, los dos veremos cómo se cogen a la otra puta que
está ahí adentro, pero, ahí un pero, si tu respuesta es no, en este mismo
momento te acuso con Pancho que andas afuera sin su permiso jejeje, y sabes que
te va a hacer, una es que te agarre a cuerazos y la otra es que te ponga a que
le ayudes a la zorrita con los apestosos esos, tú decides jejeje, que sea
rápido- un silencio sepulcral reinó en el ambiente, un sudor frio comenzó a
cubrir el carnoso cuerpo de Mar, una risa macabra atravesaba la caballuda cara
de Lucio.
-está bien, puede
ver conmigo, pero deje esa moruna ahí- dijo la nena pues no tenia de otra.
-y quien eres tú
para poner condiciones, tu solo eres una puta que sirve para darle caña
jejejeje- Lucio intentaba meter su sucia mano por debajo del vestido de Mar,
ella como era de suponerse se lo negó.
-ahora, sigue
viendo, diez minutos tú diez minutos yo y así nos vamos- Mar sabía que debía de
obedecer, ya no quería seguir viendo pero si no obedecía al viejo lo más seguro
es que este cobarde gritaría el nombre del coloso, así que sin más volvió a
inclinar su tremendo cuerpo no sin antes dirigirle una mirada de enojo al
hombrecillo centímetros mas chaparro que ella.
El casi enano veía
como el cuerpo de Mar al agacharse estiraba todas las fibras del vestido hasta
el desgarro, su culo era casi traslucido por el nivel de tensión que se generó
en la prenda, veía la casi infantil espalda siendo claramente superada en
anchura por las desarrolladas caderas, y que decir de ese medianamente tapado
culo, el de Mar era casi comparado con el de una yegua mientras que el de Lucio
era solo el final del espinazo, el viejo sería muy pendejo si solo se limitaba
a mirar ese cuerpo sabiendo que estaba caliente, así que decidió acercar su
rostro al de la mirona chamaca.
-jejeje, que está
pasando ahí dentro?- dijo mientras se acercó tanto como para que Mar aspirara
su caliente aliento, además de poner una de sus manos en una de las desnudas
nalgas de ella, la nena puso cara de asco pero le contestó a su pregunta.
-están dos viejos,
uno gordo y otro más panzón, hay un perro muy grande, una chava como ahhh-
gimió la nena mordiéndose el labio inferior, Lucio se había atrevido, su mano
había bajado por toda su nalga hasta su conchita y se la estaba masajeando, la
sensibilidad de todas las yemas de sus dedos unidas en ese punto.
-qué te pasa culo,
porque te detienes, sigue contándome- Mar siguió relatando lo que sus ojos
veían, cabe decir que a partir de los expertos y vulgares manoseos la voz de la
chiquilla se endulzó y sensualizó escandalosamente, y sus labios adquirieron
una forma casi de mamadora profesional.
-ohhh, en serio, eso
se oye muy sucio, tengo ganas de masturbarme, porque no me masturbas, anda,
sácame la verga- dijo Lucio y como si Mar fuera un robot programado dirigió una
de sus manitas hasta el abierto cierre del pantalón del casi pigmeo, pero esto
lo hizo porque Lucio la invitaba a hacerlo golpeando uno de sus bracitos con la
fría hoja de la moruna, veía a Lucio borracho y recordaba a su papá, a un
hombre borracho mejor seguirle el juego ya que es capaz de hacer cualquier
estupidez que en ese momento su retrasado cerebro puede llevarlo a realizar.
La nena tocó un tubo
caliente y gordo, comenzó a inspeccionarlo como si quisiera detectar en el
alguna rara tumoración, mientras Lucio estaba feliz sintiendo esos deditos
apretujarle femeninamente la verga, según el fino tacto de la hembra la verga
debería de ser también generosa así que sin importar todos los malos ratos que
este viejo le había hecho pasar sacó la herramienta de tan verde viejo, lo que
los ojos de Mar vieron fue algo indescriptible, excepcional, de esas vergas que
vienen al mundo cada que termina un ciclo del calendario maya, quedó hasta
boquiabierta al contemplar las desgarradoras medidas que se gastaba el más
pequeño de la banda, la verga ahí presente debía de medir fácilmente unos 26
centímetros y aprovechando la reducida altura de Lucio y sus cortas piernas
esta daba la impresión de llegarle hasta las rodillas.
-jjejeje, te
quedaste hasta pendeja verdad?- dijo Lucio quien no dejaba de observar y
estudiar cada una de las reacciones de la joven ex cajera.
-este, yo, Don
Lucio- decía Margarita, se relamía los labios constantemente, casi babeaba al
vislumbrar la bíblica herramienta que el viejo traía pegada entre sus piernas,
era como una versión algo diminuta de la trompa de un elefante, pero mucho muy
grande para la media de un pene humano.
Margarita después de
recobrar la prudencia se dispuso a seguir observando pero sin dejar de
mantenerse aferrada a la verga del viejo como si esta se tratara de la mano de
su ex novio, Lucio en cambio sentía como esa pequeña manita casi de niña le
apretaba su verga de manera exquisita, sintiendo como su palma estaba libre de
cualquier tipo de callosidad, pero el viejo casi se vacía cuando esta misma
manita empezó a realizar una especie de fricción en su carnal exageración, la
nena sentía que esta pesaba aún más que la maceta que cargo minutos atrás,
quizás su peso era aproximadamente kilo y medio.
-te gusta mi verga
zorra caliente- dijo el etílico sujeto llenando el ambiente con su sudoroso
aroma.
-sii- fue lo que sus
oídos escucharon para su sorpresa, nunca esperó escuchar esa respuesta, un
susurro débil que se constató en la forma de posicionarse de los labios de la
fémina, de la caliente zorra, caliente porque Lucio seguía tallándola de su
panochita con la tanga en estos momentos a un lado, enterrándose entre el muslo
y la carnosa vagina.
-¿qué te parece sin
dejamos de ver a estos pendejos, y nos vamos a un lugar más cómodo?- preguntaba
el pervertido sujeto casi sintiendo como se le salía el corazón de la emoción
de esperar que la respuesta fuera precisamente, después de unos minutos de
controversia en la mente de Mar, lo que sus oídos escucharon.
-sí, vamos, lo sigo-
el viejo tuvo que hacer un esfuerzo majestuoso para no caer ahí fulminado de un
ataque cardiaco, pero con una gran concentración de saliva en su cogote se
llevó a la nena de ahí, buscando ese lugar cómodo del que hablaba.
El desesperado
sujeto con crisis sexual llevaba de la mano a la nena quien solo se dejaba
hacer, caminando de la manera más escandalosamente sensual que su cuerpo pudo
representar, su vestido iba subido enseñando parte de sus lúbricos tesoros
medio tapados pero a ella poco le importaba, ella en estos momentos solo
obedecía a una parte en su cerebro que le decía que debía de seguir y a su vez
obedecer al viejo en cada cosa que él le exigiera.
La pareja de amantes
llegó a un cuarto muy oscuro, Lucio encendió la luz para dejar ver un baño en
deplorables condiciones, al momento de que se encendió la luz toda una
localidad de cucarachas huyeron despavoridas ante la presencia de las dos
sombras, el baño estaba muy socio, la tasa ya era color verdoso, dentro de ella
había algo indescifrable, negro y café, con un olor fuerte y con algunos
gusanos típicos de cuando algo se descompone ahí rondando, pero para el viejo
esto era una penthouse y la abochornada de Margarita al parecer estaba del todo
cómoda.
Lucio bajó el
asiento y se mandó la primera orden,
-siéntate zorra, y
sácate los calzones- la muchachita obedeció y de la manera mas coqueta y lenta
que pudo aplastó su tremendo trasero contra el asiento, juntó sus piernas y
metió sus delicadas manitas hasta que estas encontraron los hilos de su tanga,
lentamente comenzaron a deslizar la microscópica prenda hacia afuera,
recorriendo todo sus muslos, llegando a sus rodillas, todo esto sin separar un
solo centímetro sus piernas, y levantando muy coqueta las gimnasticas
pantorrillas para terminar el recorrido, hubo un pequeño imprevisto pues uno de
los hilos se atoró en uno de sus tacones pero no fue nada que la nena no
pudiera remediar.
Debido al constante
cambio que Margarita ha sufrido en los últimos días, pasando por situaciones de
lo más deplorables, estas han de cierto modo causado estragos en su
comportamiento a la hora de aparearse, la nena está confundida a partir de esa
noche con Pancho, ni ella sabe que le pasa, quizás se trate del síndrome de
Estocolmo, en este momento es llevada por una extraña e inexplicable sensación
en su cabecita así como una sarnosa comezón en su panochita solo obedeciendo a
su más rústico y malsano pensamiento, algo que ya hizo con Pancho pero
borracha, aquí está libre de cualquier toxina……..
-la quiere?- dijo
Margarita mientras su tanga giraba en uno de sus dedos, el viejo Lucio hasta se
pellizcaba para asegurarse que esto no fuera un sueño o alguna ilusión creada
por efecto del alcohol, a él no le importaba la manera tan puta en que la nena
se estaba comportando, él lo que quería era cogérsela y quería asegurarse que
al aventársele encima la nena no se evaporaría.
El viejo no
contestó, solo se dignó a arrebatar la tanga de Mar de sus manos pero esta nena
también era más rápida, o Lucio estaba tan borracho que era muy lento, que
impidió que el chaparro se la despojara, el viejo pensó que aquí la nena se
levantaría y lo mandaría a la chingada, por pendejo se la había olvidado la
moruna allá arriba pero su sorpresa fue enorme al ver como la misma chiquilla
se metía su tanga a su boca para después decirle.
-guiguemega- dijo
con su boca llena de tanga, el viejo se abalanzó desesperado sobre esos
carnosos labios fundiéndose en un marrano beso en donde ambas lenguas
intentaban encontrarse pero el cacho de tela se los impedía.
Los suspiros de
Margarita no tardaron en aparecer mientras que los bufidos de Lucio hacían lo
propio, él la tenía buen aferrada de su cintura mientras ella hacia lo mismo de
su horrible cara de caballo, ella empezaba a abrirse de patas mientras él iba
acomodando su verga en esa celestial entrada que precisamente hoy pasaría a ser
una más de sus conquistas, uno de los más perversos y violentos violadores
golpeadores de mujeres estaba a punto de disfrutar de los encantos de la bella
Margarita.
Margarita recordó lo
grande que era eso que se acercaba a su concha pero no le importó, quería
experimentar en carne propia que se sentía tener alojada dentro de ella algo
así de desmesurado, Lucio sacó victorioso la empapada tanga de la boca de
Margarita y le pegó una potente aspiración llevándose hasta sus enfisémicos
pulmones todo el aroma de la hembra caliente, casi metiéndose por sus narices
la prenda de la nena.
Pero recordó que
tenía otro propósito, así que sin perder más tiempo apuntó su tosca longaniza y
poco a poco la fue introduciendo en la hecha agua concha de Mar, ella se aferró
con sus manitas de unos mohosos tubos que pasaban arriba, en los lados, de
donde ella estaba sentada, presentando algunas goteras que sabrá Dios que tipo
de sustancia era lo que de allí caía, sin embargo dichos tubos adquirían una
posición perfecta como si estos se tratasen de algún instrumento para hacer
ejercicio.
-ahí te va
zorra!!!.- fue el mugido de Lucio cuando este lanzó un mortal arponazo en
contra de ella, la verga de Lucio atravesó a Mar como si esta fuera de algodón
pero casi a la mitad de su larga extensión esta se quedó atorada, y es que en
esta parte el miembro se hacía más grueso y venudo, era tal la cantidad de
venas que quedaban encimadas unas de otras, Lucio no podía permitirse esto y
juntó tanta fuerza en sus caderas para después sacar un poderoso ataque que
envió esa verga hasta el fondo de la rebelde cuevita.
Mar pegó un grito
apocalíptico, salpicando muchas gotas de saliva en ese berrido, y es que la
irrupción había causado en ella prácticamente un segundo desquintamiento,
resultaba increíble que esta no le hubiera traspasado el útero, Lucio comenzó a
mover su protuberante arma, con secos movimientos pélvicos sacaba de ahí unos
17 centímetros para después volver a meterlos con más fuerza, cada nuevo
embiste aumentaba en fortaleza, aferrándose de la cintura de su pareja para que
estos fueran más fuertes, mientras tanto, en cada golpe, toda la zona pélvica y
monte venus de Mar se sacudían, en el vientre de esta podía apreciarse un tumor
que crecía cada que el viejo metía hasta el fondo su mortífera carne.
La pobrecita
chiquilla sentía como si estuviera siendo corneada por un toro, a esto ayudaba
que el viejo bufaba y esto hacia más realista su alucinación, el rostro de la
bella señorita quien solo había venido a ver si era cierto que aquí se
encontraba su papi lucia desbaratado, su cabello rápidamente se vino hacia
adelante por más que ella lo echara para atrás, y cada nueva acuchillada se
movía y gemía desesperada.
Lucio decidió
apoyarse ahora de los tobillos de la nena, separándoselos lo más que pudo, en
esta posición los muslos de ella era exhibidos en su máxima expresión mientras
el viejo con un suave movimiento en donde solo pendulaba su pelvis lograba
meter gran parte de su venuda verga, quizás solo faltaban tres centímetros,
Margarita gritaba en cada penetración, pero sentía riquísimo esa verga del
macho que tanto asco le daba, ese macho que se excitaba hasta con ver gente
agonizando, por un momento pensó que demonios estaba haciendo ahí atravesada
por tan repugnante sujeto pero cuando se decidía por avisarle al viejo que era
suficiente este la regresaba a su lugar con otro fiero apuntalamiento.
Uno de los golpes
fue tal que se pudo escuchar como el cuerpecito de la nena había chocado con la
parte trasera del excusado, pero también tuvo repercusiones en las facetas
pervertidas de Margarita, sus ojitos se pusieron blancos así como sus cejas se
fruncieron exageradamente mientras sus labios se abrieron intentando gemir pero
al perecer este sonido se quedó atorado en su diafragma, la gruesa verga de
Lucio seguía atravesando a la delicada conchita.
Mar liberó una de
sus manitas y la llevó hasta su masacrado sexo, comenzó a realizar esos
movimientos de representación fiel que llevó a cabo en la regadera de su casa
(la de Pancho) embarrando en esa parte tan íntima y cuidada de su cuerpo una
rara concentración de algo de apariencia oscura proveniente de la tubería, que,
por las ininterrumpidas penetraciones de Lucio se empezó a batir por todo el
territorio vaginal tanto externo como interno pues la verga del viejo se
encargó de llevar lo más profundo que pudo parte de esa inmundicia.
Margarita había
dejado de tocarse, ahora solo se dedicaba a ser una simple espectadora de como
se la cogían, miró al viejo que se encargaba de hacerla hembra, estaba sudado,
se había quitado su camisa mostrando un cuerpo mitad fofo mitad marcado, muy
moreno y con algunos tatuajes en su cuerpo, la depravada de Margarita incorporó
de su cintura para arriba para poder llenar de besos, mordiditas y lamidas el
descuidado cuerpo del viejo llevándose a su boca todo tipo de salados sabores.
Lucio decidió
cambiar de posición, ahora se sentaba en el retrete mientras Margarita se
sentaba arriba de él y de frente y lentamente fue bajando sus caderas, su
vagina literalmente iba devorando esa tiesa verga hasta que quedaron
perfectamente acoplados, nunca pensó que su cuerpo pudiera comerse algo de
semejante manufactura, obviamente después de mucho sufrimiento; la sensual
chiquilla se aferró de la nuca del viejo mientras este hacía lo propio de la
cintura de ella porque lo que se venía se veía descomunal, y así fue, Margarita
hizo a un solo lado todo su cabello para comenzar con un legendario movimiento
de caderas que sepa Dios o el Diablo donde aprendió a realizarlo, movía sus
caderas como una auténtica batidora para después cambiar estos endemoniados y
ordeñadores movimientos por severos sentones tan agresivos que el mismo Lucio
estaba sintiendo que posiblemente no podría controlar a tan salvaje yegua
relinchando arriba de él.
Y es que la casi
desfallecida Margarita comenzó a ensartarse cada vez más fuerte, las piernas de
Lucio estaban siendo demolidas por la desquiciada chiquilla quien no dejaba de
gemir y gritar como una posesa, los espeluznantes sonidos que hacían ambos
cuerpos al chocar espantaban a todas las alimañas que por ahí se entretenían
mirando a unos seres muy lejos de parecer humanos así como los violentos
sentones hacían cimbrar toda la planta en que se encontraban.
La nena estaba que
ardía, su calor quemaba a su chaparro amante, este estaba casi con los ojos de
fuera soportando a la hembra convulsionándose sobre de él, por momentos le era
imposible sostenerla con todas sus fuerzas pues los meneos eran tales que
superaban la fortaleza que este viejo poseía, en un sentón tan poderoso que la
nena se dio este pobre hombre casi sintió que se le habían caído los huevos al
suelo, posiblemente no hubiera aguantado mucho antes de caer muerto pero fue
gracias a que Margarita tuvo un orgasmo que pudo descansar, Lucio había
subestimado a Margarita, una nena que le había dado ciertos problemas en la
cama hasta al mismo Pancho por la forma tan ruda de moverse cuando llegaba a su
límite.
Nuestra nena se
había corrido y se meneaba como si estuviera retorciendo por dentro la verga
del viejo, a nadie sorprendería que si Mar se levantaba la verga de Lucio
saldría formando alguna figura exactamente como las que hacen los payasos
globeros, la nena aun moviéndose comenzó a besar el pecho de su hombre,
subiendo esos carnosos labios hasta el sudado y percudido cuello de este,
lamiéndolo y mordiéndolo como una vampiresa, para después besarlo en la boca
con fogosos enredamientos linguales, solo así el viejo mostró signos de vida,
estaba todo desparramado y respirando agonizantemente pues los movimientos
habían sido brutales.
Aun así el
recuperado Lucio quiso más, experimentó por vez primera como la vagina de Mar
mordisqueaba las vergas que la penetraban y eso le había gustado, lo que Pancho
contaba y presumía en la cantina era cierto, la nena comenzó a moverse de
nuevo, ahora más lento y masajeándose sus pechos, al verlos Lucio se les mandó
como perro hambriento, comenzó a estrujarlos, apachúrralos, aplastarlos uno
contra el otro, juntándolos hasta que el par de pezones se unía y ahí fue donde
su lengua comenzó a darse el mejor banquete de su podrida vida, completamente
desubicado mamaba esos pechos saboreando el sazón que estos tenían, su
asquerosa lengua se revolvía feliz pasando de uno a otro, los mordía enterrando
sus dientes como si en verdad se los fuera a digerir, se separó de ello para
verlos como le regalaban la mejor danza jamás vista.
-escúpeme perra-
dijo el demente abriendo su bocota
-que?- preguntó
Margarita quien acariciaba su rostro y cabello (de ella) al tiempo que no
dejaba de ensartarse.
-que me escupas,
aquí en mi boca,- dijo Lucio sacando su lenguota.
Margarita no estaba
en sus cinco sentidos como para extrañarse por tan raras solicitudes, así que
juntando en su boca la mayor cantidad de saliva que pudo lanzó el cuantioso
escupitajo en contra de la boca de Lucio, pero al no ser muy buena para
realizar esta actividad de mal gusto su escupo quedó colgando de su barbilla,
aunque esto no fue impedimento para que esas babas llegaran a su destino pues
Mar las recogió con una de sus manitas y la llevó hasta tan fétido lugar.
-ahora voy yo, te
voy a enseñar cómo se escupe!!!, abre la boca perra mal parida!!!- dijo Lucio
ya con las babas de Margarita y las suyas mezclándose dentro de él.
Ella obedientemente
separó sus canosos labios lo más abiertos que pudo para recibir de la manera
más repugnante posible una mezcla de sus babas con las del apestoso sujeto,
sintiendo claramente la chiquilla cuando estas chocaron contra su lengua.
-no te las tragues,
junta más saliva y escúpeme ahora tú, hazlo bien- dijo Lucio a una escupida
chiquilla, la sudada pareja había detenido un poco su acalorante labor para
poder comunicarse con claridad.
Margarita escupía
ahora una mayor cantidad de saliva, esta vez lo hizo bien, prácticamente
llenado de babas la boca del viejo y aun dándose el gusto de que algunos hilos
colgaran de su barbilla (de ella), Lucio hizo lo propio y juntando una gargarea
cantidad de babas tan grande que inflaban sus cachetes se mandó esa repulsiva
mezcla hasta lo más fondo de la garganta de la nena, escupiéndole a bocajarro,
así continuo la pareja con este extraño ritual de apareamiento, al final una
muy estructurada y sofisticada red de hilos de saliva en todos los grosores
formaban una compleja telaraña de cristalinas uniones entre el feo y rasposo
rostro de Lucio y el suave y hermoso rostro de Margarita, y aun así la pareja
se seguía escupiendo, solo pararon porque Margarita comenzó a vaciarse otra vez
pues el bribón nunca dejó de pellizcarle el clítoris.
El borracho de Lucio
la orientó para que ella quedara de espaldas a él, y así comenzaron a acoplarse
otra vez, una posición muy excitante en donde la morena verga de Lucio se veía
desaparecer entra las rosadas pieles de la nena, primero fue Lucio el que
comenzó a taladrarla para después secundarlo la chiquilla con enloquecidos
movimientos de pelvis, la nena terminó por recargar su cuerpo contra el de su
macho, no tardaron en aparecer una negras manos que se apoderaron de sus pechos,
cacheteándolos o jalando de sus pezones mientras ella se comía esa desabrida
boca, la nena dejó de besar al depravado solo para gemir más fuerte y en pocos
minutos volver a venirse expulsando un pequeño chorro de jugos desde su vagina,
dejándole una clara sensación de ir al baño.
La nena no haciendo
caso a lo que su cuerpo le dictaminaba siguió ensartándose en la agraciada y
completamente babeada verga de Lucio, la nena aceleró sus drásticas
ondulaciones mientras intentaba ver, con sus ojitos casi cerrándose, cuál era
el procedimiento utilizado por su bollito para poder albergar tanta carne, pero
al parecer después de un rato la posición no fue lo bastante cómoda, ambos
cuerpo se resbalaban debido a tanto sudor teniendo que acomodarse en varias
ocasiones así que la nena decidió regresar a la pose anterior.
Lentamente se
desacoplaba mientras veía como la verga del viejo a raíz que salía de ella se
iba acostando en la panza de este, por la forma en que le iba saliendo casi
parecía que Margarita estaba dando a luz a una verga, ella se acomodó con sus
potentes piernas ya temblándole y procedió a enclocharse de nuevo, la pareja de
amantes continuo en lo que estaba, los gritos y grosería hacia la persona de
ambos era tales como:
-zorra de mierda!!!
Sabía que eras una hija de la gran puta!!!!!- obviamente esto era gritado por
el cincuentero.
-si- la nena suspiró
esta afirmativa palabra, ella estaba atravesando por un estado emocional algo
retorcido que haría que comenzara a desgastar su garganta en groserías que en
sus cinco sentidos nunca diría.
-sí que perra asquerosa!!!!!-
ladraba el repugnante.
-sí, si soy mmmmm-
decía la agitada chiquilla.
-si eres que ramera
barata!!!,- el viejo soltaba a la nena de su cintura y comenzaba con todo un
ciclo de fieras nalgadas, en donde el sonido de la según última no hacia otra
cosa que animar al viejo a mandarse una más, ella simplemente arqueó su cuerpo
y paró más el culo.
-si, siiii, siiiii
Don Lucito, soy una perraaaa, una perra asquerosaaaaa, soy la perra de
todoooossss!!!!!- el viejo quedaba hasta con la boca abierta a raíz de las
fuertes declaraciones y confesiones que su puta en turno realizaba.
-jejejeje,
demuéstramelo ahhhhhh, ensártate más duro, házmela polvo!!!- bramaba el
imperdonable.
-siii, ssiiii,
uuhhhhgg su verga es miaaaa!!!, miaaaaa!!!!, aayyyy dioooosss que
ricaaaaaa!!!!!!- la nena obedecía al sacrílego sujeto para mandarse sus más
yegüinas empaladas en contra de la astronómica barra.
-es la más grade que
he probado en mi asquerosa vida de putaaaaaaaa!!!!!!!!- gritaba la nena, o
quien sabe quién lo hacía por ella, sin embargo estaba tan fuera de sí que
quería algo más…………. sádico.
-Don Lucio
uuhhhhggg, escúcheme, óigame!!!!!, escúcheme maldito violador de
mierdaaaaa!!!!- la nena se expresaba con diálogos propios de las mujerzuelas.
-perra caliente, estas
tan cachonda que no te mides en tus palabrotas!!!!!- de más está decir que
Lucio con esto se ponía mas duro.
-escúcheme hijo de
su puta madre viejo cabrónnnn!!!!,- ahora la endemoniada era la nena, estaba
tan embravecida que ese sencillo grito había implementado un temor en Lucio
creyendo que esta perra en cualquier momento se lo despacharía a cachetadas.
Pero la nena en vez
de eso pidió su sádico tormento.
-péguemeeee!!!,
péguemeeeee!!!, agárreme a cachetadas por haber salido tan putaaaaa!!!!- la aun
ensartándose nena agarraba al viejo de los pellejos que colgaban terminando su
cuello y lo azotaba ferozmente contra el retrete.
-estas segura zorra
hija de puercaaaaa!!- bramó Lucio adolorido de esa parte, la cual la nena ya
había comenzado a amoratarle por tan severos pellizcones.
-si segura,
péguemeeeeee!!!, no le gusta eso viejo pendejo?!! (la nena le mandaba otro
escupo impactándolo contra su equina cara), no vive de pegarle a las
mujeres??!!!, que acaso no le excita pegarle a una mujer?!! Péguemeeeeeeeeeeeeee!!!-
gritaba la nena.
-pues hay te voy
puta!!!- gruñó el desequilibrado sujeto y con la palma de su mano mandó una
aberrante cachetada que le dejó fotocopiada la mano en todo el pómulo de la
nena, tan bestial que pudo haberle sacado algunos dientes, por fortuna para la
belleza de esta nena su dentadura quedó intacta.
-más fuerte viejo
marica, que no tiene fuerzas!!!- gritaba la caliente Margarita presa de una
calentura nunca antes experimentada, Lucio desde luego se ofendió y
encolerizado mandó uno de sus mejores golpes pero esta vez a puño cerrado, la
nena veía como esa apuñada mano venia acercándose cada vez más a su rostro
hasta que después de sentir un tremendo impacto su visibilidad quedó a oscuras.
El impacto fue tan
brutal que dejó a Margarita en un cercano estado al knockout, la cabeza de la
nena se balanceó como si esta estuviera hecha de goma, de una de sus fosas
nasales comenzó a rodar una gota roja, a pesar de que Lucio era el más débil de
la flotilla su fuerza en los puños era aún muy superior a la de la nena, quien
había dejado de mal hablar a partir del golpe.
La pareja siguió en
lo suyo, a estas altura Mar ya no mostraba coordinación en su cuerpo, menos en
su cabeza, ni siquiera en sus labios, o al menos eso parecía pues una de sus
manos subió a limpiarse esa gota de sangre que rodaba por ellos, la nena
comenzó a sentir el nacimiento de otro orgasmo pero también sus ganas de orinar
ya estaban casi de fuera, el viejo se dio cuenta y comenzó a castigar el
clítoris de ella con fuertes golpes de dedo, tanto hasta que terminó vaciándose
primero en líquidos agridulces, apretando sus labios con sus dientes tan fuerte
que casi hace sangrar a estos también, mientras que sus ojos no se unieron solo
porque tenían el nacimiento de su nariz en medio.
Ella misma quizás
tan acostumbrada a que la dejaran encuerada cada que se la cogían intentó
desgarrar su vestido, pero no pudo, sus fuerzas no eran tantas, pero aun no
pasaban las contracciones orgásmicas del todo cuando sintió como una gran
cantidad de orines venían bajando sin la menor intención de detenerse, así que
rápidamente quitó a Lucio de donde estaba sentado para ella misma levantar la
tapa del retrete, liberando el mefítico aroma de esas extrañas y agusanadas
formaciones, se abrió de patas lo más que pudo de la misma forma que abrió con
una de sus manos sus labios vaginales, apreciándose lo rojo y abiertos que
estos estaban, para comenzar a dejar salir ese dorado líquido.
Los meados caían
chocando contra las porquerías de ahí abajo, en dicho choque varias gotitas de
algo negro brincaban y alcanzaban a pegarse en los blancos y temblorosos muslos
de Margarita, ella en tanto mantenía su frente levantada para evitar que le
saliera más sangre mientras Lucio veía ese par de nalgas liberadas del yugo del
vestido y como de en medio de sus abiertos muslos caía el líquido.
Una vez que la nena
terminó de mear dirigió su hermosa mirada al viejo, dicha mirada ya no era de
esa niña viciosa y desfallecida que hace poco mero se telelea arriba de él,
esta vez su mirada era tan inocente, tan tierna, tan distintiva de Margarita
que hacía imposible creer que esta niña hace poco estuvo gritando tantas
obscenidades y moviéndose como un remolino, debido a que ella aun portaba las
zapatillas es que había una notable diferencia de altura entre ellos.
Sin que el viejo
emitiera palabra alguna Margarita se agachó, tomo la verga de Lucio y se la
metió a la boca, pero el gran error de esta nena fue creer que se metía la de
Felipe o la de Taco, ella empezó muy alegre metiéndose esa monstruosidad, alojó
lo más que pudo dentro de ella pero no pasaron ni cinco segundo cuando ya
estaba trocándose en saliva, aun así se lo tomó a reto, volvió a engullirla lo
más que pudo para comenzar a realizar movimientos en su cuello propios de sus
mejores mamadas de verga pero de igual forma se volvió a vomitar en saliva, de
nueva cuenta esta nena se metió otra vez casi un total de 22 centímetros, lo
que medía la verga de Pancho, comenzó a chuparla como toda una puta pero esta
vez la arcada no pudo ser controlada y se vomitó expulsando lo que Silvia le
había llevado de comer algunas horas antes.
-ay- dijo la nena
completamente apenada.
-ahh que puerca
eres, deja eso, abre la boca que te los voy a echar todos- dijo Lucio, la nena
solo sonrió mostrándole sus dientes superiores e inferiores muy juntos, esta
vez no blancos pues estaban cubiertos de residuos de vómito.
La señorita abrió la
boca lo más que pudo y sin más el viejo, después de haber tenido muchos meses
sin coger, se desparramó en semen dentro de la boquita de Mar, la llenó
completamente no viéndose dentro de ella otra cosa que no fuera líquido
marfilesco, solo su lengua por momentos alcanzaba a salir a la superficie de
ese mar de semen.
La nena con las
piernitas muy juntas y sus manitas descansando en la rodilla de estas
jugueteaba con el apestoso líquido, al parecer le había gustado el sabor pero
después la sensación cambio a algo más desagradable por lo que recordando que
el semen en la boca no se desperdicia sencillamente se lo tragó junto a los mal
digeridos restos de su trocada comida.
Unos minutos
después……………………
El viejo Lucio veía
como la nena se acicalaba en el espejo del baño, al parecer para ella ya todo
había terminado, peinaba su sudado cabello, tarareaba una dulce melodía,
acomodaba su arrugado vestido y mantenía pegado en su nariz un pedazo de papel
que ya se estaba llenado de sangre, pero el viejo aún seguía duro, lo
suficiente para aguantarse otro raund, lentamente el viejo se acercaba por
detrás, azotaba el rostro de la nena en el espejo del baño, por suerte este no
se rompió sino los resultados en el hermoso rostro de Mar no hubieran sido tan
hermosos, la nena por reflejo paró el culo, el viejo intentó nuevamente la
penetración vaginal.
Sus largas e
imponentes piernas aunadas a sus tacones imposibilitaban que Lucio pudiera
penetrarla en dicha posición, su mediana estatura no era suficiente, no le
llegaba, enojado el hombrecillo buscó algo para el ganar altura, por suerte
encontró un par de blocks de construcción los cuales acomodó a manera que le
pudiera llegar a la jugosa papayita de Mar, el viejo era capaz de quitarle los
tacones a Margarita para ponérselos él con tal de llegarle, Lucio iba a mandar
el primer empujón pero ya con verga en mano observó como el anal y virginal
puntito de Mar pulsaba como pidiendo guerra, entonces preguntó.
-jejeje, te lo han
hecho por el culo?- entonces la asustada Margarita defensora de su trasero
dijo.
-no, por favor, por
ahí no, dicen que duele mucho-
-ahh, eso no es
cierto, no duele tanto, depende si el que te la coge te la sabe meter y yo si
se jejeje- decía el viejo.
-es que, no sé, me
va a doler- dijo Margarita, aún seguía caliente e inconscientemente comenzó a
menearle el culo al viejo, una hembra cortejando al macho.
-no, no duele, anda,
vamos a intentarlo- dijo Lucio ya punteando la entrada rectal de la chamaca.
-jijiji, no se Don
Lucio- Mar también seguía el juego, ella hacía para atrás su culo para que ano
y glande tuvieran un mejor contacto y así empezaran a conocerse, así estuvieron
unos minutos en donde el culito de Mar ya se estaba acostumbrando a los besitos
que le regalaba la verga del viejo, este pervertido al tener mayor altura
apretó las nalgas de Mar en contra de su desmesurada verga, chaqueteándose su
palanca con las carnosas posaderas de la niña, la tierna chiquilla ya suspiraba
casi de amor con esos sucios movimientos, Lucio se dio cuenta y decidió
preguntar de nuevo, caliente como un burro profetizaba que esta vez la nena
aceptaría.
-entonces que
putita, intentamos romperte ese culo que te cargas-
-ayyy Don Lucio
jijijiji, romper es una palabra que se oye muy fea- dijo la coqueta nena.
-bueno, entonces, te
gustaría que probáramos ese culito- Lucio le hablaba casi metiéndole la boca al
oído, el viejo ya estaba casi que se volvía a vaciar en mocos.
-jijijiji, pero me
promete que si me duele mucho, la va a sacar- decía la zorra de Margarita.
-si pendeja, si
sientes que te está doliendo mucho me dices y te la saco- decía el viejo
derritiéndose en sudor de la emoción de estar a punto de desvirgar un culo, y
vaya culo.
-ehh, este, no puedo
creer que vaya a decir esto pero si, está bien, quiero calar que se siente-
dijo la nena arqueando su cuerpo, sacando aún más su culo y apretando sus
dientes para resistir el seguro dolor que se avecinaba.
Añadir leyenda |
-que se supone que
están haciendo ustedes dos aquí!!!!!!!!- era como si el mismo Satanás los
estuviera regañando.
Lucio parecía
camaleón cambiando constantemente de color, mostrando casi todas las
tonalidades en menos de medio minuto, mientras la pálida Margarita se acomodaba
su vestido y se colocaba la babeada tanga.
-Pancho yo- dijo
Lucio, a quien hasta lo borracho se le quitó, estaba más sobrio que nunca.
-nada cabrón hijo e
puta, les dije muy claramente que tenían prohibido cualquier tipo de contacto
con esta zorra, pero como veo que ya te me la disfrutaste tendrás que pagarme
hijo e puta!!!, en este momento me pagas 15 000 mil pesos ya con intereses por
haberlo hecho a mis espaldas, si no te corto los huevos aquí mismo- sentenció
el viejo.
-y tu puta!!, que no
te dejé encerrada!!, dime como vergas te saliste!!!, te ayudó este pendejo
verdad!!!,- el viejo la jaló tan bruscamente de los cabellos tirándola al suelo
y arrastrándola por todo donde se le podía, Lucio aprovechó el momento para
salir corriendo completamente desnudo, como si lo fuera persiguiendo el
mismísimo Diablo queriéndoselo coger por el culo con una verga de medio metro,
dejando a la nena sola con el problema.
-esta si me la pagas
escuchaste perra caliente, esta si me la pagas!!!!!- gritaba el endiablado
sujeto echando lumbre por los ojos y engrosando las venas de su cuello, el
viejo salió del cuartito pero no demoró en regresar con un cacho de tieso cable
doblado a la mitad, aunque con voz más tranquila.
-en este mismo
momento me vas a explicar cómo vergas te saliste o quien te ayudó a salir- dijo
Pancho abarcando con su cuerpo toda la puerta y levantando el brazo en donde
sostenía el cable, perdiéndose para los ojos de Mar en el brillo del foco,
Margarita solo veía en el viejo toda la intención de darle la cueriza de su
vida.
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