Mi desgraciado tío Lalo
Mi tío Lalo, hermano de mi padre, aprovecho la oportunidad
que tuvo y nos cogió, a mi madre y a mí.
Mi nombre es Joanna, tengo 22 años, pero cuando pasó lo que
les contaré tenía 15 años, era una chica bonita de cara (dicen algunos amigos),
tenía un busto de mediano a grande que era mi orgullo a esa edad, lindos senos
paraditos y la aureola de mis pezones eran grandes también. Mis piernas son
torneadas, mi tez es trigueña. Y desde pequeña (12 años, desde que desarrollé)
me ha gustado todo lo relacionada al sexo.
Esta historia es algo que siempre he llevado por dentro y
quiero compartirla como un desahogo, aunque ya el tiempo ha pasado y ha borrado
una parte.
Mi padre abandonó a mi madre y a mí cuando yo tenía 10 años.
Se fue para el norte y ya no supimos de él después de seis meses de estar allá.
Lo que lo motivó a irse fue la falta de empleo en este país, al menos así lo
dijo él.
Cuando él dejó de enviar dinero a mi madre, tuvimos serios
problemas para mantener la casa, las deudas nos aquejaban, a veces no tuvimos
ni para comer.
En eso mi tío Lalo hermano de mi padre, quien tenía fama de
parrandero y de puto, se hizo cargo de nuestras deudas. Esto sirvió de alivio a
tantas penas en ese momento. Sin embargo, mi tío Lalo tenía otros planes que
simplemente ser nuestro salvador. El estaba interesado en mi madre, en ese
entonces de 34 años, una mujer muy atractiva, trigueña igual que yo, de lindo
busto y un trasero bien formado; ella era la envidia de los demás hermanos de
papa; fui testigo más de alguna vez de parientes y amigos de mi padre que
quisieron seducirla o de insinuársele, pero mi madre nunca les dio lugar.
Sin embargo, dadas las condiciones precarias en que estábamos
sus valores eran vulnerables. Yo me fijaba que el tío Lalo nos frecuentaba más
de la cuenta, es decir, más que de costumbre. Su blanco era mi madre, la esposa
de su hermano. Es de reconocer que también nos sacó de deudas y nuestra vida
empezó a ser más que decorosa.
Cierta noche, oí ruidos en la sala, nuestra casa era de dos
niveles y como todas, los dormitorios estaban arriba. En pijama como estaba,
salí de mi habitación y me asomé a la baranda de la escalera y pude ver que el
tío estaba encima de mi madre en el sofá de la sala, la estaba besando y los
ruidos que producían sus labios y lenguas eran audibles hasta donde yo estaba.
Me oculté para seguir observando.
Mi madre tenía puesto su camisón de dormir, sin nada por
debajo, solamente las tanguitas que usaba para la noche. El tío Lalo que estaba
enardecido, le bajó los tirantes de su camisón y le empezó a mamar las grandes
tetas de mi madre. Las apretaba tan duro como si quisiera morderlas, ella gemía
por cada chupada que le daba el tío.
-De veras que estas rica cuñadita!-, -Siempre te la he
querido meter!- Le decía el cretino de mi tío, mientras seguía mamándole sus
senos con fuerza.
Al rato observé que de un jalón el tío le quitó la ropa
interior a mi madre, luego le sacó el camisón que lanzó al suelo. Ella quedó
desnuda a su merced. La silueta de una mujer aún bella se veía entre la
penumbra de la sala, su coño estaba cubierto con abundante vello púbico en
desorden, señal de descuido para una mujer tan joven. El tío Lalo se acostó
horizontalmente desnudo en el sofá y le pidió a mi madre que se subiera sobre
su boca con las piernas abiertas, mi madre dudo un momento, pero lo hizo, su
sexo fue colocado en la boca abierta del tío, quien la recibió con varios
chupones en su coño, engullendo sus labios vaginales y metiendo la lengua
dentro de su vagina. Al principio observé que mi madre hacía gestos de no
gustarle la situación, pero poco a poco sus gestos cambiaron y ahora emitía
chillidos de placer. No cabe duda que el tío tenía mucha experiencia en el sexo
oral, ya que su lengua y labios terminaron de excitar bastante a mi madre quien
se entrego de lleno a él, al grado que ella tuvo un orgasmo sobre la boca del
tío, quien se tragó toda su venida.
-Que rico tus juguitos cuñadita!- -Dame más mi putita!-,
diciendo esto y mi madre restregaba todo su sexo peludo en la cara del tío, le
llenó de eyaculación vaginal todo el rostro. Ella estaba excitadísima!. Si bien
era cierto que ella no tenía sexo desde hace más de un año y el tío se
aprovechaba de eso.
El tío Lalo le siguió mamando y chupando el coño y clítoris,
hasta que la hizo volverse a venir en su boca y lengua. Luego que estuvo
satisfecho, la acomodó hincada sobre el sofá dándole la espalda, él le levantó
el trasero a la altura que quiso, luego empezó a lamer su culo como si fuera
una paleta de helado, ella gemía con cada pasada de lengua que le daba en su
orificio anal.
-Mañana quiero que te rasures el coño y tu culito, no me
gusta que sea muy peludo!!
-Decía el desgraciado de mi tío.
Luego de mamar su ano a placer, se puso de pie, frotó varias
veces su verga en el culo y coño de ella, luego de un golpe la penetró hasta el
fondo. Ella gimió entre dolor y placer, por la forma salvaje que estaba siendo
poseída. El tío la folló con movimientos groseros y profundos ensartándole su
miembro sin compasión y con poca dulzura. En algunos momentos parecía una
violación, pero los gemidos y jadeos de placer de mi madre evidenciaban que no
era así, que la estaba gozando.
La verga del tío no era tan larga (unas 7 pulgadas), pero si
era bastante gruesa. Cada bombeo del tío provocaba que el sofá rechinara y se
arrastrara en el suelo unos cuantos centímetros. En ocasiones la sujetaba por
la cintura o por las nalgas para seguir el vaivén de la cogida y meterle todo
el tronco de su verga. Ella tuvo un nuevo orgasmo en esta posición.
No satisfecho aún, el tío insertó un dedo en el culito, lo
movió hacia adentro y lo pajeo varias veces, minutos después un segundo dedo
acompañó al primero y también los pajeo con fuerza dentro de su recto.
-Te voy a partir el culo cuñadita rica!-
-Te la voy a meter
toda en tu rico culo!
- vociferaba el tío Lalo.
Sacó su miembro del coño y lo puso en la entrada del ano.
Luego con lujo de fuerza la penetró, su verga abrió el esfínter poco a poco, y
se fue deslizando lentamente en su interior, mi madre gritó al sentir ese
pedazo de carne entre su intestino. Solamente quedaron afuera los cojones del
tío cuando termino de insertársela toda. Luego nuevamente se la empezó a pisonear
con fuerza, los gritos se convirtieron en quejidos de placer al poco rato.
-Te gusta que den por el culo, verdad cuñadita!- gritaba él.
Llegó un momento que el tío estaba tan excitado y concentrado
en la follada, que se subió al sofá y se agachó para ejercer mayor presión de
su verga en el recto.
La siguió martillando de esa forma unos diez minutos más,
metiendo y sacando su miembro, deteniéndose algunos segundos para tomar aire y
para evitar venirse precipitadamente.
Finalmente se desprendió de su culo, la jaló de los hombros y
le puso la verga en su boca para que se la mamara, ella la metió en su boca y
la chupó desesperadamente.
-Hazme venir!, Chúpala bien!- decía el tío mientras la movía
adentro y afuera de la boca de ella.
Más tarde, ella comenzó a succionarlo rápido y profundo
ocasionando que el emitiera un quejido fuerte anunciando su corrida, le echó
una cantidad escandalosa de semen en la boca, que ella tuvo que escupir una
buena parte, la otra fue ingerida por su garganta.
En ese momento me retiré a mi cuarto para que no me vieran,
llegué a mi cama y me di cuenta que mis braguitas estaban completamente mojadas
de líquidos viscosos, me había excitado con lo que había observado, me metí dos
dedos en mi cuquita masturbándome para poder dormir. Toda la noche tuve sueños húmedos
con mi tío.
A partir de ese día, el tío Lalo llegaba casi a diario a la
casa, se había convertido en su amante, muchas veces le metía mano a mi madre aún
en mi presencia, ella lo alejaba y le decía algo como –no, delante de la nena
no!-, pero el maldito ni eso respetaba.
No sé porque al tío Lalo se gustaba follar en la sala más que
en la cama del dormitorio. Pero para mí era mejor, casi no me perdía los
encuentros sexuales que tenían, ya que despertaban y alimentaban mi morbo y mis
fantasías sexuales.
Sin embargo, los noviecitos que tenía en turno no llenaban
las expectativas, eran inexpertos y torpes a la hora de complacerme en la cama.
Otra de las noches que me quedaron en el recuerdo por lo impresionante,
fue cuando oí que golpeaban duro la puerta de entrada de la casa, eso me
despertó y vi el reloj de mi mesita, indicaban las 2:10 de la madrugada. Mi
madre fue a abrir y era el tío Lalo con algunos tragos de licor encima, junto
con el venían dos supuestos amigos de él.
Oí que le pidió a ella atenderlos, ella se quejó diciéndoles
la hora que era. Pero el tío le ordenó traer una botella de licor que estaba en
la cocina, mi madre quiso oponerse pero no lo logró, el tío le dijo que
obedeciera porque él era quien mandaba en la casa.
Cuando se sentaron a beber, mi madre le trajo algo de comer.
Ella estaba cubierta por una bata de dormir, que tapaba su camisón de dormir y
la tanguita que siempre utilizaba. De repente el tío le dijo a sus dos
acompañantes, quienes eran dos hombres de más de 30 años, de regular aspecto,
que ella era la mujer más bella y caliente.
-Cuñadita!, enséñales tu cuerpo a mis amigos, ellos quieren
ver el culo que me estoy cogiendo!. Dijo el maldito de mi tío.
Al oír eso ella quiso abandonar la sala, pero el tío no lo
permitió, la tomó del brazo y la amenazó de ya no mantenernos si no obedecía.
Dejo caer la bata, los amigos de Lalo rápido fijaron su vista
en el cuerpazo de ella, a partir de la venida del tío se cuidaba más su
aspecto, ahora tenía bien rasuradas sus piernas y su pubis, las uñas de los
pies bien pintaditas y su cabello en mejor forma, realmente era una mujer muy
bella y sensual.
El tío se sentó en el sofá y sacándose la verga del pantalón
le ordenó a ella que se la mamará para deleite de sus amigos. Al no cumplir la
orden de inmediato, casi le gritó, la tomó del pelo y la obligo a arrodillarse
entre sus piernas, le puso la verga en los labios y ella empezó a mamarla
mientras unas lagrimas salían de sus ojos. Los amigos rápidamente alardearon la
situación y pronto se quitaron los pantalones, queriendo participar en la
acción.
Ella engullía todo el tronco del tío, succionándolo fuerte,
como a él le gustaba, mientras que lo sacaba y lo metía en su boca. Uno de los
tipos ya excitado, se colocó atrás de ella y empezó a manosearle las nalgas
apretándolas y buscando su coño, ella quiso evitarlo, pero el tío le volvió a
gritar que se dejara. El otro hombre se sentó a la par del tío y puso a la
orden su enorme verga, este tipo si tenía una real verga de unas 9 pulgadas
posiblemente, mi madre la tomó con una de sus manos y la metió en su boca para
degustarla, el tipo aulló del placer cuando sintió la lengua de ella recorrer
su glande. Yo estaba casi totalmente mojada observando esta acción, de tres
hombres tratando de cogerse a mi progenitora.
El tipo que manoseaba las nalgas y su cuca, le zafó su tanga
y le metió dos dedos en su coñito, anunció a los demás que la nena estaba bien
mojada, que estaba excitadísima, colocó su verga en la entrada de su vagina y
la ensartó lentamente gozando todo el recorrido de su hoyito, con un vaivén
lento la fue follando, el tipo le estaba gozando todo su coño. Al sentirse
penetrada, ella soltó la gran verga del otro tipo para gemir, luego le chupó
los cojones metiéndolos en su boca uno por uno. Mi tío se puso de pie y le dijo
al hombre que follaba a mi madre que era su turno. Se puso detrás de sus nalgas
y la penetro con fuerza, luego la folló con movimientos acelerados y profundos,
cada empujón de verga hacia que ella se fuera hacia adelante; en ese momento el
tipo con la verga enorme le había sujetado la cabeza para follarle la boca como
si fuera una vagina.
-Verdad que te gusta coger, puta!-
-Te vas a comer tres
vergas hoy!!- le decía groseramente mi tío.
Luego cambiaron de posiciones, el de la enorme verga, se
sentó en el sofá e hizo que ella se sentara sobre su miembro, el cual poco a
poco fue desapareciendo en su vagina mojada. Ya clavada hasta el fondo, ella
comenzó a moverse sobre ese enorme falo, gemía y jadeaba de placer, y el otro
tipo se colocó parado en el sofá poniéndole su verga en los labios para que se
la mamara, ella metió la mitad en su boca y la chupó. Mientras eso sucedía el
tío Lalo le manoseaba el culito, luego le metió un dedo en el ano, como
preparándola para encularla, y así fue, se colocó atrás y con fuerza la penetró
por el recto, siguió empujando su falo y después de unos segundos sus cojones
chocaban con las nalgas de ella. Estaba hasta lo más profundo de su recto. Era
la primera vez que culiaban a mi madre por ambos hoyos al mismo tiempo, en un
instante todos sus hoyos estaban llenos de verga, incluyendo su boca. Era un
espectáculo increíble, yo no paraba de masturbarme allá arriba, tenía dos dedos
mojados dentro de mi cuquita y los movía sin parar. Ya me había venido dos
veces.
Los tres hombres siguieron culiandose a mi madre por turnos
en cada uno de sus hoyos, ellos la fornicaron hasta saciarse; Ella tenía un
orgasmo cada poco tiempo; Todos los hombres la cogieron por su conducto anal y
los tres le llenaron de leche el culo. Así también los tres la cogieron por la
vagina y algunos le dispararon su leche en su interior.
Yo estaba en lo mejor de mi masturbación, dándome dedo en el
interior de mi vagina, cuando volteo a ver mi tío Lalo está frente a mí, no me
di cuenta cuando subió las gradas.
-También eres una puta!- me dijo, luego me cargó y me llevó a
mi cama. Yo quería evitarlo, pero mi cuerpo se dejó llevar.
Rasgó mi camisón y arranco mis braguitas, dejándome
completamente desnuda. Abrió mis piernas a lo máximo y me empezó a chupar mi
cuquita que estaba mojadísima, bebió todos los líquidos vaginales que encontró
afuera y adentro de ella. Lamió los pliegues de mi vagina, y cada vez que los
tomaba con sus labios me llevó al cielo, tuve un orgasmo brutal, gemí como
nunca y le pedí que no terminara de comerme el coñito.
-Te gusta verdad putita!!-
-Ahora tengo dos putas para
coger!- me decía, mientras metía toda su cara en mi coñito, me restregaba la
lengua en toda mi fruta, yo le tomé por los cabellos y lo atraje hacía mi,
quería que su lengua me entrara hasta el fondo de mi canalito mojado. El tío
levantó mis nalgas un poco, para mamar también mi ojito del culo, el cual era aún
virgen, lo chupó como si fuera el mejor de los manjares, eso me hacía eyacular
a cada rato, mi vagina parecía una piscina. Mientras me mamaba mi botoncito
metió dos dedos en mi coñito, la lubricación lo permitió sin problemas, luego
empezó a masturbarme con ellos, no sé cuantas veces me vine esa noche,
realmente perdí la cuenta.
Cuando el tío calculó que ya estaba completamente lista para
recibir su bulto, se subió encima de mí, me flexionó las rodillas y su verga
fue entrando a mi cavidad intima, no se detuvo hasta que sus huevos fueron los únicos
que quedaron afuera de mi coño. Su verga había dilatado las paredes de mi
coñito. Luego sus movimientos de pelvis fueron exquisitos, me llevaban al
éxtasis a cada rato, en ocasiones mientras me cogía me mamaba los pezones
apretándolos con sus labios hasta producirme dolor. Esa mezcla de dolor y
placer me hacía vibrar. Por un momento, sus bombeos se volvieron salvajes, la
cama relinchaba como corcel de los movimientos tan fuertes que efectuaba para
follarme. En uno de mis orgasmos le clavé las uñas en sus costados, dejándolo
marcado.
De repente mi tío detuvo la folladera que me tenía, me tomó
por los tobillos y me levantó un poco más mi trasero, puso su verga en la
entrada de mi culito virgen,
-Allí no tío, que soy virgen!- le dije
-Pues ahora vas a probar por primera vez una verga en tu culo!-
me contestó
El no se detuvo para nada. Me embistió el culo con su pinga,
el esfínter se estiró dejando pasar su pedazo de carne duro, yo sollocé cuando
sentí que entraba en mi culito. Sin embargo, el hizo caso omiso de eso, me
siguió metiendo su gruesa verga, cuando me la llevaba a la mitad, sentí un
dolor inmenso que me hizo gritar, tampoco detuvo por eso la penetración,
finalmente su verga completa estaba dentro de mi recto.
-Verdad que te entró putita!- -Ahora la vas a gozar!-
Diciendo eso y me comenzó a culiar, solo que en forma lenta,
me imagino para que me acostumbrara a tenerlo adentro, poco a poco fue tomando
velocidad el bombeo hacia mi culito; mi ano estaba completamente dilatado, lo
podía sentir. Del dolor pasé al placer.
Me estaba gustando estar enganchada por el culo. Luego
aceleró sus movimientos de cintura y me hizo tener mi primer orgasmo producido
por el efecto del sexo anal. Mi ano y mi recto se amoldaron a su verga. Siguió cogiéndome
rico por allí un buen rato, hasta que la sacó y la metió otra vez en mi vagina,
yo sabía que eso no era correcto por cuestiones de higiene, pero que rico sentí
cuando me penetró por allí otra vez. Me embistió hasta el fondo de mi cavidad,
al mismo tiempo me buscó la boca para besarme, yo lo recibí con mi lengüita, se
lo merecía!. Siguió cogiéndome hasta que me oyó derramarme de nuevo y mojar su
verga por dentro de mi cuerpo.
Nuevamente, de repente, se incorporó, sacó su verga de mi
cuquita y se subió encima de mi poniendo su verga enfrente de mi cara, quería
que se la mamara, lo hice, metí su pinga dentro de mi boca, la chupe, la besé y
le limpie todos mis líquidos vaginales y los de él, y posiblemente hasta los de
mi madre. El sin avisar, me echó su leche en toda el rostro, a ver que salía
mucha esperma me la metí en la boca para tragármela, era un salado delicioso.
El tío aulló de pasión cuando daba los últimos latigazos con su verga.
Finalmente quedamos extenuados, me dio una nalgada con la mano y se retiró de
mi habitación. Ya casi no tenía fuerzas para pararme, pero lo hice, fui a la
baranda de las escaleras y vi que mi madre descansaba en los brazos de uno de
los amigos del tío.
Al rato se vistieron, la despidieron de besito y se largaron.
Solo quedaron mi tío y ella. En unos minutos se fueron a la habitación de mi madre.
En los siguientes meses, el tío Lalo nos siguió cogiendo a mi
madre y a mí. Mi madre hacía como si no se daba cuenta de eso, de que mi tío
también me follaba. Con él aprendí todo lo que se necesita saber en la cama.
Finalmente muchos meses después mi madre conoció a un hombre y se fue a vivir
con él, en mi caso me fui con ellos y dejamos por fin al libidinoso tío Lalo.
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