Yo me case a la edad
de 17 con el hombre que aseguraría mi futuro, el era un hombre mucho mayor que
yo, tenia 52 y además de panzón me daba asco pero mis padres me obligaron a
casarme con él.
El día de mi
"Luna de miel" Fue la más espantosa, me acostó en la cama y
abriéndome las
piernas me la metió desvirgándome, me dio unas bombeadas, termino y se volteo y
comenzó a roncar, esa noche ni dormí para nada, al día siguiente fue lo mismo y
esa tarde regresamos.
Entre mis muchas
obligaciones, yo tenía que estar en la cama, desnuda y esperando por el que
llegaba a las tres de la tarde a comer, me cojea, comía y se iba, me aparto del
mundo, no salía para nada y si visitábamos a
mis padres él iba también,
yo le conté a mi madre lo que me sucedía y decía que eran mis obligaciones el
atender a mi marido en lo que él quisiera y por eso deje de visitarlos.
La única persona que
podía visitarme era una vecina Gelita como le decíamos y le conté todo menos lo
de lo sexual, ella me aconsejaba lo mejor que podía y una tarde me dijo que
porque no trabajaba con ella, así me distraería ya que el trabajo era de noche
y que serian solamente los fines de semana, me alegre tanto y cuando llego mi marido
y le dije se enojo tanto que me dijo que no pero se calmo cuando le dije con quien
trabajaría y que además no trabajaban hombres y solamente así lo convencí.
Mi primer día yo iba
contenta y más cuando supe que aparte de nosotras dos había otras dos mujeres y
dos hombres, por fin estaría rodeada de gente con quien platicar.
Nuestro trabajo era
el arreglar los aparadores con la nueva ropa que llegaba, los hombres movían
las cosas más pesadas y fue en esos días que conocí las tangas, los sostenes de
media copa, todo lo relacionado con lencería y me fascinaba y pensé que un día
me pondría algo así, no para mi marido sino para mi gusto personal y así
pasaron los días, ya para entonces yo tenía 24 y con mi cuerpo muy bien desarrollado,
mis pechos habían crecido 36b, mi cuerpo más maduro bonitas piernas y unas
nalgas paradas.
Ahora viene lo mejor
de todo este relato, Luisa era una mujer como de 35 muy liberal, hablaba de
todo lo que le hacia su marido y como le daba buenas cogidas y la tenia siempre
sonriendo. Andrea era un poco mas recatada pero decía que su marido le daba permiso
de salir con otros hombres, yo las escuchaba y me reía y un día me preguntaron
sobre mi vida sexual con mi marido y les mentí, les dije que me tenia bien
feliz y satisfecha.
Un día, Gelita me
mando a la bodega para traer unos vestidos y fui, cuando llegue escuche
gemidos, con cuidado me fui acercando y entre unas cajas vi a Andrea que estaba
de rodillas y le daba una mamada a Armando uno de los trabajadores, ella tenía
una mano entre sus piernas y se masturbaba mientras mamaba y lo que creía que
la verga de mi marido era grande me asombre al vérsela, era lo doble de grande,
yo seguía viendo todo lo que pasaba y por primera vez me sentí caliente, sentí
de cómo me comenzó a dar comezón entre mis piernas, mi raja se comenzó a
humedecer y me abrí mi pantalón y me toque, al tocar mi clítoris mi cuerpo se estremeció
y sentí bonito, riquísimo yo no dejaba de verlos a ellos y vi como ella se saco
la verga de la boca y se inclino en las cajas y paro las nalgas y Armando se
puso detrás de ella y se la metió, ella dio un gemido fuerte y comenzó a mover
su cuerpo, le decía que le diera duro que se viniera para que no sospechara nadie
y el obligado le dio tan duro que vi como apretó sus nalgas y ella gimió más duro
y por lo que decían se estaba viniendo los dos, ya para esto yo sentí un
temblor y sentí que mi raja se mojo toda, las piernas se debilitaron y casi caía,
vi como se componían sus ropas y yo salí con mis piernas temblorosas antes de
que me vieran, salieron ellos como si nada hubiera pasado.
Cuando llegue a
casa, el estaba dormido, lo destape y le vi su verguita, con cuidado se la agarre
y ya estaba a punto de metérmela en la boca cuando el despertó y al ver mi mano
ahí, me la quito con coraje y me dijo que no volviera hacerlo que eso era de
mujeres de la calle y volteándose volvió a dormirse.
Al día siguiente yo
no dejaba de pensar en lo que había visto y me sentía caliente, excitada, con
ganas de hacer lo mismo y tomando valor, me acosté y subiéndome mi vestido me comencé
a masturbar, siempre pensando lo visto la noche anterior y sentí como mi cuerpo
tembló tanto y un cosquilleo recorriéndome todo y dando un grito fuerte me deje
venir, esta vez fue más intenso ya que estando acostada y sin peligro de que me
vieran me deje venir y así casi todos los días me comencé a masturbar y llego
el siguiente fin de semana.
Jaime era el otro
hombre, el de mi misma edad y me gustaba mucho, pero era muy serio y me vi
tentada de hacer lo mismo que con Armando, pero. Como decirle? Si me rechazaba?
Pero todo salió sin planearlo, yo necesitaba que moviera unas cajas, esa noche había
unos técnicos trabajando en el aire acondicionado así que la noche estaba caliente,
yo me solté unos botones de mi blusa, los suficiente para que viera el nacimiento
de mis pechos, los dos el enfrente de mi movíamos una caja y al agacharme le
mostraba mis pechos, lo primero que hice fue verle sus piernas y vi que se le
paro su verga, me los veía y cuando terminamos de moverla.
-Hufff! Que calor
hace. Esta calientísimo.
Y comencé a mover mi
blusa y al hacerlo "Descuidadamente e" me solté otros botones mas, ya
mis pechos casi bien salidos.
-Que no tienes calor
tu? Estas empapado de sudor.
-Lupe. Te han dicho
que tienes unos pechos preciosos? Creo que si te pusieras uno de esos braseares
que levantan los pechos te verías mejor. Nunca los has usado?
Yo me emocione al oír
esto, nunca me habían dicho algo bonito y sus palabras hicieron que me excitara
y cerré los ojos y de pronto sentí sus labios en los míos, los abrí sorprendida
y él se retiro rápido.
-Disculpa, yo tuve
el impulso de hacerlo y no sé porque perdóname.
Yo lo mire con ojos
de deseo, con lujuria y me acerque a él y lo bese, el en tomo de la cintura y
pego su cuerpo al mío, casi tengo un orgasmo ahí parada al sentir su verga en mi
cuerpo, lo tome por detrás de su cabeza y con ganas de comérmelo lo besaba, sentí
sus manos en mis pechos y me levanto mi braseare y me los agarro y jugaba con
mis pezones, yo me pegue mas a él y frotaba mi cuerpo en el de él y sentía su
verga dura querer meterse dentro de mí, como estaba disfrutando de sus caricias
sentía algo jamás sentido, me sentía en el paraíso yo no sabía donde tocarlo,
de su cara bajaba hacia su pecho de ahí le masajeaba su palo, volvía a tomarlo
de su cara y sin despegar nuestras bocas y así frotando nuestros cuerpos comencé
a temblar de emoción al sentir por primera vez un orgasmo con la ayuda de un hombre
y apenas me iba a soltar el pantalón para que me cogiera cuando oímos voces, se
acercaban los técnicos del aire y apenas tuvimos tiempo de separarnos y componer
nuestras ropas y yo no muy contenta me tuve que regresar, cuándo llegue con
Gelita ella me miro y se sonrió y con una sonrisa medio sarcástica que hiso que
me pusiera colorada.
Esa noche terminamos
más temprano que de costumbre y cuando salíamos me dijo Gelita.
-Hija ten mucho
cuidado.
Yo me puse colorada.
Como supo lo que paso? Que vio? Dios mío!
-Jaime, es temprano.
Porque no vamos a mi casa a tomarnos un trago? Ya sabes donde vivo ahí te
esperamos.
Cuando llegamos a su
casa, nos sentamos y llego Jaime, nos tomábamos una taza de café y cuando la
terminamos.
-Saben qué? Yo me
voy a dormir, se quedan en su casa, este cuarto esta vacio y mi viejo no
despierta por nada.
No soy tonta al
saber que Gelita lo había hecho con el propósito de de dejarnos solos, Jaime y
yo nos vimos y supimos que teníamos que aprovecharnos de la oportunidad, caímos
los dos en brazos del otro y con besos y caricias nos fuimos calentando, como estábamos
sentados pudo soltarme mi pantalón, metió una mano y me acariciaba mi rajita
bien mojada, me había soltado mi blusa y me mamaba mis pechos yo le sobaba su
verga y así duramos un buen rato y nos separamos el tiempo justo para caminar
hacia el cuarto que nos dijo ella y nos acostamos y ya cuando lo hicimos los
dos estábamos desnudos, el estaba de cara al techo y yo pude apreciar su
vergota, grande, dura, con su cabeza morada se la tome con una mano y le vi
como le salían sus jugos de la punta, acerqué mi cara hasta tenerla a unos cms
cerca y por primera vez sabría lo que es tener una verga en la boca, cerré los
ojos y más me acerque y sin saber si lo haría bien me la metí en la boca, no sabía
cómo mamar y él se dio cuenta y me comenzó a guiar de cómo hacerle y a los dos
minutos supe que ya era toda una experta en mamar, se la estuve mamando y el gozaba
y yo también, el alargo una mano y me acariciaba mis nalgas y más me acerque y metió
un dedo dentro de mi culito, al sentirlo, me gusto tanto que le pedí que lo
metiera más adentro y me acomode bien y me lo metió hasta donde se pudo, como
me gusto! yo movía mis nalgas y sin sacar su verga de mi boca me vine otra véspero
esta vez fue más intenso, más rico, más sabroso, lo goce mas y de pronto el puso
su mano detrás de mi nuca y me apretó hacia su verga y sentí de como se puso más
dura y comenzó a palpitar y yo no sabía que estaba a punto de venirse y de pronto
soltó su chorro y me tomo por sorpresa que cuando quise sacarla ya tenía mi
boca llena de su venida y pensé que me daría asco pero no fue todo lo
contrario, me gusto el sabor y me los trague y me gustaron tanto que seguí
pegada hasta sacarle la última gota y seguí pegada sin soltarla y nunca se le cayó
y seguí mamándosela hasta que de nuevo se vino otra vez mientras él seguía
metiendo sus dedos en mi culo y raja, pero hubo un problema, yo no me cuidaba y
el no traía condones y no quería yo tener un susto de un embarazo así que lo
que me hiso hacer mientras él me metía dedos en mi raja yo me masturbaba y
aunque tuve orgasmos no fue lo mismo pero aun así lo disfrute, cuando
terminamos los dos desnudos en la cama esperamos un poco, no vestimos y caminando
llegamos a la casa y como siempre mi marido durmiendo, me acosté con una
sonrisa y me dormí.
Cuando desperté el
no estaba, me fije la hora y ya casi llegaba para cogerme a la hora de siempre,
me desnude y lo espere, llego me cogió y antes de irse.
-Oye necesito que me
lleves con el doctor ya es tiempo de mi chequeo anual.
-No tengo tiempo,
vete tú sola, pero con mucho cuidado te vienes pronto a casa.
Me levante me metí a
la regadera y me fui a mi visita y después de haberme revisado el doctor le
dije que si me podía dar pastillas anticonceptivas y me las dio, yo me fui a comprarlas
y las escondí muy bien para que no se diera cuenta el.
Esa noche cuando me
fui a trabajar iba con Gelita y me comenzó a interrogar acerca de lo que sucedió
con Jaime y yo y me vi confesándole todo acerca de mi matrimonio y de lo
infeliz que era y lo único que me dijo
fue de que me
cuidara y mucho y llegamos al trabajo y me sentí triste al saber que Jaime no había
ido a trabajar y paso la noche, termínanos y me fui a casa y de nuevo me dormí
y desperté para la hora de mi cogida y me prepare, escuche cuando el llego y lo
esperaba cuando entro.
-Vístete porque
viene un muchacho conmigo que va a ver la cocina para que la pinte y así
escojas el color.
Me vestí y al salir
para la cocina vi nada más que a Jaime, él era el que iba a pintar la cocina,
no supe cómo pero ahí estaba yo me alegre al verlo pero supimos disimular muy bien
los dos, yo sentí mi raja mojarse y mis pezones se pusieron duros y cuando mi marido
y él se arreglaron el precio, dijo que se tenía que ir y que se quedara para escoger
el color, me llevo a la recamara.
-Te vas a quedar
sola con él y te advierto que nada de coqueteos, no quiero darme cuenta de que
andas coqueteando con él.
-Que me crees que
soy? Una puta? Pues te equivocas no lo soy, es mas que se vaya, no quiero que
haga nada, no sea que vayas a pensar mal, dile que no quieres que haga nada,
que venga cuando tú estés. No soy puta!!!!!
Y salió y algo le
dijo a él, yo pensé que se había ido Jaime con él y me quede sentada en la cama
y de pronto oí ruidos y al voltear hacia la puerta ahí estaba el y me dio tanto
gusto porque ya estaba desnudo y su verga moviéndose de un lado al otro, yo con
muchísimo gusto me levante y lo abrace y comencé a besarlo, me quito al ropa y desnuda
me acostó, nos acariciamos por unos momentos y estando de lado sentía su verga
querer meterse.
-Traje condones.
-No los vas a
necesitar, estoy tomando pastillas, no quiero condón quiero sentirla así sin
nada, ven quiero que me la metas aquí en la cama de él. Y abriéndome de piernas
lo invite a que me cogiera y cuando lo hiso, les juro que me vine de inmediato
la sentía tan rica tan grande tan sabroso y que al tenerla toda solté mi
primera venida y de ahí le siguieron muchos más a tal grado que me dejo sin fuerza
de seguir viniéndome y toda la tarde me cogió hasta que se llego la hora en que
el regresaba, con mucha tristeza lo deje ir, quería seguir cogiendo pero yo sabía
que al tenerlo ahí en casa iban a venir muchas mas cogidas y cuando regreso mi
marido le dije que ya había escogido el color y vendría al día siguiente y me sorprendió
al decirme que una hermana vendría para así estar seguro que no andaría de
coqueta con él y no tivera malos pensamientos y yo lo acepte pero buscaría el
modo de volver a coger con él.
Continuara.
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